Trazas en productos veganos: ¿llevan huevo y leche?
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Que cada vez hay más productos veganos en los supermercados es una realidad palpable. Ya no sólo están las bebidas vegetales y los yogures de soja, ahora tenemos mayonesa, helados, pizzas, croquetas, hamburguesas, tortillas de patata, “quesos” e incluso fiambres, todo ello etiquetado como “vegan”. No obstante, esta etiqueta sigue provocando malentendidos y suspicacias.
¿Para qué sirve la etiqueta “vegan”?
Pues sé que la respuesta es una obviedad, pero sirve para identificar los productos veganos de manera rápida y a simple vista. No existe una regulación específica para poder usar este tipo de etiqueta y el fabricante es quien decide cómo ponerlo y qué símbolo usar (generalmente algún logo con una uve en colores verdes, una hojita o la leyenda, sin más).
Sí que hay un tipo de etiqueta con un diseño “oficial”, la llamada “V-label” que ofrece una certificación de producto vegetariano o vegano avalado por la European Vegetarian Union, previo paso por caja, eso sí. Es decir: la certificación es un negocio más, totalmente innecesario a mi parecer.
Confusión: ¿producto vegano o vegetariano?
Por otro lado, a mucha gente le resulta confusa esta etiqueta. El sello vegetariano y el vegano son idénticos, a excepción de una pequeña leyenda alrededor del mismo, que no se diferencia fácilmente a simple vista. A menudo, personas que creen que están adquiriendo un producto vegano se van a casa con uno que contiene huevo o lácteos.
Lo lógico sería que esta leyenda o sello tuviera una regulación específica, como muchas otras de las que llevan los alimentos envasados, y sencillamente los fabricantes tuvieran que cumplir esas especificaciones para poder usarla.
Otras funciones de la etiqueta vegana
Pero no solo esa es la utilidad de dicho distintivo. Los productos señalizados como veganos también ayudan a:
- Sacar de dudas al consumidor cuando en la lista de ingredientes se incluyen algunos que podrían ser tanto de origen animal como vegetal, como es el caso de la vitamina D, de los mono y diglicéridos de ácidos grasos o también de algunos aditivos que son de origen animal. La única manera de determinarlo es que te los hayas aprendido de memoria o lo consultes, como es el caso del E-120, colorante rojo que procede de la cochinilla, el E-441 que es gelatina o el E-901 que se refiere a cera de abeja, entre otros.
- Ayudar a la identificación de productos veganos a personas con dificultades de visión que no son capaces de leer las minúsculas letras de la lista de ingredientes.
- Cuando estás en otro país y no conoces el idioma, la etiqueta “vegan” es de gran ayuda a la hora de seleccionar productos en un supermercado, tienda o restaurante.
- En los productos que se venden sin envase, como bollería, panes o sándwiches, que el rótulo incluya el símbolo vegan es la única manera de saber que lo son a simple vista.
- Visibilizan una alternativa de consumo a toda la población cuando están en los lineales mezclados con el resto de productos y no en zonas o tiendas específicas, contribuyendo a su normalización.
¿Para qué NO sirve la etiqueta “vegan”?
No sirve para saber si un producto es o no saludable o si es o no más saludable que el producto no-vegano de su misma categoría. Sólo nos da información de la procedencia de sus ingredientes. Nada más. No implica ninguna valoración nutricional del producto.
Si lo que nos interesa es elegir un producto saludable, no nos queda otra que revisar la lista de ingredientes, o dirigirnos a la sección de frescos que ahí sí que no podemos equivocarnos ni nos hacen falta etiquetas.
Tampoco tiene nada que ver con que un producto sea ecológico o bio. Ni de proximidad, ni que tenga un envase reciclable. Únicamente indica que no contiene productos de origen animal.
¿Por qué hay productos etiquetados vegan con trazas de huevo y lácteos?
Hay infinidad de productos que llevan una pequeña leyenda que reza “puede contener trazas de….” y ,a continuación, se nombran algunos alimentos entre los que están lácteos y huevos, entre otros alérgenos habituales como por ejemplo los cacahuetes, mostaza o crustáceos. Esto genera dudas a muchas personas, que al leer un “puede contener trazas de lácteos” creen que ese producto no es vegano. Y les crea aún más confusión cuando el producto en cuestión lleva identificativo “vegan” llegando a pensar que el fabricante les está engañando.
En realidad no es así. La indicación sobre la presencia de alérgenos es obligatoria mientras que las trazas son de declaración voluntaria. Significa que, en la misma planta de fabricación, o con la misma maquinaria que se ha realizado ese producto, se realizan también otros que llevan esos ingredientes indicados en las trazas.
Es decir, el producto no lleva ni lácteos ni huevos en su composición. El fabricante advierte de esas posibles trazas (cantidades ínfimas) que podrían aparecer en caso de un defecto de limpieza de la maquinaria o de una contaminación cruzada en algún punto de la fabricación o envasado.
“Sí lo pensamos bien, consumimos trazas o alimentos con posibles trazas continuamente”
Imaginemos una fábrica de pasta, que fabrica tanto pasta normal (la que sólo lleva sémola de trigo duro y agua) y pasta al huevo. Y, claro, usan la misma maquinaria para todas las referencias. Pues para cubrirse las espaldas por cualquier error, resto que haya podido quedar en alguna máquina o incluso polvo en suspensión en el aire que pudiera tener partículas de huevo, añadirán en su pasta normal la leyenda de “puede contener trazas de huevo”.
Sí lo pensamos bien, consumimos trazas o alimentos con posibles trazas continuamente: en tu propia casa si hay personas no veganas, en cualquier bar o restaurante que no sea vegano y esté manipulando también productos animales, en el trabajo al compartir enseres o nevera con personas no veganas… la diferencia es que en todas esas situaciones no hay ninguna ley que obligue a advertirte que tu comida puede contener trazas de lo que sea. Y en todas esas situaciones el control y las medidas de prevención para evitarlo son infinitamente inferiores a las que existe en la industria alimentaria, por cierto.
Por tanto, no tiene sentido rechazar productos por esa leyenda, ni creer que entonces no se trata de alimentos veganos. Aún así, si por cuestiones políticas alguien no desea comprarle productos veganos a una empresa que también fabrica productos que no lo son, hay alternativas de empresas que solo fabrican sin ingredientes de origen animal. Pero insisto, esta sería una postura política (totalmente lícita) por otros motivos, no porque los productos con la leyenda sobre las trazas no sean veganos.