El traje que María Teresa puso de moda antes que Rocío: cómo una prenda se convirtió en seña
- Aunque a María Teresa Campos no le gustaba la americana, en los 90 era un 'arma' imprescindible para la mujer trabajadora
- El traje de chaqueta y falda se convirtió en un básico en su armario durante sus años en Televisión Española
- Vuelven las muñecas, pero esta vez 'feministas': ahora, el cine se llena de nostalgia femenina
Lo mismo le sucedía a Melanie Griffith en Armas de mujer, la película en la que demostraba las barreras que tenía que afrontar una mujer trabajadora: hay una prenda que, en los años 80 y 90, se probó un amuleto para triunfar en el mal llamado 'mundo de hombres' que era la televisión. Una prenda que ha tomado todas las formas y todos los colores, y que sigue sirviendo para legitimar, a través de la moda, el mensaje de quien la porta. Transmite seriedad, profesionalidad y un compromiso con la verdad o, por lo menos, con las formas. Y esconde toda una narrativa del poder: quién lo tiene, quién lo otorga, y quién tiene que luchar para conseguirlo.
María Teresa Campos es la protagonista del último programa de Lazos de sangre, que se mete de lleno en su vida para abordar su biografía desde muchas perspectivas. También la del estilo. Y, como dice Cristina Rodríguez, "María Teresa Campos es quien es porque se ha adaptado a los tiempos". Remontándose a sus inicios, a su trabajo en la radio y a su salto a la fama en Televisión Española, salta a la vista que hay una prenda que sobresale por encima de las demás: el traje de chaqueta y falda. Hablamos de finales de los años 80 y principios de los 90, de la época del culto al cuerpo y del recurso al volumen para proyectar lo que la biología nos negaba. La fuerza era poder, el espacio público era de los hombres, y la mujer recurría a la moda para rivalizar con él: hombreras que ensanchaban el torso, tacones que elevaban la figura y ese traje que todas las firmas incluían en sus colecciones.
Romper barreras es precisamente lo que hizo María Teresa, a quien entonces llamaban 'Mari Tere', cuando sustituyó a Jesús Hermida al frente de las mañanas de TVE. Fue después de convertirse en lo que llamaban 'chica Hermida' en su nuevo programa, Por la mañana, y de marcharse para trabajar como subdirectora de Hoy por hoy, el programa en el que coincidió con Iñaki Gabilondo. La Campos volvía a la televisión y esta vez lo hacía para llevar la voz cantante. Como directora y presentadora, disparó la audiencia del programa y se convirtió en "la reina de las mañanas". El estilo acompañaba: dejando a un lado su gusto, María Teresa Campos se sumó a la estética sentada por su homóloga norteamericana, Oprah Winfrey (que estrenaba su programa de entrevistas tan solo un par de años antes, en 1986, y se convertía en un fenómeno de masas): traje de chaqueta y falda, sí, y además unos tacones altísimos que hasta el día de hoy son su prenda fetiche.
En el plató, a veces la veíamos con camisas anchas, lisas o estampadas, pero siempre manteniendo un estilo de elegante sobriedad. La falda por debajo de la rodilla era un imprescindible, igual que las medias, pero la americana se convertía en su seña. Ni rastro de los vestidos por los que se daría a conocer en su futuro como colaboradora de televisión, y que daban paso a una revelación: a María Teresa Campos no le gustaba la americana. "En mi etapa en TVE me las tuve que poner por obligación profesional, pero en la actualidad, sólo las utilizo si son entalladas para combinar con vestidos, o las que son menos armadas y más largas, para hacerlo con pantalones".
La americana ancha y con hombreras era prácticamente un requisito en su época. Se llevaba la moda para camuflar el cuerpo, para elevarlo. Y, en el caso del zapato, mejor cuanto más alto: la imagen de poder, de una superwoman profesional que ha sido la predecesora de la actual 'girlboss', era la que la presentadora buscaba. Y, tanto en su caso como en el de la propia Oprah, un referente estético sobresalía por encima de todos los demás: el de Diana de Gales, con sus piernas cruzadas, sus trajes de chaqueta y falda y los diseños bicolor que puso de moda. Todas las españolas copiaban las solapas blancas de Lady Di en sus trajes de invitada, pero María Teresa fue una de las primeras en llevarlas en nuestro país.
El traje de chaqueta y falda fue el arma de las mujeres de su generación: la reina Sofía también lo convirtió en su seña, una decisión de estilo que mantiene hasta nuestros días. El armario de María Teresa Campos es, en este sentido, un espléndido termómetro de su época. Sin embargo, y si algo ha puesto de manifiesto la icónica imagen de Rocío Carrasco en el plató blanco de su documental, es que el traje sigue tan vivo como nunca. Continúa siendo la elección de las mujeres que desean hacerse oír, aunque es la actual reina, doña Letizia, quien introdujo un cambio muy importante al poner de moda el traje de chaqueta con pantalón. Fue el día en el que anunció su compromiso con el entonces príncipe, Felipe VI, y cuando emitió su famoso "déjame hablar" que demostraba que antes que princesa fue periodista, y que palabra y trabajo era algo que siempre íbamos a poder esperar de ella.
Si Lady Di fue el icono y la referencia de María Teresa Campos, una mujer de la generación de Sofía, es posible que otras mujeres que han transformado el traje, reivindicado una nueva feminidad y apostado por una androginia reivindicativa, y no imitativa, sean el modelo de esta nueva generación de mujeres vocales que utilizan la moda para vehicular su mensaje. Como Madonna en Express Yourself, que rompía y reivindicaba el traje de caballero. Lo que está claro es que el pantalón vino para quedarse, destronando al vestido y adquiriendo un protagonismo nunca visto desde los años 30, donde otra generación de mujeres bellas y poderosas, como Marlene Dietrich o Katharine Hepburn, lo convertían también en su seña de identidad.
Y que esta temporada, el traje de pantalalón es la tendencia que arrasa: el rosa de Rocío Carrasco, que recuerda al famoso Hugo Boss de doña Letizia, también es el escogido por actrices, influencers y modelos, como Irina Shayk. Está de moda en colores flúor y, de nuevo, oversized y con hombreras: separándose del cuerpo e imitando las formas masculinas, pero con un nuevo carácter lúdico.
En el caso de María Teresa, en presente, lo que le gusta es el vestido. Todos los colores menos el marrón, que "no favorece mi tono de piel", como ella dice. Sus firmas favoritas para vestir son Dolce & Gabbana, Roberto Cavalli, Blumarine, Escada, Alejandro de Miguel, Joseph Ribkoff o Teria Yabar, y sigue refiriendo aplausos (¡incluso premios!) por su calzado. Pero el traje sigue reemergiendo de vez en cuando para marcar una ocasión especial, como aquel de cuadros amarillo y negro con el que arrasó por televisión o el dos piezas de Alejandro de Miguel que se inspiró en un Catherine Walker hecho a medida para la duquesa de Cambridge, Kate Middleton.
Un traje de chaqueta y falda que siempre está ahí para una mujer que, según Rosa Villacastín, “es una mujer muy avanzada, muy progresista, lo ha sido cuando hay que serlo, cuando había que luchar por eso, cuando en este país todavía no se había asentado la democracia”. María Teresa Campos, un icono de nuestra televisión, que "es de esa generación de mujeres que tuvieron que derribar muchas barreras para llegar a donde estaba" .