Valcarlos: El kilómetro cero del camino de Santiago
- En Valcarlos comienza, de acuerdo a los mapas, el Camino de Santiago español
- El municipio está repleto de hospederías para peregrinos y ermitas
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En Agrosfera hemos visitado Valcarlos: El kilómetro cero de camino a Santiago. Un lugar con encanto e historia. Cuando Carlomagno decidió tomar partido en la rebelión hispánica en el año 778, marchó hacia el sur acompañado por 20.000 hombres. De entre todos los puertos de montaña que barajaba para cruzar la cordillera pirenaica finalmente se decantó por uno de los más occidentales, el del rio Luzaide en la actual Navarra, un repecho de 400 metros de desnivel que debería salvar para poner pie en la, por aquel entonces llamada “marca hispánica”.
Tras batallar en Pamplona y asediar Zaragoza; y ya con el invierno en ciernes, el emperador carolingio se dispuso a abandonar la península ibérica por el mismo lugar por el que hubiese entrado. Sin embargo, tras coronar el puerto y descender de nuevo hacia territorio francés, la avanzadilla del ejército, liderada por el mismísimo Roldán, sobrino de Carlomagno y protagonista del famoso cantar medieval; fue sorprendido por un grupo reducido de rebeldes vascones que, haciendo uso del elevado y accidentado terreno; y utilizando técnicas de guerrilla, acabó derrotando a las poderosas legiones carolingias.
Este suceso, conocido como la Batalla de Roncesvalles, sigue a día de hoy despertando el interés de arqueólogos e historiadores, que siguen sorprendiéndose acerca de cómo un grupo desorganizado de pastores y agricultores pudieron vencer a las huestes del mayor conquistador europeo hasta la llegada, muchos siglos después, de Napoleón.
Este suceso, no carente de cierto aire de leyenda, solo puede explicarse visitando el lugar donde ocurrió a día de hoy. Si bien las laderas de ambas orillas del rio Luzaide se han suavizado a causa de la erosión y el accidentado cañón por donde antes discurría su curso presenta ahora generosas riberas, a medida que el valle se encajona hacia el sur va presentando progresivamente cortados cada vez más complicados de salvar. El lugar perfecto para una emboscada.
En una de esas laderas, ahora suaves y progresivas, se encuentra el pueblo de Valcarlos, (del antiguo Vallis Karolis), un pueblo que, geográficamente, debería pertenecer a Francia al encontrarse al otro lado de la divisoria de los Pirineos, pero que el Reino de Navarra quiso mantener a toda costa por sus intereses en las minas de la zona, que servían para alimentar las armerías reales dispersadas por esa zona.
Kilómetro cero
Sin embargo, el origen del pueblo no está ligado con la minería, sino con un arte mucho menos noble. Y es que de acuerdo a los mapas (y aunque a menudo se pase por alto este hecho) el kilómetro cero del Camino de Santiago en territorio español se encuentra en Valcarlos, concretamente en el puente que cruza el rio Luzaide separando la localidad de su barrio francés.
Este hecho propició en la edad media que el actual territorio que ocupa Valcarlos fuese un auténtico hervidero de peregrinos provenientes de todas las partes de la Europa cristiana, un hecho que no pasó desapercibido para los asaltadores de caminos, que comenzaron a apostarse en este valle para atracar a los grupos más desprevenidos. Con el tiempo estos asaltadores comenzaron a asentarse en la zona y a construir casas y granjas, que fueron poco a poco conformando un tejido urbano interconectado con otras edificaciones de la zona tales como hospederías y ermitas.
““Yo conozco a mucha gente que me dice que ha hecho el Camino de Santiago completo, pero en realidad lo han hecho saliendo desde Roncesvalles, así que les queda todavía la primera etapa”“
Así, fundada por una antigua cuadrilla de asaltadores, se originó Valcarlos. Una localidad que desde sus inicios se ha visto nutrida por el camino a pesar de que en la actualidad esta primera etapa quede inadvertida para la mayoría de los peregrinos. "Yo conozco a mucha gente que me dice que ha hecho el Camino de Santiago completo, pero en realidad lo han hecho saliendo desde Roncesvalles, así que les queda todavía la primera etapa", nos explica Toñín, vecino de la localidad.
El desconocimiento de los peregrinos nacionales de esta etapa inicial emboscada en la vertiente francesa ha provocado que la mayor parte de los peregrinos que pasan por Valcarlos sean extranjeros, especialmente franceses, alemanes y holandeses.
Un techo para el peregrino
A pesar del desconocimiento de este trayecto, Valcarlos acoge una amplia red de edificios históricos relacionados con el camino. La primera edificación del pueblo fue, precisamente, un hospital para peregrinos: la hospedería Irauzketa, que actualmente es una casa particular. A lo largo de todo el valle podemos encontrar este tipo de edificaciones ahora en desuso, pero hay una en particular que llama especialmente la atención.
Se trata de la ermita de Ibañeta, edificada sobre los cimientos de un antiguo hospicio en lo alto del alto de ibañeta, esa pronunciada colina que marca la divisoria entre la vertiente española y francesa y que Roldán coronó antes de descender hacia su derrota. Esta ermita tiene una particularidad que la diferencia de sus hermanas del valle, y es que posee una campana que lleva tañéndose desde el medievo para guiar a los peregrinos de camino a Roncesvalles.
“A lo largo del valle del rio Luzaide había 7 hasta hospederías”
"El tiempo aquí es muy cambiante y traicionero, la mayor parte de los días sobre este valle se aposenta una espesa niebla que apenas te deja ver hacia donde te diriges, es por esto que en esta ermita vivía un monje que se dedicaba a tañer la campaba para que los peregrinos la escuchasen, y dejándose guía por su oído y no por su vista, pudiesen llegar hasta aquí", nos explica Antonio Sánchez, historiador de Valcarlos. “A lo largo del vale había hasta siete hospederías, esta era la última antes de llegar a Roncesvalles” apunta.
Muchas de estas hospederías se han convertido con el tiempo en casas rurales o pequeños hoteles, una opción idónea si se quiere pasar unos días por la zona o si simplemente se pasa circunstancialmente de camino a Santiago. Aquí puedes saber más sobre la ruta.
De padres a hijos
Dentro de las festividades más destacadas de Valcaros destaca su domingo de Pascua, momento en el que los particulares dantzaris del pueblo hacen su procesión por las calles de la localidad. Son los bolantes, una tradición danzarina que hace unas pocas décadas estuvo a punto de desaparecer, pero que a día de hoy se ha conseguido restaurar y en días señalados consigue reunir hasta a 130 personas.
“Es un baile muy bonito porque se baila los padres con los hijos”
"Hubo un momento en que apenas había gente, pero afortunadamente los pocos que quedábamos por aquí comenzamos a transmitir los bailes a los más jóvenes y estos al crecer se lo enseñaron a sus hijos. Actualmente es un baile muy bonito porque se baila los padres con los hijos", nos explica Jon, uno de los dantzaris más habilidoso del grupo.
Un baile que se realiza llevando un alambicado traje cargado de tradiciones. Sobre un pantalón y una camisa blanca al estilo pamplonica se aposentan todo un surtido de tiras, cascabeles, lazos y borlas de todos los colores imaginables. Un conjunto que se remata con una boina y un pequeño bastón que se utiliza para marcar el ritmo.
Si te gusta el turismo rural te proponemos una visita por El Carpio (Córdoba) o Ubide.