En Grecia lo llaman koulouri, en Turquía simit o gevrek en turco. Se trata de un pan circular tradicional en ambos países mediterráneos y que típicamente se vende en puestecillos callejeros. Los griegos no piensan eso de que pan con pan es comida de tontos, porque el koulouri normalmente se come solo, si acaso con queso. Este pan es la prueba evidente de que con sésamo todo es mil veces mejor. Gipsy Chef nos ha traído su propia versión como propuesta de desayuno salado (aunque puedes comerlo cuando quieras) con un dip mediterráneo con olivas, espinacas y anchoas que es espectacularmente verde y espectacularmente delicioso.
Crujientes por fuera y tiernos por dentro... ¿Con estos roscos, quién quiere rosquillas?
Koulouri, los roscos griegos de Gipsy Chef Koulouri, los roscos griegos de Gipsy Chef
pastas
Ingredientes
Preparación
Agua tibia
Azúcar moreno
Media pastilla de levadura fresca (unos 12g)
Harina
Sal
AOVE
Mostaza de Dijon
Miel
Sésamo
Para el dip mediterráneo: aceitunas verdes sin hueso, AOVE, vinagre, espinacas frescas, una lata de anchoas y pimienta negra
Añade a un vaso de agua tibia una cucharada de azúcar moreno y media pastilla de levadura fresca. Remueve.
Pon en un bol dos vasos y medio de harina y añade la mezcla del agua. Mezcla bien.
Amasa hasta obtener una masa homogénea.
Trabájala durante unos 5 minutos y añádele un puñado de sal y sigue amasando.
Vuelve a meter la masa en el bol del principio y estírala un poco. Añádele un chorrazo de AOVE bien generoso. Amasa hasta integrarlo.
Termina de trabajarla sobre la mesa, añadiendo un poquito de harina por encima y amasando un poco más.
Ponla en el bol donde empezaste a amasarla y cúbrela con un trapo húmedo. Deja reposar en un lugar tibio entre media hora y una hora.
Cuando cojas la masa habrá doblado su tamaño. Pon sobre la mesa un poco de harina y deja caer la masa encima. Amasa un poco y divídela en 6 o 10 partes, según lo grandes que desees las rosquillas.
Echa un poco más de harina sobre las partes para poder trabajarlas. Haz con cada una de ellas un churro y luego pasa el rodillo por encima para que queden como una lengua.
Ponle un toque de mostaza con una cuchara y otro de miel. Esparce por toda la superficie de la masa.
Espolvorea un poquito de sésamo.
Coge un extremo de la masa, estira y ve girando para enroscarlo como un tirabuzón. Cuando lo tengas bien enroscado une los extremos y pégalo bien, generando un rosco.
Coloca los roscos en una bandeja de horno y espolvorea más semillas de sésamo por encima. Si los roscos tienen miel y mostaza visibles pon el sésamo directamente, se pegará, sino moja el rosco previamente con un poco de agua utilizando los dedos para que el sésamo se adhiera.
Tápalos con un trapo y deja reposar 10 minutos.
Enciende le horno y precalienta a 200º.
En los 10 minutos los roscos habrán doblado su tamaño, mételos al horno durante unos 15 o 20 minutos.
Mientras tanto prepara el dip mediteráneo: pon en un bote de cristal un montón de aceitunas con un poco de su propio caldito, un buen chorro de AOVE, un chorrito de vinagre, un buen puñado de espinacas, las anchoas y un toque de pimienta negra. Métele la batidora a saco.
Saca los roscos del horno, déjalos reposar un poco y sírvelos junto al dip mediterráneo.