El ajolote, el anfibio de la eterna juventud
- El ajolote en su forma adulta retiene las características de la larva
- El secreto de su juventud está en las hormonas ya que sus niveles son insuficientes para desencadenar su transformación
- Descubre más sobre la metamorfosis con la bióloga Evelyn Segura en '¡Qué Animal!'
El ajolote o salamandra mexicana es un animal que parece que tenga el síndrome de Peter Pan. A diferencia del resto de anfibios, consigue retener las características de la larva en su vida adulta. Esta condición se llama neotenia y hace que, por ejemplo, mantenga sus branquias toda la vida. El secreto de su juventud está en las hormonas ya que niveles son insuficientes para desencadenar el cambio.
En 2019 un equipo de la Universidad de Kentucky, en Estados Unidos, completó la secuencia del complicado genoma del ajolote. Esta información permitirá desentrañar los misterios de su desarrollo y regeneración. La investigación podría dar lugar a herramientas para reconstruir tejidos en humanos.
La metamorfosis en los anfibios
En los anfibios la metamorfosis es esencial para colonizar el medio terrestre. Cuando una larva o renacuajo emerge del huevo tiene branquias para poder captar el oxígeno disuelto en el agua pero no tiene ni párpados ni pigmentos en los ojos, necesarios para ver en el medio terrestre. Después de alimentarse filtrando las partículas vegetales del agua o raspando las algas que crecen sobre las ramas o las rocas, ¡empieza el gran cambio!
Los renacuajos reabsorben las branquias y desarrollan las patas y los pulmones, que les permitirán respirar fuera del agua. Reabsorben también su cola y su cuerpo se alarga para dejar el agua y poder vivir en la tierra. Sin embargo, los ajolotes no llegan nunca a este último estadio y viven permanentemente en el agua. En muy raras ocasiones, la salamandra mexicana llegará a la madurez y emergerá a la vida terrestre.
Descubre más sobre la metamorfosis con la bióloga Evelyn Segura en '¡Qué Animal!', disponible en RTVE Play.