El valor nutritivo de la leche
- ¿Nos aporta tanto calcio como siempre se ha dicho?
- Te contamos si debe formar parte de una dieta saludable
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Hay mucha gente que no concibe sus desayunos, o incluso su dieta, sin este “oro blanco”, aunque para otras personas es un alimento superfluo o incluso prescindible. ¿Nos aporta tanto calcio como siempre se ha dicho? ¿Está justificado comprar las versiones que vienen enriquecidas con otros nutrientes? ¿Y qué pasa con la que es sin lactosa? Vamos a descubrir el valor nutritivo de la leche y por qué, como en muchas otras cosas en la vida, la verdad está entre los extremos.
De qué se compone la leche
Este alimento está formado principalmente de agua, hasta un 90% para ser exactos. También de lactosa, (el azúcar de la leche, que supone hasta un 5% de su cantidad total), y proteínas, en su gran mayoría caseínas. De hecho, ¿sabías que esta proteína es la responsable del color blanco de la leche ya que refleja la luz?
Y por supuesto también contiene grasas. Como la cantidad que posee varía a lo largo del año y en las distintas cubas que llegan a fábrica, para poder ajustarse a la proporción que pide la legislación lo que se hace es retirar toda y luego añadir en función de la que corresponde a cada tipo de leche: En el caso de la entera, más de 3,5% de grasa, la semi entre 3,5% y 0,5% y la desnatada por debajo de 0,5%.
¿Se pierden nutrientes en ese proceso?
Cuando le quitan la grasa, el valor nutritivo de la leche cambia ligeramente. Aunque se mantiene su aporte de calcio o proteínas, la vitamina D, que de hecho tiene mucho que ver con la absorción del calcio, se pierde en gran parte. Por eso es muy habitual encontrar versiones de leche semi o desnatada enriquecidas con este micronutriente.
Por otra parte, la leche sin lactosa en principio solo está recomendada para personas con una intolerancia diagnosticada en consulta. Para obtener este producto lo que se hace es añadir lactasa, una enzima que las personas intolerantes no son capaces de producir y que ayuda a separar esa lactosa en azúcares más pequeños que se pueden metabolizar. De hecho ese es el motivo por el que tiene un sabor más dulce que la leche tradicional, no es que se le añadan otro tipo de azúcares.
Su aporte de calcio
Aunque el valor nutritivo de la leche la convierte en un alimento muy interesante, lo cierto es que no es imprescindible. Y si no quieres o no puedes consumirla, o directamente no te gusta su sabor, no te preocupes porque hay muchas alternativas para obtener el calcio que necesitamos y que sí que es imprescindible para tener una correcta salud. De hecho, lo que quizá no sabías es que del calcio que nos aportan los lácteos solo absorbemos, ¡una tercera parte!
Por ejemplo las coles son una gran fuente de este mineral: Con 70 g cubrimos tanto calcio como el que nos aportan 100 ml de leche, por lo que te animamos a comer más repollo, brócoli… Aunque tranquilo porque también puede comer pescado azul, como las sardinas, o frutos secos, como las almendras. ¡Será por opciones!