¿Cómo podemos reducir el consumo energético y la contaminación del hogar?
- El 25% del consumo energético en España corresponde a los hogares, solo por detrás de la actividad industrial
- Gestos como utilizar regletas con interruptor o regular la climatización del hogar ayudan a reducir el rastro de CO2
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¿Sabían que borrar 50 correos electrónicos puede reducir en 28 gramos la huella de carbono que dejamos? ¿Y que hacerse 10 cafés a la semana equivale a la emisión de 125 kilos de CO2?
El 10% de los países más ricos del planeta son responsables de la mitad del consumo energético a nivel mundial y uno de esos países es España. Aquí, el consumo eléctrico de los hogares supone aproximadamente el 25% del consumo total de energía, solo por detrás de la actividad industrial.
Entonces, ¿cómo podemos reducir el consumo y, al mismo tiempo, la contaminación? Cada pequeño gesto suma y desde Greenpeace España animan a adoptar medidas tan sencillas como colocar bombillas LED, instalar regletas, cerrar el grifo cuando no sea necesario, ventilar 10 minutos al día o regular la temperatura del hogar (20 grados de máximo en invierno y 26 de mínima en verano).
¿Con qué gestos podemos disminuir la contaminación?
Cada hogar español contamina, de media, 1.300 kg de CO2 al año, según datos de Greenpeace España. Y en Mejor Contigo hemos querido preguntar a una experta qué pequeños gestos y hábitos cotidianos pueden ayudar a disminuir el rastro.
María Prado, responsable de Energía de Greenpeace en España, recomienda instalar cristales dobles en puertas y ventanas, así como aislar las paredes y emplear placas fotovoltáicas para generar energía renovable. Además, "debemos ser súper responsables en el uso de electrodomésticos".
Por ejemplo, en lugar de utilizar el microondas para descongelar alimentos, es preferible dejarlos al aire durante unas horas para que se descongelen por efecto de la temperatura ambiente. Algo similar ocurre con el frigorífico, que suele estar muy encajonado, lo cual hace que no "respire" y acumule el calor. "Con 18º es suficiente, cada grado más que le pedimos al frigorífico es mucha más energía que no es necesaria", explica María Prado.
"El horno es un gran devorador de energía, podemos dejar de usar el precalentado y meter directamente el producto. "El 50% del consumo energético se va con la calefacción, que es lo que más contamina", apunta la responsable de Greenpeace.