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MasterChef Celebrity 6

Verónica Forqué, diosa sin compasión en MasterChef Celebrity

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Las aventuras de Verónica Forqué y los espárragos

Preparada para la batalla y sin ningún tipo de filtro. La capitanía de Verónica Forqué en la prueba de exteriores del segundo programa fue una absoluta locura que ninguno de sus compañeros supo frenar. “Lo mato, lo mato, venga trabaja. No, no te escucho, trabaja”, espetó Verónica en una ocasión. La capitana fue bastante clara a la hora de mandar órdenes a su compañero Eduardo Navarrete. Desde el inicio del cocinado, Verónica decidió que Eduardo no estaba haciendo bien su función y suponía un verdadero impedimento para el buen funcionamiento del equipo. Tan claro lo tenía que cuando los jueces entregaron dos delantales negros a las capitanas de ambos equipos, Verónica se lo entregó sin dudarlo a Eduardo con un escueto “suerte” que remarcó después diciéndole que así podría descansar.

La capitanía de Verónica fue una auténtica dictadura sin límites. No fue el mejor día de la aspirante y le costó mucho gestionar una carga de trabajo tan grande. Además, ella misma reconocía que era bastante “mandona” en su día a día y que eso se iba a notar evidentemente en su forma de liderar la prueba. Las ganas de alcanzar la victoria le cegaron por completo y hasta llegó a confundir la salsa de los espárragos de una de las elaboraciones con agua. “No sabéis hacer ni nata montada", "Haz algo, no me vuelvas a decir algo que no soy imbécil." o "Hay que coger una bandeja nueva, esto está empapado”, decía Verónica mientras limpiaba los espárragos con papel de cocina. Acto seguido Pepe Rodríguez entraba en cocinas para preguntarle sobre lo que estaba ocurriendo. Conversación que, finalmente, terminó haciendo que Verónica tirara los espárragos a la basura.

Todos los aspirantes conocen a Verónica Forqué y la respetan por encima de cualquier situación tensa. Por este motivo, a pesar del descontrol, no existió un verdadero problema en el cocinado de exteriores. Cuando la capitana lanzaba dagas para hacer sangre a sus compañeros, estos las apartaban con buenos modales y educación. Estamos seguros de que no ser la mejor de la prueba le habrá ayudado a Verónica a abrir los ojos y que en futuras capitanías, si es que las hay, la veamos mucho más organizada y calmada.

Una capitanía de diez

En la oposición estaba una Victoria Abril que cuidó de los suyos como nadie. Desde que la aspirante fue seleccionada como la mejor de la noche en el primer reto, gracias al anillo de la suerte de su madre. Victoria se propuso levantar un equipo sobre los pilares de la educación, el compañerismo y el trabajo. El equipo azul nos entregó una maravillosa demostración de cómo se pueden hacer bien las cosas sin generar malos rollos. Además, la propia Victoria decidió colocarse el delantal negro para salvar a uno de los aspirantes de la eliminación sabiendo que esto podría provocarle la expulsión en el segundo programa.