Pérez Torrado: "Sólo nos acordamos de la geología cuando hay un volcán en actividad"
- Juan Luis Arsuaga entrevista al geólogo experto en volcanes Francisco Francisco José Pérez Torrado
- "Seguro que la isla de La Palma se levantará de esta erupción como se ha levantado de otras históricas que ya ha tenido”
- Denuncia la falta de memoria que hace que no existan planes de ordenación insular para evitar los riesgos geológicos
- La erupción acabará cuando veamos que se detiene en el foco el ascenso magmático
Juan Luis Arsuaga, paleoantropólogo, charla en el programa El Placer de admirar con un científico que lleva toda la vida estudiando los volcanes.
Geólogo de formación y catedrático de geología en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Francisco Francisco José Pérez Torrado, está estudiando la erupción en la isla de La Palma desde los primeros movimientos sísmicos. "Estamos monitorizando desde incluso antes de la erupción y estamos poniendo todo el conocimiento científico en ella y toda la vigilancia posible”.
Aunque siente que está siendo testigo de un evento geológico histórico desde el punto de vista científico, subraya, que por otro lado vive con pesar el destrozo que está causando la lava. “La pérdida económica y sobre todo la pérdida de recuerdo, el sentimiento de la gente de propiedad de su entorno es terrible. Pero, los seres humanos somos bastante resilientes y seguro que la isla de La Palma se levantará de esta erupción como se ha levantado de otras históricas que ya ha tenido”, reflexiona.
“seguro que la isla de La Palma se levantará de esta erupción como se ha levantado de otras históricas que ya ha tenido“
Torrado denuncia la falta de memoria que hace que no existan planes de ordenación insular que tengan en cuenta los riesgos geológicos. “Sólo nos acordamos de la geología cuando hay un volcán en actividad. En cuanto ese volcán cesa, nos volvemos a olvidar de él”.
Como miembro del Comité Científico de Asesoramiento de Plan de Emergencia Volcánico de Canarias está trabajando diariamente desde que se notó el enjambre sísmico y se produjo la erupción. “La isla de La Palma está en buenas manos científicas”, asegura.
Juan Luis Arsuga: De los científicos esperamos que nos resuelvan los problemas a los que nos enfrentamos. Lo mismo el científico que estudia el cáncer, que el que estudia un virus. Trabajamos con material que produce sufrimiento a los seres humanos ...
Francisco Francisco José Pérez Torrado: Totalmente de acuerdo. Es cierto que sin el conocimiento científico y sobre todo el conocimiento científico de base, no de un territorio, en este caso las Islas Canarias, pues sería imposible haber podido establecer más o menos detectar una semana ante la crisis sísmica, el enjambre sísmico que estaba alimentando el magma, intentando subir la superficie y rompiendo la roca y por tanto, generando ese ruido sísmico.
Sin ese conocimiento previo de base no nos hubiera podido perimetral previamente, aunque con muy poco tiempo, porque es que la erosión es el desencadenante de la erupción. Una vez que el volcán empezó a funcionar, lo mismo. Se han hecho modelos probabilísticos de trayectoria, de flujo de lava y por tanto, de qué territorio podría afectar.
Cuando la lava cayó ya al mar, el pasado 28 de septiembre, pues sabíamos lo que iba a ocurrir. Esa reacción térmica y química entre el magma caliente, la lava y el agua. Por ello, se tomaron las medidas necesarias.
Está claro que la ciencia es la que nos permite, más o menos, conocer nuestro entorno, pero lo que sí es cierto es que no nos lo puede resolver todo. En nuestra ciencia -la geología- nos mueve la pasión, que lamentablemente en este país está muy maltratada.
Esta es la oportunidad de tratar con cierto sosiego y calma y rigor científicamente todo este tema de los volcanes. Parece que los volcanes canarios en general no se cobran muchas vidas humanas, ¿es una característica de estos volcanes?
