¿El pan puede formar parte de una dieta saludable?
- Es mejor no abusar de las versiones envasadas de este producto
- Te enseñamos a elegir la mejor opción de pan para consumir diariamente
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Mira que hay gente que no concibe una comida sin una buena porción de pan, pero cada vez estamos más concienciados de que es un alimento muy denso energéticamente y que no siempre se prepara con los mejores ingredientes. Entonces nos preguntamos, ¿el pan puede formar parte de una dieta saludable o es mejor evitarlo? ¿Depende de las cantidades o de elegir las mejores opciones que tengamos disponibles? Pues un poco de todo y en este artículo te vamos a explicar por qué.
No se trata de eliminarlo de nuestra dieta
El pan ha sido la base de la alimentación de muchas culturas a lo largo de la Historia de la Humanidad ya que era un producto barato y muy sencillo de hacer, conservar y transportar. Además de que su elevado aporte energético era fundamental para hacer frente a los duros trabajos manuales que tenía que hacer la gente y que les demandaban mucho esfuerzo físico. Pero hoy en día que tenemos la suerte de poder disfrutar de una dieta más rica y variada, aunque tristemente esto no es algo que ocurra en todo el planeta, y además llevamos una vida mucho más sedentaria, el pan ha pasado de ser un alimento de subsistencia a prácticamente algo “superfluo”, si nos referimos estrictamente a su aporte energético.
Pero eso no significa que debamos eliminarlo necesariamente de nuestra dieta. Más bien debemos prestar atención a las cantidades, y que vayan en consonancia con nuestra actividad física, y al tipo de pan que consumimos. Por ejemplo intenta evitar los panes que lleven aditivos, ya que en este caso no tienen valor nutritivo y pueden causar intolerancias alimentarias en personas más sensibles
Entonces, ¿es mejor evitar los panes que estén envasados?
Estos productos son muy socorridos para el picoteo, son económicos y los puedes encontrar en cualquier supermercado. Pero al igual que con cualquier otro producto procesado, la clave está en mirar bien y saber identificar correctamente los diferentes ingredientes que podemos encontrar en el etiquetado. Por ejemplo, intenta priorizar siempre los que estén preparados con harinas integrales, evita aquellos que tengan más cantidad de sal especialmente si su aporte está por encima de un g por cada 100 g de producto, y, como ya hemos explicado, si llevan aditivos.
También debes fijarte bien si contienen grasa en su elaboración, especialmente qué tipo de grasa utilizan. Por ejemplo algunos tipos de pan tostado incorporan incluso aceite de palma, que puede aparecer como “palmiste” o “palmoleína”, un ingrediente que ayuda a conservar el producto pero no le interesa nada a nuestra salud ni al medio ambiente.
El pan de molde: hay que saber elegir bien
La clave para elegir un buen pan de molde no está en su aspecto, en los alveolos que tienen, o en que incluya semillas, por ejemplo. De hecho la mayor parte de estos productos incluyen grasas y azúcares en su formulación. Y cuidado también con esos “falsos” panes integrales, no te puedes fiar solamente del color que tengan sino que, una vez más debes leer bien los ingredientes y priorizar aquellas opciones que sean 100% integrales, no las que solamente incluyan salvado o solamente una pequeña proporción de harina integral.
Entonces, ¿qué pan puede formar parte de una dieta equilibrada? Pues mucho mejor comprar el pan de panadería de toda la vida y buscar siempre las opciones integrales. Recuerda que es mejor consumirlo siempre de acuerdo a nuestra actividad física y si te preocupa que se te ponga seco y duro cuando lo conservas en casa te proponemos lo siguiente: córtalo en rebanadas nada más llegar y mételo en el congelador. Luego solo tendrás que sacarlas cuando lo necesites y ponerlas directamente para calentar en la tostadora sin necesidad de descongelar previamente.