Keanu Reeves: cuatro tragedias y un popular malentendido
- El actor se enfrentó a la muerte de su mejor amigo, su esposa y su hija: "El duelo cambia de forma, pero nunca termina"
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Keanu Reeves, para quien la última década ha supuesto su mejor momento personal: ha rehecho su vida junto a Alexandra Grant; el público le trata, por fin, con el cariño que se merece. Y, tras el éxito de la franquicia John Wick, al actor no le falta trabajo. Su personalidad, noble, pero esquiva, permanece inalterable: siempre dulce con la prensa y con la audiencia, siempre humilde y sin alardes, se mantiene fiel al peculiar silencio que caracteriza su figura de "antiestrella". No vive en una mansión, dona buena parte de sus ingresos, sigue viajando en metro. Ha sufrido y ha sobrevivido a la clase de tragedias que condenan vidas enteras, pero no siente que su existencia sea por ello "demasiado noble o sublime". Sabe que "no necesita la felicidad para vivir", y acepta con sencillez la presencia de sus fantasmas.
Antes de que 2020 diese al traste con todos nuestros planes, Keanu Reeves volvía a enfundarse la chaqueta de Neo durante el rodaje de Matrix 4, un remedio para los nostálgicos de esta serie de películas de ciencia ficción. Pero el pasado no siempre fue mejor, especialmente en la vida de un actor marcado por la dificultad y por la pérdida: de su mejor amigo, River Phoenix; de su novia, Jennifer Syme, y de la niña, Ava, que ambos esperaban. "Cuando a la gente a la que quieres se marcha, te quedas solo", dijo el actor. "El duelo cambia de forma, pero nunca termina".
Una infancia difícil
Keanu Reeves nació en Beirut, capital del Líbano, en el seno de una situación familiar complicada. Su padre, traficante de heroína, lo abandonó cuando tenía dos años; cuando volvió a entrar en su vida, siendo todavía un niño, lo maltrataba y lo humillaba frente a los vecinos. A los 13 años se despidió de él definitivamente, y su madre se vio obligada a hacer toda clase de esfuerzos para mantener a su familia, razón del agradecimiento y el respeto que su hijo le profesa. A día de hoy mantienen una relación muy estrecha.
Constantemente se mudaban y cambiaban de ciudad, de 'padrastro' y de escuela, promoviendo en él una sensación de desarraigo y de incapacidad académica: el actor, que tiene síndrome de Asperger, sigue definiéndose a día de hoy, pese a sus inapelables logros, como "corto de entendederas" o una "máquina mal engrasada". Hace veinte años, un joven Keanu Reeves declaraba ante una famosa revista: "He tenido una vida vagabunda".
River Phoenix, su gran amigo
De temperamento parco y solitario, Keanu Reeves conoció en 1989 al arrollador hermano mayor de Joaquin Phoenix, River, con quien entabló una amistad intensa e inmediata. Después de coincidir en la comedia Te amaré hasta que te mate (Lawrence Kasdan, 1990), protagonizaron juntos Mi Idaho privado ('My Own Private Idaho', 1991), la película independiente de Gus Van Sant en la que ambos dieron, juntos, un salto de fe que se vio recompensado. "Era como estar suspendidos a cien metros del suelo y mirar a una hermosa piscina de agua", contaba Keanu en su famosa entrevista junto a River para GQ. "Nos mirábamos el uno al otro como diciendo, ¿quieres saltar? Sí, vamos a saltar".
La complicidad entre ambos convirtió la película en una pieza de culto y le valió grandes reconocimientos a River, que procedía de un ambiente aún más turbulento y complicado. Sus padres eran miembros de una secta y vivían bordeando la indigencia, con el trabajo de él como único modo de subsistencia. Profundamente sensible, pero siempre atosigado por sus propios demonios, el joven actor desarrolló muy pronto una adicción a las drogas que acabó con su vida en 1993, cuando solo tenía 23 años.
