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Viajamos por España

¿Qué ver en Lerma? La Plaza de Santa Clara, la Plaza Ducal, el mirador de Los Arcos... y mucho más

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  • Don Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, Duque de Lerma, transformó esta villa medieval
  • En la ciudad nos recibe una de las primeras puertas de la muralla que la protegía y la cual también sirvió de cárcel
  • Si quieres conocer más lugares de nuestra geografía, visita la web de Aquí la Tierra

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Aquí la Tierra - Aquí, en Lerma... ¿a dónde se va?

Don Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja se llamaba el Duque de Lerma, el hombre más poderoso del reinado de Felipe II y el que convirtió el que era un pequeño pueblo medieval cercano a Burgos, en una villa ducal, en una nueva corte y, de paso, en uno de los pueblos más bonitos de nuestro país.

Por tanto, Lerma nos espera, terrícola. Con una historia de siglos, este pueblo de la provincia de Burgos, aunque pequeño, tiene muchas cosas que ofrecernos. En primer lugar, nos recibe una de las primeras puertas de la muralla que la protegía, la cual también albergaba la cárcel.

Seguimos caminando por las empedradas calles de la localidad, las cuales cuentan con un patrimonio espectacular incluso, bajo tierra. ¿Sabías que todas las casas tienen bajo tierra una bodega? Bajo nuestros pies encontramos un legado vitícola que es digno de echar un vistazo, aunque sea una vez en la vida. Posee una ruta del vino, con la cual recorrerás diferentes lugares importantes.

La Colegiata de San Pedro, Lerma

 Westend61

A continuación, podemos hacer parada en la Colegiata de San Pedro ya que en su interior alberga auténticos tesoros. Pero no es lo único que mandó a construir el Duque de Lerma durante sus 17 años de reinado en esta zona: palacios, conventos, iglesias, molinos… con vista en el futuro para su disfrute con el paso de los años.

‘’¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?’’, escribía en el S.XIX Don José Zorrilla, poeta y dramaturgo español, autor del drama romántico Don Juan Tenorio sobre el pueblo de Lerma. Aquí, viviría durante su juventud.

Mirador de Los Arcos, Lerma

 Silvia García

Otro de los lugares típicos de Lerma son la Plaza de Santa Clara y el mirador de Los Arcos. Esta ruta se puede recorrer por las alturas, ruta que hacía el Conde de Lerma para llegar a los tres puntos que dividían la ciudad y no tener que ir a pie por donde también pasaba el pueblo: une el palacio, la colegiata y los monasterios. Se denominaban ‘’los paseítos del Conde de Lerma’’.

Tampoco te puedes perder la gran Plaza Ducal y el Palacio del Duque de Lerma. El antiguo patio de armas del duque es, a día de hoy, la Plaza Mayor del pueblo y su morada, un parador en el cual puedes pernoctar.

Vista del pueblo medieval de Lerma

 Juan Jimenez / EyeEm

Gastronomía

¿Qué se come por aquí? Lo más típico son los pimientos asados en horno de leña, chorizo cocido al vino, carnes escabechadas, morcilla o el lechazo asado (como curiosidad: se mete en el horno con hielo). Aquí tienes una receta de los hermanos Torres si quieres aprender a cocinarlo.

¡No te puedes ir sin probar los dulces del convento de Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor! Sus monjas elaboran unos dulces riquísimos, donde podremos disfrutar de naranjas bañadas en chocolate, chocolates de diferentes maneras, pastes de té, pasteles de yema tostada… pequeños bocados con sabor a gloria que harán que quieras volver solo para comerlos de nuevo.

En definitiva, una excursión perfecta para un fin de semana: tranquilidad, lugares preciosos por descubrir y una gran gastronomía para degustar, ¿qué más necesitas para decidirte?