Nos todos los informes médicos de tu Smartwatch son fiables
- Los relojes inteligentes ya prometen medir el ritmo cardiaco, la tensión arterial y realizar electrocardiogramas
- Por el momento, son puntuales los estudios científicos que valoran su eficacia
- Entre todas las funciones médicas, algunas son más precisas que otras
- Con Bata Blanca se emite los viernes a las 10:05h.
Desde hace ya unos años, no es raro encontrar a alguien que tenga un reloj inteligente que cuente sus pasos diarios o los kilómetros que recorre. Tampoco son pocos los que pueden alardear de un Smatwatch que les mide el ritmo cardiaco o la tensión arterial. Algunos incluso han ido a por la última generación de relojes inteligentes, con dispositivos capaces de realizar electrocardiogramas. Pero ¿esta tecnología pasa los controles necesarios para asegurar que sus mediciones son fiables? Para el Dr. Rafael Vidal, de la Sociedad Española de Cardiología, no los suficientes: “Solo los más caros y sofisticados se acercan a hacer lo que supuestamente dicen que hacen”. El cardiólogo advierte que los Smartwatches pueden dar alarmas que no se correspondan con ningún diagnóstico médico real. “Podría incluso deberse a no tener bien apretado el reloj a la muñeca”, afirma. Por el momento son puntuales los estudios científicos en este sentido, realizados por investigadores independientes. Vidal opina que “quizás las sociedades científicas debiéramos tener un papel más activo ahí, para poder asesorar a nuestros pacientes”.
¿En qué funciones podemos confiar y en cuáles no?
Entre todas las funciones médicas, algunas son más fiables que otras. El cardiólogo considera que los cuentapasos es difícil que fallen. Valora la pulsiosimetría como una de las funciones “menos malas”, es decir, la medición de oxígeno en sangre, que trabaja “razonablemente bien”. El mismo sistema se utiliza para determinar la frecuencia cardiaca en reposo.
El electrocardiograma está disponible en muy pocos relojes, pero asegura que “es bastante preciso, aunque el paciente probablemente no va a saber interpretarlo”.
En el otro lado de la balanza, encontramos las mediciones de tensión. “Utilizan las fórmulas obtenidas a partir de la concentración del oxígeno en sangre para estimar la presión arterial a través de algún algoritmo que tienen. Eso necesita todavía un poquito de perfeccionamiento”, apunta el especialista.
Otro de los hándicaps de estos dispositivos lo encontramos cuando practicamos ejercicio. “El problema que tienen los relojes que no son de alta gama (y hay cartas en revistas médicas que lo certifican) es precisamente que no son muy precisos con las frecuencias cardiacas moderadamente altas. En reposo sirven, pero cuando se hace ejercicio no miden nada bien”.
Más útil para los pacientes que para la población general
Estos dispositivos se recomiendan más para pacientes con enfermedades previas que para personas sanas, ya que estos pueden comparar las cifras obtenidas con lo que tengan registrado con los dispositivos de la consulta médica. “Por ejemplo, un paciente con insuficiencia cardiaca, que se monitoriza mucho en el hospital, podría ver con uno de estos relojes si tiene alguna descompensación”. Asimismo, podrían ser útiles para monitorizar con los electrocardiogramas los episodios de pacientes con arritmias.
El Dr. Vidal nos sugiere consultar con el médico si notamos una variación muy significativa y de forma sostenida de nuestras mediciones y opina que “un smartwatch no es una mala recomendación para personas sanas si ello las estimula para hacer más ejercicio”. Asimismo, augura que cada vez serán más precisos: “con cada actualización, estos dispositivos mejoran sus sensores y algoritmos para discriminar cada vez mejor”.