Tanto Keanu Reeves como Joaquin Phoenix guardaron largos periodos de luto y estuvieron a punto de abandonar el oficio, y el protagonista de Matrix se deshace en reverencia siempre que le preguntan sobre su amigo. "River sintió las cosas de manera diferente. Se abrió al sufrimiento del mundo y quería que todos fueran tan felices y libres como él", dijo en una entrevista para Cosmopolitan en 1994. "Disfruté mucho de su compañía, de su mente, su espíritu y su alma", repetía en otra ocasión.
La muerte de su mujer y su hija Ava
Se conocieron en una fiesta. Jennifer Syme, aspirante a actriz, trabajaba como asistente del director David Lynch, que un año antes le daba un pequeño papel en La carretera perdida (1997). Un año después, ella se quedó embarazada de la que habría sido su primera hija, Ava Archer Syme-Reeves, que murió trágicamente cuando se encontraba aún en el vientre de su madre. La pérdida fue un duro golpe para los dos: el bebé nació, nonato, el día de Navidad de 1999, y la pareja comenzó el año separada. Jennifer, incapaz de lidiar con la pérdida, entró en una espiral de alcohol, drogas y fiestas en casa del problemático Marilyn Manson, que le habría suministrado las sustancias que propiciaron su final. Un invitado la dejó en su casa después de una velada y ella, aun bajo la influencia, cogió el coche para volver a la fiesta y tuvo un accidente. Viajaba sin cinturón y murió en el acto a los 28 años.
Keanu dijo en una ocasión que le resultó "muy, muy difícil lidiar con su muerte", un tema que resurgió cuando el actor aceptó el rol de John Wick, que lidia también con el duelo por la muerte de una esposa. "Me gusta su duelo, me identifico con él, y creo que es algo que jamás se supera. El duelo y la pérdida no te abandonan nunca".
Syme falleció en un accidente casi idéntico al que figura en Mulholland Drive (2001), rodado en las mismas carreteras de Los Ángeles. A día de hoy es la película más famosa del director David Lynch, y está dedicada a su memoria.
La enfermedad de su hermana
Keanu Reeves mantiene una estrecha relación con su madre y con sus hermanas, Karina, Emma y Kim, que fue diagnosticada de leucemia en 1991, cuando tenía tan solo 25 años y se encontraba a punto de hacer su debut cinematográfico. "Cuando estaba en el hospital, él la acompañaba todo el tiempo", dijo una fuente cercana a la familia, "sentado al borde de su cama, dándole la mano". La propia Kim habló maravillas de su hermano en la revista People: "Mi hermano es mi príncipe".
Afortunadamente, Kim salió adelante y se mudó a Roma, donde Keanu la visita con frecuencia. Es por ella que, tras hacer una fortuna con la película Matrix, el actor donó el 70% de sus ganancias a diferentes unidades de hospital encargadas de combatir la enfermedad.
Su supuesta boda con David Geffen
Pese a la magnitud de sus tragedias, Keanu Reeves se ha convertido en un icono también por su simpatía, sus francas observaciones y su sentido del humor. Una de las anécdotas favoritas que sus aficionados recuerdan es la de su supuesta boda con David Geffen, un famoso magnate de la industria discográfica norteamericana. Se trata de un bulo informativo que corrió como la pólvora y llegó a ocupar, incluso, las páginas de los periódicos de nuestro país. La edición impresa del diario El País informaba, en diciembre de 1994, que Keanu Reeves se acababa de casar con un hombre.
La prensa daba todo tipo de detalles sobre la ceremonia, que se habría celebrado por el rito hebreo y con invitados de la talla de Liz Taylor, Steve Spielberg y las modelos Cindy Crawford y Claudia Schiffer. Aunque lo desmintió inmediatamente, el actor nunca se ofendió: "Es tan ridículo que es divertido, pero no hay nada de malo en ser gay. ¿Por qué causa tanto revuelo? Si no me quieren contratar porque piensan que soy gay, me tendré que enfrentar a ello".
Con el tiempo, el actor ha vuelto a reírse de este malentendido. "Durante una época la gente decía que me había casado con David Geffen. ¡Me voló la cabeza! No porque creyesen que soy gay, sino porque creyeran que yo era capaz de acabar con un tío tan guapo". Esta es la clase de comentarios con las que la curiosa personalidad de Keanu Reeves ha conquistado a las redes sociales, que convierten en 'memes' amables todas sus apariciones.