Sí, es así. El volcánismo histórico que tenemos en Canarias, afortunadamente es muy similar a la erupción que estamos teniendo ahora mismo en camino en la isla de La Palma. Es decir, son erupciones con mecanismo estromboliano con varios puntos de emisión a lo largo de una fisura que van construyendo uno o varios conos desde los cuales sale un surtidor de piroclasto.
Todos los volcanes históricos que conocemos en Canarias y que están documentados, han tenido mecanismo principalmente estromboliano, con alguna fase hawaiana y también con alguna fase hidromagmática. Estas sí son ligeramente más explosivas, porque es cuando baja el nivel de magma en el conducto principal y permite la entrada de agua subterránea.
Para que nos entiendan, es como si a una sartén de aceite hirviendo le echaran agua. Se produce una reacción muy violenta de un choque térmico muy violento entre un líquido caliente y un líquido frío. Ese líquido caliente vaporiza todo el líquido frío y ese vapor genera una sobrepresión en el magma que lo hace reventar y volar por los aires a grandes alturas.
Tú me enseñaste precisamente un ejemplo de volcán hidromagmático cerca de Las Palmas. ¿Cuéntanos algo de este volcán?
De este a oeste, las Islas Canarias van siendo cada vez más jóvenes, de tal forma que es lógico que la mayoría del vulcanismo histórico y prehistórico se concentre en las islas de La Palma y el Hierro.
En Gran Canaria la última erupción fue prehistórica y los aborígenes fueron testigos porque las cenizas de la erupción sepultaron utensilios aborígenes y esa fue una erupción, efectivamente, de carácter hidromagmático. Penetró agua subterránea en el magma y formó una erupción explosiva que debilitó, rompió la roca de caja que estaba formando, rompió incluso el cono volcánico previo y se formó un pequeño colapso gravitatorio que dio lugar a esa pequeñita caldera.
Obviamente, este tipo de erupción es más violenta que la que tenemos ahora, pero tampoco son de una gran violencia comparado con el Vesubio o comparado con la que tenemos en los Andes.
Afortunadamente, en Canarias, en los últimos 10.000 años, más o menos, todo el volcanismo que conocemos, salvo un evento que fue un poquito más explosivo en Tenerife, prácticamente es de este carácter que decimos, estromboliano, con pulsos hawaianos y a veces también e hidromagmático.
¿Se puede encontrar alguna similitud semejanza entre lo que pasó por ejemplo con Garachico en Tenerife, una colada de lava llegó hasta el mar, y esto que está pasando ahora con Cumbre Vieja, en La Palma?
Sí, totalmente. Cumbre Vieja es el topónimo que utilizamos para una mega estructura volcánica que comprende un alineamiento de todos los volcanes, histórico y prehistóricos que han ocurrido en la Isla de La Palma en los últimos 7.000 años.
Si vemos la isla de La Palma tiene esa forma como de lágrima, pero la parte sur está la caldera de Taburiente y al sur de esa caldera vemos como un edificio, como un tejado a dos aguas. Justo en la parte de arriba del tejado donde están todos los conos volcánicos y vierte la lava a ambos lados.
Cuando la lava llega al mar, va formando una pequeña plataforma. En Garachico también ocurrió lo mismo. Toda la lava que llega al mar tiende a formar lo que aquí en Canarias llamamos islas bajas; es la forma que tiene la isla de ganarle terreno al mar a base de la construcción volcánica. Forman esta pequeña plataforma que luego son muy fértiles.
¿Por qué hay volcanes que tienen aspecto terrorífico como el famoso del Vesubio?
Evidentemente las erupciones tienden a formar el volcán. El volcán no existe antes de la erupción. El cono volcánico, al que todavía le tendrán que poner nombre los habitantes de la isla de La Palma o entre la comunidad científica, va a ser un cono más dentro de todos los conos de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma.
