La berenjena, una verdura llena de antioxidantes
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Aunque nuestros antepasados le tenían un poco de miedo y no la consumían porque pensaban que era tóxica, igual que pasaba con el resto de plantas de la familia de las solanáceas (patata, tomate, pimiento…), en realidad nos aporta un 92% de agua, cobre, manganeso, vitaminas B1 y B6… Y todo esto en un alimento con muy pocas calorías, siempre que no lo friamos, eso sí. Esta semana hablamos de la berenjena, una verdura llena de antioxidantes y otras propiedades saludables, y de los beneficios que supone para nuestro organismo consumirla.
¿A qué deben su color morado?
Pues nada más y nada menos que a las antocianinas, un tipo de flavonoides que actúa como pigmentos. Estos fitonutrientes tienen una acción antioxidante y antiinflamatoria, y según un importante estudio reciente de la universidad de Harvard podrían ser buenos para el cerebro y para reducir el riesgo de sufrir deterioro cognitivo. Pero es que también nos ayudan a prevenir los infartos o enfermedades tan graves como el cáncer.
Ya nos ha quedado claro que la berenjena es una verdura llena de antioxidantes, ¿pero cómo podemos asegurarnos de aprovechar adecuadamente todas sus propiedades? Pues tenemos que prestar especial atención al método de cocinado que utilizamos: ya que las antocianinas son termolábiles, es decir, muy sensibles al calor, lo ideal es cocinarlas al vapor o al microondas y evitando otro tipo de tratamientos más intensos como el asado o la fritura.
¿Y los demás alimentos que también tienen este color?
Pero si no te gustan las berenjenas, o al menos no cocinadas como te acabamos de explicar, no te preocupes porque los nutrientes tan interesantes que contienen no se encuentran en exclusiva en esta verdura. Los podemos obtener a través de muchas frutas y otras verduras, algunas de ellas también con la piel morada: como los arándanos, remolacha, lombarda… O la uva tinta. Pero ojo, solo la uva, porque aunque el vino tinto también contiene antocianinas su aporte de alcohol lo hace desaconsejable.
Como ya hemos explicado, lo ideal para disfrutar al máximo de estos nutrientes es consumir estos alimentos en crudo. Una opción es recurrir a esas ensaladas de bolsa que contienen hojas de achicoria, lombarda o lechuga roja. Aunque también tienes que tener en cuenta que estos productos tienen su cara y su cruz. Por un lado conservan los nutrientes de los productos frescos, son microbiológicamente estables, nos ayudan a reducir el desperdicio alimentario en el hogar… Pero por otra parte, los vegetales frescos sin envasar son más económicos y además más sostenibles. Así que lo mejor es que intentes organizarte y que compres verduras enteras y si pueden ser productos locales, mejor todavía.