¿Cuál es el embutido más saludable? Nos lo cuenta Roberto Vidal, el coach nutricional
- Los embutidos en general contienen mucha sal y grasa en su composición
- Te explicamos las claves para elegir los productos más sanos en el supermercado
- Todos los consejos de salud del programa Saber vivir, en RTVE Play
Es rico, económico y muy popular, pero no es oro todo lo que reluce y lamentablemente no todo lo que resulta agradable al paladar es bueno para nuestra salud. Estos productos se elaboran por lo general con un exceso de grasa y sal, y por eso en Saber Vivir nos hemos propuesto descubrir: ¿cuál es el embutido más saludable? Desde la pechuga de pavo hasta el fiambre o el chorizo, vamos a descubrir cuál de estos productos es más recomendable y de cuáles es mejor no abusar.
Jamón o fiambre, ¿cuál es la diferencia?
Aunque a priori estos dos productos pueden parecer semejantes, lo cierto es que se diferencian en el porcentaje de carne que contiene cada uno. En el caso del jamón cocido esa cifra tiene que estar por encima del 70% mientras que para el fiambre tiene que estar entre el 50-60%. Además, al fiambre de jamón se le permite añadir féculas que consiguen absorber agua, inflar el producto y hacerlo más económico, pero también una opción mucho menos interesante nutricionalmente.
Seguro que en el supermercado hasta visto las opciones de embutidos “extra”, ¿verdad? Esta definición sirve para categorizar el producto y definir que contiene, como mínimo, un 80% de carne. Eso sí, que no te la cuelen cuando la industria se inventa recursos como llamar a un producto “extra jugoso” porque eso no significa lo mismo y podemos estar ante un producto de categoría inferior.
Los embutidos de ave, ¿son una mejor opción?
Cuando nos encontramos frente a una pechuga de pollo o de pavo, aunque el porcentaje de grasa es menor que el que tenemos en un embutido elaborado con carne de cerdo, eso no significa que sea necesariamente una opción mejor. Es cierto que estos productos no están elaborados con féculas, pero el porcentaje de carne que contienen está en torno a tan solo un 50-60%. Mientras que el fiambre de estas aves sí que puede producirse con féculas y contiene una proporción de carne todavía menor, por lo que no es una buena idea consumirlos con asiduidad.
Uno de los clásicos de nuestra gastronomía es el chorizo, delicioso pero sin duda una alternativa de la que no conviene abusar. Contienen mucha grasa en su composición, más incluso que las alternativas que ya hemos comentado: ¡en torno a un 30-40% de su peso! Cuando nos comemos 100g de chorizo estamos ingiriendo entre 300 y 400 calorías de grasa.
Lee las etiquetas, es importante
Aunque en el caso de este producto es muy fácil verla a simple vista, recuerda que en la mayoría de las variedades que encontramos en el supermercado no es tan sencillo, por lo que es fundamental leer correctamente la lista de ingredientes y descartar los que sean peores opciones. No pasa nada si las consumimos de forma puntual, incluso los platos que están elaborados con ellos, como los guisos, pero debemos evitar hacerlo de forma habitual. Lo mejor para nuestra salud es no incluirlos recurrentemente en nuestra dieta.
Resumiendo, en general es mejor no abusar de los embutidos. Aun así si lo que queremos es encontrar la mejor opción posible debemos fijarnos muy bien en la lista de ingredientes y elegir las opciones que contengan menos sal, grasas o incluso azúcares. Y recuerda también que es muy importante priorizar las que tengan un mayor porcentaje de carne en su composición.