Por ese cono, cuando se apague esta erupción, no volverá a salir nuevo material. Pero si volviera a salir y empezará a construirse sobre ese cono, otro cono, con más material, sería lo que llamamos volcanes poligenéticos. De este tipo de volcán en Canarias solo tenemos actualmente el Teide.
¿Cuál es el problema de los volcanes poligenéticos? Que están alimentados por una cámara magmática a cierta profundidad en el subsuelo, no mucha, en la cual el magma se estanca y pasa el tiempo por él. Al pasar el tiempo, el magma va a cambiar su composición química y va a ganar mucha sílice. Y ese es el problema.
El magma que tenemos ahora en la erosión de la Palma, y todas las erupciones históricas que hemos tenido en Canarias son todo muy similares, es lo que llamamos magma básico, formado sobre todo por basalto. Este magma tiene poca sílice, y por ello poca viscosidad y deja escapar el gas de forma más o menos tranquila.
¿Cuanta más sílice peor? Desde el punto de vista destructivo de un volcán, cuanto más sílice tenga el magma, parece que es más explosivo.
Efectivamente. Para empezar, la sílice es el elemento químico más abundante que tenemos. Es el sexto elemento químico más abundante que hay en todo el universo.
Mientras más sílice, más viscosidad y más resistencia a fluir. Si yo cojo aceite y cojo agua y los pongo por un plano y los inclino, sabemos todos que la que va a correr más rápido es el agua y el aceite va a correr menos. Otro concepto que tenemos que entender para la vulcanología es la densidad. Si yo pongo aceite en un vaso y le pongo agua arriba sin agitarlo, me daré cuenta que el aceite va a ascender por el agua y va a quedar arriba, como una capa evidentemente más viscosa. Va a fluir lentamente porque es más viscoso, pero al ser menos denso permite salir a la superficie.
El magma cuando se origina es menos denso que la roca que lo rodea y por eso intentan subir a la superficie rompiendo la caja. Mientras no se genere una trampa de densidad, van rompiendo las rocas lo que genera los terremotos que nos pone sobre aviso hasta que llega a la superficie.
El tipo de subida de ascenso nos permite detectar si el magma es más o menos denso y eso nos lo dice la sílice.
Incluso el magma menos viscoso, que es el magma básico -que tiene menos sílice-, es más de un millón de veces más viscoso que el agua. Por eso se comporta como lo que llamamos un fluido, que no se rige estrictamente por la ley de la gravedad de Newton, sino que necesita evidentemente inclinación y pendiente para poder fluir como le ocurre al agua.
Nos preguntan muchas veces cuándo se va a acabar esta erupción. La respuesta siempre es la misma, cuando en el foco veamos que se detiene el ascenso magmático. En ese momento la lava esté donde esté, va a petrificar, incluso aunque esté en un en un cantil de 90º de pendiente, va a petrificar ahí. Un magma viscoso atrapa el gas, y cuando rompe, destruye todo.
Nos quedamos con el papel tan importante de la geología a la hora de planificar las actividades humanas, los asentamientos humanos en relación con los riesgos naturales, no solamente de volcanes.
El riesgo mayor que tenemos, además con muchísima más frecuencia, es el riesgo de inundación. Vemos con horror cómo se ha masificado la construcciones en cauce en llanuras de inundación de río.
La geología debe tener un papel fundamental en la gestión de los recursos, para el bienestar de la población.
Totalmente. Cuando cruzamos los Pirineos, lo tienen más claro. Es decir, en general en Europa y en otros países de nuestro entorno occidental, la geología sí que tiene un papel muchísimo más importante que el que tiene en España.
El Servicio Geológico de España, que el Instituto Geológico y Minero ahora ha formado parte del CSIC, que son estructuras ministeriales. Pero en cualquier otro país, un servicio geológico es un organismo independiente, con unos presupuestos muy elevados.
¿Por qué? Porque entiende que la geología es una ciencia muy esencial para encontrar nuestros recursos minerales, energéticos, observar por adelantado cuándo puede ocurrir un fenómeno, en compañía de las otras ciencias.