Pilar Palomero: "Me educaron con unos valores tremendamente machistas"
- La directora zaragozana, ganadora de tres premios Goyas, charla sobre cine y feminismo
- También avanza los detalles de su próxima película, La maternal
Hacer un puzzle, completarlo hasta que todo encaje, es un ejercicio que requiere paciencia. Es algo que sabe muy bien la cineasta Pilar Palomero, que ha dedicado muchos años a ordenar todas las piezas hasta alzarse con el Goya a la mejor película, mejor guion y mejor dirección novel por su cinta Las niñas (2019). Su camino empezó en la facultad de Filología, después pasó por la fotografía ECAM, se formó en Los Angeles y Cuba y pasó cuatro años en Sarajevo donde se convirtió en discipula del mito del cine europeo Béla Tarr.
Fue la pasión incansable por el cine la que la llevó a todos esos lugares. “Nunca he pensado en dejar el cine, cuando todo iba mal seguía pensando en hacer mis películas (..) Pero poder hacer del cine mi oficio y mi trabajo… eso sí lo dudé muchas veces. Y soy consciente de que todavía estoy en el camino, yo quiero seguir trabajando para que el cine sea mi profesión”, cuenta en esta charla en El cuento de atrás, el espacio cultural del 24 horas de RNE.
La primera vez que Pilar Palomero escuchó términos como "escaleta" fue en un taller que dieron, entre otros, David Trueba e Ignacio Martínez de Pisón en la escuela de verano de Jaca, en 2001, cuando estaba estudiando Filología Hispánica. “Me volví con una lista de películas que ver y descubrí términos que no había escuchado nunca como ‘escaleta’. Recuerdo a David Trueba enseñándonos una y explicándonos cómo había que hacerla”, recuerda.
Discípula de Béla Tarr
Después llegaría su gran aventura en la Film Factory de Sarajevo. Palomero explica en esta entrevista cómo dejó un contrato indefinido en la universidad para embarcarse en la aventura que puso en marcha Béla Tarr. “Me habló del proyecto un alumno, le envié mis cortos y de repente un día me llegó un email de Béla Tarr y allí que me fui. Al final fueron cuatro años”. De aquella colaboración surgió una amistad de admiración mutua. "Tarr me dijo que estaba muy orgulloso de Las niñas porque sentía que la película era muy yo", comenta.
Más tarde llegaron directores de la talla de Gus Van Sant o actores como Tilda Swinton. "Ha sido algo único”, confiesa. También habla del taller que hizo en la escuela de cine de San Antonio de Baños, en Cuba, donde pasó dos meses. “Esa escuela es un paraíso, una maravilla, cómo viven el cine (..) es una forma de aprender cine muy desde lo básico, sin apenas medios y yendo al corazón de porqué hacer cine y qué se quiere contar”.
Eso fue precisamente lo que descubrió haciendo Las niñas. “Me di cuenta de que tenía muchos conceptos machistas aprehendidos. Me bastó con leer guiones que yo había escrito y cosas que había escrito de pequeña. Era una niña a la que habían educado con unos valores tremendamente machistas y eso que mi familia era muy moderna y eso es lo curioso. Mi madre licenciada en Ciencias Físicas, profesora de matemáticas, trabajadora, luchadora… pero estaba en la sociedad. En la televisión, en las cosas que nos contaban, en los mensajes que nos llegaban de nuestras hermanas… Era algo que ni siquiera veíamos y algo no se puede remediar si ni siquiera lo ves. Yo no estaba viendo que yo misma era machista”.
Ahora asegura que se siente encantada de que Las niñas sea considerada una película feminista, aunque no cree que sea ella quien deba ponerle esas etiquetas. "Me gusta saber que el filme puede aportar un granito de arena al movimientoy puede ayudar a remover conciencias y ver las cosas de otro modo. Pero no soy yo quien tiene que poner la etiqueta de feminista, la tienen que poner quienes la vean”, concluye.
La maternal, su próxima película
Su próximo proyecto es La maternal (2022), una película que protagoniza Carla, una joven en riesgo de exclusión que llega embarazada de meses al centro de acogida La Maternal. Allí tendrá que aprender a convivir con sus compañeras adolescentes y a prepararse como futura madre. Un reto vital que pasa por conocerse mejor y entender el mundo que le rodea, incluida la inestable y destructiva relación con su madre. “Faltaba que mujeres cineastas contáramos nuestra adolescencia. Ahora en el cine español hay un boom de mujeres que lo estamos explicando u creo que responde a una necesidad, había que hacerlo y es muy bonito”, explica.