La vida y muerte de Grace Kelly: Hollywood, una boda inesperada y un accidente sin resolver
- La actriz dejó la industria y se convirtió en princesa cuando se enamoró de Rainiero III de Mónaco
- Las frases más reveladoras de la estrella de cine Grace Kelly, que una vez Hollywood dejó escapar
- Esta noche, a partir de las 22h, 'Documaster' repasa la vida de Grace Kelly en La 2
Grace Kelly es uno de los nombres más recordados de Hollywood. La industria del cine que ahora tanto la venera no fue el sueño cumplido que la actriz esperaba. Lo dejó todo por amor, aunque ese 'todo' por el que tanto luchó ya no significaba nada para ella cuando decidió dar por terminada su carrera meteórica. Hubiera sido también una de las más longevas, probablemente, pero eso nunca lo sabremos. Grace Kelly abandonó Nueva York para instalarse en Mónaco, donde empezó una nueva vida junto al amor de su vida, el príncipe Rainiero. Su vida era de gran interés mediático, igual que su muerte. Aquel fatídico accidente de coche fue otro giro inesperado más en su historia, casi de película. Para entenderla hay que leer atentamente sus frases, tan reveladoras como escasas, porque a la actriz nunca le gustó hablar de su vida privada, pero cuando lo hacía todos escuchaban. ¿Que le llevó a odiar Hollywood? ¿Cómo acabó convirtiéndose en la princesa de Mónaco? ¿Estaba enamorada de su esposo? ¿Se arrepintió de las decisiones que tomó?
"Prefiero los buenos recuerdos al arrepentimiento"
Sus inicios no fueron fáciles. A los 18 años se mudó de Filadelfia a Nueva York, donde empezó trabajando como modelo. Mientras tanto, hacía castings, aunque la mayoría la rechazaban por ser demasiado alta para sus parejas. Dio sus primeros pasos en Broadway, pero en el verano de 1951 su suerte cambió y Hollywood le abrió las puertas con la película Solo ante el peligro, donde compartía pantalla con Gary Cooper. Tras el estreno del largometraje, Alfred Hitchcock cayó rendido a los pies de Grace Kelly y decidió contar con ella en Crimen perfecto. Aunque la cinta que la llevó a lo más alto fue La angustia de vivir. Gracias a este papel se hizo con el Premio Oscar a mejor actriz en 1955 y también con el Globo de Oro. Era tal su éxito que nadie podía imaginarse lo que estaba a punto de suceder.
Justo aquel año, durante el rodaje de la película Atrapa a un ladrón, conoció a Rainiero III. Era su padre quien escogía sus pretendientes, pero Grace Kelly no pudo evitar enamorarse perdidamente del príncipe. Solo unos meses después organizaron una gran boda que siguieron 30 millones de televidentes y que acaparó los titulares de medio mundo, dejando en el pasado su vida en Hollywood. "Evito mirar atrás. Prefiero los buenos recuerdos al arrepentimiento", así veía la vida Grace Kelly. Quizás por eso no le costó tanto dar aquel paso que cambió su vida para siempre: alejarse de los escenarios en su mejor momento como actriz y conviertirse en princesa.
"La libertad de la prensa funciona de tal manera que no hay mucha libertad de ella"
Durante su soltería, los medios más amarillistas hablaban de su vida privada, incluso contaban como ciertos rumores que al final resultaban ser falsos. "La libertad de la prensa funciona de tal manera que no hay mucha libertad de ella", decía Grace Kelly. Se dice que una de las razones por las que decidió cambiar de vida fue precisamente por la prensa, que entonces no dejaba de perseguirla. Desafortunadamente para ella, eso no cambió en Mónaco.
A pesar de todo, allí destacaba por su saber estar. Para ella la apariencia era muy importante, por eso siempre se mostraba impecable, pasara lo que pasara. El acoso mediático empezó a molestarle aún más cuando se convierte en madre. Grace Kelly y Rainiero III de Mónaco tuvieron tres hijos: Carolina, Alberto y Estefanía. Para evitar a los fotógrafos, los pequeños tenían que esconderse en el maletero del coche.
"La idea de que mi vida ha sido un cuento es, en sí misma, un cuento"
Se puede decir que su vida en Mónaco fue su último papel. Disfrutaba de su familia, pero a Grace le faltaba algo. Echaba de menos los escenarios y, aunque de vez en cuando volvía a Hollywood para ver a sus antiguos amigos, no era suficiente para ella. No era algo que ella escondiera, de hecho, todo lo contrario. "La idea de que mi vida ha sido un cuento es, en sí misma, un cuento", decía.
Su muerte fue el último giro inesperado de su vida, el final que nadie vio venir. La actriz perdió la vida a los 52 años en un accidente de tráfico al que todavía rodean muchas incógnitas sin resolver. La gran pregunta, ¿quién conducía realmente el vehículo? Su hija pequeña, Estefanía de Mónaco, viajaba con ella en el momento del choque. Se cree que era ella quien estaba al volante, aunque solo tenía 17 años. Según la versión oficial, el coche lo conducía la actriz cuando se salió de la calzada en una curva, despeñándose por un barranco.
Casualidad o no, aquella carretera era la misma donde Grace Kelly y Cary Grant protagonizaron una escena campestre en la película Atrapa a un ladrón. Estefanía, consiguio salir con vida del accidente, aunque estuvo un tiempo hospitalizada a causa de las heridas. Por eso mismo no pudo acudir al mediático funeral que tuvo lugar en la catedral de San Nicolás, al que también asistió la princesa Diana de Gales.