Las joyas vintage y las religiosas arrasan, sobre todo en los jóvenes. Y es por ellas, las 'celebs': de Sara Carbonero a Tamara Falcó
- Las joyas y relojes vintage se convierten en un valor seguro en tiempos difíciles y en épocas de crisis
- Tamara Falcó pone de moda la joya religiosa entre los jóvenes. "Se ven protegidos", dice Shelia G. del Páramo
- La casa Del Páramo 'enjoya' a las mujeres más elegantes, desde Marta Nieto a Sara Carbonero y Belén López
Se dice que en tiempos de crisis aumentan dos cosas: la venta de barras de labios en tono carmín y la venta de joyas. En estos meses de confinamiento ha descendido de forma trágica la venta de ropa pero no ha ocurrido lo mismo en el sector joyero. ¿Por qué? “Porque son un valor seguro”. Habla Sheila Guerrero del Páramo, de la casa Del Páramo especializada en joya y relojes vintage. Es una empresa familiar. Sheila y sus hermanos, David y Rafael, recogen los frutos de su padre, Rafael, y han trabajado duro para actualizar su legado y empezar a crecer.
Sheila trabajó en Recuros Humanos en Loewe, Rafael se especializó en relojes de alta gama en LVMH y David hizo criminología. Ahora unen su experiencia en campos tan dispares para hacer de Del Páramo una firma potente y moderna del siglo XXI. “Lo que queremos es profesionalizar el sector de la joya vintage, dar valor a la joya y sobre todo ser un referente en el mundo de la joyería pero sin dejar de ser una empresa familiar”, dice Sheila. En este tiempo se han formado con los mejore profesionales, han viajado mucho y se han hecho con un buen stock. Tres cosas que son su carta de presentación. En 2016 abrieron tienda a pie de calle en Valladolid y desde allí fueron conquistando la zona norte de España. “Nosotros aportamos aire fresco. Hemos conectado con un público joven y sabemos qué quieren. Eso no lo hace la competencia”.
Su catálogo es asombroso. Se han especializado en joya art déco y en piezas de los siglos XVII, XVIII y XIX, sobre todo en inglesas y francesas. “Pero también tenemos joyas más actuales, de los 60 a los 90 del siglo XX. Ofrecemos una gran oportunidad de comprar piezas de firmas muy conocidas que puedes encontrar en el barrio de Salamanca pero a precios muy buenos. Joyas con un precio que ronda los 6 000 euros, las tenemos a 3 000”, revela.
Su tienda es un enorme joyero repleto de tesoros y la lista de famosas que se 'enjoyan' en ella crece cada día, desde Sara Carbonero a actrices como Blanca Cuesta, Belén López, Marta Nieto y Lena Furiase, que eligen estas bellezas vintage para posar en las alfombras rojas más relevantes, como los premios Goya.
Del Páramo se ha especializado además en relojes de alta gama y bolsos de lujo vintage. “Los relojes están igual de fuertes que las joyas. Ahora son otro valor seguro, en este caso, casi un valor financiero. Comprar un reloj de alta gama es una inversión. ¡Nunca pierdes dinero!”.
Revela que en este año, el año de la pandemia y los desastres, los números han sido amables y las cuentas casan. Han tenido ventas privadas, facilitando todo a un cliente que no le cuesta desplazarse desde Sevilla o Barcelona, e incluso de Canarias, para comprar sus joyas y disfrutar de una visita a Valladolid. Aunque la mayor parte de las ventas, casi un 80%, se han hecho a través de Instagram. “No tenemos página web”, dice.
Sheila, David y Rafael son otra generación y saben cómo llegar a la gente joven. Por eso aterrizan en Madrid con agencia de comunicación y showroom, necesarios para posicionarte en prensa. ‘Enjoyaron’ a Belén Cuesta en los Premios Goya y a Megan Montaner en los Premios Feroz, y han hecho varias acciones con influencers porque “el impacto es más inmediato”.
Es entonces cuando sale el nombre de Tamara Falcó. “Ella ha hecho mucho por la joya religiosa. Se ha atrevido a hablar de su fe y a llevar su medalla y su escapulario. La fe resurge entre la gente joven porque se ven protegidos y esto provoca un auge de la joya religiosa. Tenemos varias colecciones de medallas, ¡son piezas únicas!”. Algunas de sus joyas vienen de la aristocracia e incluso de las casas reales europeas. Pero Sheila no revela detalles, las ventas en este caso se hacen con un contrato de confidencialidad. “¡Si las joyas pudieran hablar contarían cosas muy importantes de la historia de España!”