El arte y la arquitectura contemporáneas en diálogo con el patrimonio histórico de Brujas en Metrópolis
- Bajo el título de TraumA, la Trienal Brujas, en su tercera edición, desvía la mirada del espacio público y las vistas famosas hacia el espacio privado y las caras ocultas de la ciudad
- Los proyectos de los 13 artistas y arquitectos invitados revelan, hasta el 24 de octubre, lugares y problemáticas habitualmente obviadas en postales y recorridos turísticos
- La Trienal Brujas 2021 se emite el martes 28 de septiembre, a las 00.55h en La 2
Metrópolis ofrece un recorrido por la presente edición de la Trienal de Brujas, un proyecto concebido en 2015 para establecer un diálogo entre el patrimonio histórico de la ciudad, y el arte y la arquitectura contemporáneas. Al cierre de la edición de 2018, el equipo curatorial compuesto por Till-Holger Borchert, Michel Dewilde, Els Wuyts y Santiago De Waele, decidió, desplazar el enfoque de la trienal del espacio público y las vistas famosas hacia el espacio privado y las caras menos conocidas de la ciudad.
A partir del título TraumA, que sitúa los sueños al lado de las pesadillas, trece artistas y arquitectos fueron invitados a desarrollar proyectos site-specific en torno a las dimensiones ocultas de Brujas; hasta el 24 de octubre, sus obras revelan al visitante lugares y problemáticas habitualmente obviadas en las postales y los recorridos turísticos por la ciudad, que, no obstante, forman parte de la realidad de Brujas y la vida cotidiana de sus habitantes.
Las dos caras de Brujas
En el siglo XIX, Brujas decidió mantenerse al margen de la revolución industrial para asegurar la conservación de su patrimonio histórico. Esta decisión convirtió la ciudad en un lugar de ensueño para románticos y nostálgicos del pasado de todo el mundo, pero también en un lugar falto de vitalidad en cuyo seno asoman soledad, miedos y tragedias humanas. A finales del siglo, la novela Bruges-la-Morte ya llamó la atención sobre Brujas como “ciudad muerta”, añadiendo una capa sombría a la belleza y el esplendor de la ciudad.
Esta otra cara se percibe hoy día al salir de los circuitos turísticos hacia la periferia, donde el visitante se encuentra con calles desiertas y exentas de vida. La exploración de los intersticios entre sueño y pesadilla propuesta por el equipo curatorial produjo, por un lado, una visualización de las pesadillas que habitan la ciudad; por el otro, la reemergencia y revitalización de lugares antaño rebosantes de vida y ahora sumidos en el olvido.
Caras ocultas en la periferia
La calle de los tintoreros revive con la obra Happy Coincidences de Amanda Browder, dos grandes telas compuestas de retales de colores vivos donados por los habitantes de la ciudad. Nadia Naveau presenta, con Les Niches Parties, una instalación que acentúa la belleza de uno de los canales laterales colindante con la muralla medieval, mediante una combinación festiva de máscaras venecianas y tiras de tela multicolor. Cerca de allí, las raíces hechas de contrachapado de la intervención Banisteria Caapi (Desnatureza 4) de Henrique Oliveira invaden uno de los pocos tramos conservados de esta muralla.
También Héctor Zamora confronta naturaleza y actividad humana en la escultura Strangler, un andamio erigido en torno a un inmenso árbol en el jardín del poeta flamenco Guido Gazelle. Joanna Malinowska & C.T.Jasper han trasladado al céntrico pero poco visitado recinto monástico Begijnhof, una estatua de la época soviética para, a partir de la pregunta Who is afraid of Natasha?, reflexionar sobre la percepción subjetiva de los monumentos. Y el Museo de Nuestra Señora de la Potterie establecido en un hospital del siglo XIII acoge, bajo el título Disentanglement, las obras inspiradas en las estructuras de diversos tipos de virus de Laura Splan.
Caras ocultas en el espacio privado
Tanto en la periferia como en el centro se esconden, detrás de las paredes de las casas, los aspectos más sombríos de la existencia humana como son la soledad y la decadencia, los miedos y los traumas. Entre las obras de la Trienal, en las que emergen estas dimensiones invisibles, destacan Danse Macabre de Hans Op de Beeck, una vanitas en forma de carrusel colocada a las puertas de una iglesia caída en desuso, así como las instalaciones inmersivas Black Lightning de Gregor Schneider y Colonnade del dúo Gijs van Vaerenbergh, que confrontan al visitante con el miedo universal hacia la oscuridad y la desorientación. Jon Lott desdobla un edificio antiguo para construir su Bruges Diptych, que incide sobre la vulnerabilidad de lo expuesto en público.
En lo alto de varios edificios, Adrián Villar-Rojas ha colocado nidos para pájaros de su serie Brick Farm inspirada en los nidos construidos por la reinita roja argentina; los pájaros de Brujas no han mostrado miedo o rechazo alguno hacia estas “casas” importadas. Los correspondientes miedos de sus habitantes humanos son representados por Nadia Kaabi-Linke en la escultura Inner Circle, un banco de madera en forma de círculo cerrado y cubierto de púas, que representa la exclusión y el carácter defensivo de la sociedad actual. Instalada en pleno centro del trazado urbanístico en forma de óvalo de Brujas, es una de las dos obras que intervienen en la cara conocida de la ciudad; la otra, And the World Keeps Turning de Nnenna Okore, consiste en el revestimiento de una de las torres más emblemáticas de la ciudad con una red de círculos rojos para insuflar nueva vida al edificio y recordar la importancia vital de la regeneración.
- La Trienal Brujas 2021. TraumA se puede visitar hasta el 24 de octubre
- RTVE agradece la colaboración de Toerisme Brugge en la realización de este programa.