La carne de conejo es una de las que menos tendemos a usar en la cocina. Es muy famosa la paella con caracoles y conejo o el guiso de conejo en salmorejo, pero a excepción de estos platos especiales, es de los ingredientes que solemos manejar poco. Para darte motivos y que vuelvas a probar este sabroso manjar, te traemos un plato muy fácil, muy rico y que seguro que repetirás: ¡toma nota!
Conejo agridulce Conejo agridulce
carne
Ingredientes
Preparación
Conejo
Mostaza en grano
1 pepino
2 cebolletas
Tomate concentrado
1 naranja
Tomillo
Sal
AOVE
Vinagre de manzana
Azúcar moreno
Pídele a tu carnicero que corte la carne de conejo en trocitos muy pequeños y la parte de la falda, la cual viene después de las costillas, que te la deje en una sola pieza, porque la vas a cortar tú.
La estiramos en una tabla y la cortamos en tiras muy finas y estrechitas. La ponemos en un bol con el resto de los trocitos de carne.
Añadimos sal, unas cucharadas de mostaza en grano, el zumo de una naranja, un toque de vinagre, un buen chorro de tomate concentrado y removemos todo superbién. Podemos dejarlo marinando el tiempo que consideremos, pero recuerda que cuanto más repose, más sabor va a coger.
Ponemos la sartén a fuego muy alto y cuando esté bien caliente, añadimos aceite y volcamos toda la mezcla dentro. Déjalo bien repartido por el espacio de la sartén y que se vaya dorando poco a poco.
Mientras, vamos a cortar una o dos cebolletas: separamos la parte verde de la blanca y la parte blanca la vamos a cortar en trozos medianos. Lo verde, en cambio, en trozos muy finitos.
A continuación, haremos lo mismo con un pepino: lo partimos por la mitad y cortaremos en rodajitas muy finas.
Le damos la vuelta al conejo para saltearlo. Ponemos el pepino en un cuenco, la parte blanca de la cebolla, echamos un toque de azúcar moreno, vinagre de manzana, sal y removemos muy bien.
Volvemos a la sartén donde tendremos al conejo prácticamente tostado, añadimos unas hojas de tomillo, y volcamos el pepino y la cebolleta. Salteamos unos segundos y directamente al plato. Ponemos, como toque final, la parte finita de la cebolleta verde… ¡y a disfrutar!