'Seis días corrientes', de Neus Ballús y participada por RTVE, participará en el BFI London Film Festival
- La película participada por RTVE llegará a Londres el próximo mes de octubre
- Neus Ballús estreno mundialmente su obra en el Festival de Cine de Locarno (Suiza)
- Participada por RTVE, mezcla realidad y ficción para contar la historia de tres fontaneros de Barcelona
Seis días corrientes (2021), de Neus Ballús, sigue su recorrido por festivales. Tras participar en el Festival Internacional de Locarno, en Suiza, ahora su película, participada por RTVE, viaja hasta Reino Unido. La cineasta catalana ha sido seleccionada en la 65 edición de BFI London Film Festival, uno de los más prestigiosos de Europa.
La película se podrá ver en Londres los días 11 y 13 de octubre. El de Londres se convierte en el cuarto festival en el que se podrá ver la cinta tras el Festival de Locarno, el Festival Internacional de Cine de Toronto-TIFF y la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI).
En Locarno la película ganó el premio a la mejor interpretación masculina ex aequo para Mohamed Mellali y Valero Escolar, el premio Europa Cinemas Label (premio que otorga un jurado de exhibidores a la mejor película europea) y una mención especial del jurado joven independiente.
El día a día de tres fontaneros
Seis Días Corrientes relata el día a día de la vida de Moha, Valero y Pep, trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad en la periferia de Barcelona. Durante una semana Moha, el más joven, tendrá que demostrar que está preparado para sustituir a Pep, que se jubila. Pero Valero considera que Moha “no da el perfil”, y duda de que los clientes acepten a un trabajador marroquí en sus casas.
Con guion de la propia directora y de Margarita Melgar (pseudónimo tras el que se encuentran Montse Ganges y Ana Sanz-Magallón), Seis Días Corrientes es una película de género híbrido, que conjuga la ficción con elementos prestados de la realidad. El film conserva la sensibilidad característica de su autora pero esta vez Ballús se aleja del drama para adentrarse en un tono aparentemente ligero, convirtiendo la propuesta en una singular comedia.
El día a día de tres fontaneros
“El guion no se cierra hasta el montaje –nos comenta-. Yo estuve dos años trabajando con los protagonistas. Quedábamos una vez a la semana y hacíamos improvisaciones basadas en sus experiencias en casa de clientes. Ahí percibía historias que les habían ocurrido, lo que les enfadaba, su relación con sus superiores, cómo llevaban las diferencias... A partir de ahí escribimos una estructura de guion, que iba cambiando casi día a día a raíz de la aparición de los personajes secundarios y las sorprendentes situaciones que se daban. Al final tuvimos que cambiar incluso hasta el final previsto porque no nos encajaba con lo que había sucedido durante el rodaje”, cuenta en una entrevista para RTVE.es
“El guion no tenía diálogos –añade-. Porque quería que ellos fueran completamente libres de llevar la situación planteada por un lado o por otro. El problema era que no se callaban nunca y el montaje fue muy complicado por ese motivo” (ríe).
Tres fontaneros que no se conocían
Destacar a los protagonistas: Mohamed, Valero y Pep. “No se conocían y trabajaban en empresas distintas –nos cuenta Neus-. Mi metodología para seleccionar a los actores, como ya hice en La plaga y El viaje de Marta, es irme al lugar natural donde creo que puedo encontrar a los personajes, porque la gente que se presenta a los castings ya tiene unas expectativas, una voluntad de aparecer en una película… lo que implica una carga con la que es difícil trabajar. Me gusta la gente que nunca se ha planteado que puede aparecer en una película”.
“Por eso fui a la escuela del Gremio de Instaladores de Barcelona –añade-, donde los fontaneros y electricistas asisten a clases de actualización para adaptarse a nuevas normativas, métodos de trabajo… Y allí me apunté los perfiles de los fontaneros y electricistas que me gustaban más. Los convoqué a una entrevista filmada, no lo llamo casting, y se lo plantee como un juego para ver si estaban dispuestos a jugar. Vimos a más de mil fontaneros, hasta encontrarlos”.
“Los fontaneros tienen una visión privilegiada de la vida de los demás”
Neus Ballús confiesa que la idea para la película surgió de su propio entorno familiar: “Soy muy defensora de que las mujeres lideremos todos los procesos de creación de una película. Pero… ¿Por qué no podía hacer yo una película de fontaneros y masculinidades? La idea surge porque mi segundo padre y marido de mi madre es fontanero. Y siempre nos contaba las aventuras de entrar en casa de alguien. Y me di cuenta de, hasta qué punto, alguien mínimamente observador e inteligente tiene una visión privilegiada sobre la vida de los demás. Porque lo ven todo, tienen un acceso muy singular a nuestras vidas”.
“Además –añade-, debido a la brevedad e intensidad de estas visitas, se producen situaciones que pueden ser cómicas y hasta surrealistas. Porque que se cruzan dos personas de universos completamente distintos, que están obligadas a entenderse. Me gustaba el tema de cómo activamos nuestros prejuicios la primera vez que vemos a alguien y lo definimos. Por lo que casi siempre nos equivocamos al juzgar a los demás.
A través de esas breves relaciones, la película trata temas tan actuales como el racismo o la crisis económica. “Queríamos mostrar la composición social de la clase obrera de Barcelona, que es muy diversa –asegura Neus-. Desde el catalán de nacimiento a los que emigraron en los 60, pasando por la nueva migración que se da en estos tipos de trabajo y que creo que ya no supone ningún tipo de conflicto. Como la idea de la convivencia del catalán y el castellano, dentro del espacio de trabajo, sin ningún tipo de conflicto. Quería hablar de la convivencia, sobre todo con estos nuevos llegados, que son a los que prestamos menos atención”.
“Y cómo alguien como Valero (uno de los fontaneros veteranos), que podía haber sufrido esos prejuicios en su momento, estaba haciendo exactamente lo mismo con el siguiente que llega, que es Mohamed. Es una película que reflexiona sobre por qué no nos gusta lo nuevo, incluyendo a gente de la que desconocemos su forma de pensar, su lenguaje.... Pero al final, en la clase trabajadora están obligados a convivir que creo que son el ejemplo de muchas prácticas que son muy buenas. Creo que en la clase obrera hay un acercamiento real entre la diferencia y eso me gustaba reflejarlo también”.
Parte de la gracia de la película es poder entrar en la casa de esos curiosos personajes. “Tenía a dos personas que me fascinaban, una fotógrafa y un psicoanalista –confiesa Neus-. Son reales y hacen de sí mismos. No sabían lo que iba a pasar ni con qué se iban a encontrar. Provocamos una avería y lo que ocurre en esas escenas es real”.
La película tiene cosas en común con La plaga (2013), el celebrado debut como directora de Neus, en dónde nos mostraba cómo había afectado la crisis económica a gente de la periferia sin recursos. “La plaga ponía el foco en personas que se encontraban en los márgenes, no solo económicos, sino que importaban muy poco a la sociedad, en esos días de crisis económica. En Seis días corrientes, sin embargo, quería retratar a personas que viven dentro de lo que llamamos “normalidad”.