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Lou Reed, la poesía más salvaje del rock and roll

  • El neoyorquino, miembro de la mítica The Velvet Underground, fue uno de los grandes maestros de la música
  • Repasamos su historia, recordamos su paso por la banda y su triunfo absoluto en solitario
  • Mucho rock y mucha buena música en el octavo aniversario de su fallecimiento

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Lou Reed (2010)
Lou Reed (2010)

Allá por 1942 nacía el que sería el referente de toda una era: Lou Reed. Uno de los más grandes maestros neoyorquinos de la música, la voz salvaje del rock por ese gusto por lo sórdido, lo underground y desagradable otras tantas veces. Pero también esa voz sutil, educada y cultivada, cercana a la alta cultura, que supo ensamblar elementos como la poesía o la danza en sus canciones y en sus discos.

Hoy se cumplen ocho años desde que su legendaria voz se apagaba. Y nosotros, desde RNE, en tributo al "padre del rock alternativo", le dedicamos un pedazo de nuestro Archivo Sonoro, de lo mejor que nos dejó.

Con Lou Reed nace ese concepto de rock alternativo como un intento de música en la que prima el elemento artístico por encima del intento de complacer al público. La melodía y la distorsión y por encima de todo ello, el interés personal del músico como artista de llevar a cabo su visión y su idea de la música.

Repasamos la historia del "yonqui del rock and roll" con Gustavo Iglesias en Radio 5.

La legendaria The Velvet Underground

Lou Reed es sinónimo de Nueva York y, en cierta medida, Nueva York tiene algo de Reed. El lugar donde comenzaría todo, donde conocería a John Cale, comenzarían a hacer música juntos y la The Velvet Underground se gestaría. Uno de los grupos más importantes e influyentes de la música moderna. Tanto es así que el mismo Brian Eno los describió muy bien hablando del primer disco de la banda. Un trabajo que, por cierto, se vendió muy poco y del que dijo que solo se habían vendido 30.000 copias, pero cada una de las 30.000 personas que compraron el álbum montaron una banda. Una descripción que define a la perfección lo que fue The Velvet Underground.

El primer disco de la Velvet, conocido por la famosa banana diseñada por el mismo Andy Warhol, se publicaba en marzo de 1967, aunque Reed y Cale se conocieron algunos años antes. Se trata de un trabajo que incluye canciones que hablan de temas insólitos hasta el momento como el sadomasoquismo, el sexo bizarro y, por supuesto, las drogas.

Letras transgresoras y controvertidas, sonidos innovadores o estéticas totalmente vanguardistas. Son solo algunas de las características que definen a uno de los grandes referentes contraculturales de todos los tiempos.

Sin duda alguna, fueron los padres de la música alternativa y sus variantes, del punk, de la new wave. De hecho, un alto porcentaje de la música que se ha ido componiendo desde entonces está basada en su legado. Aún así, fracasarían estrepidosamente en conseguir el éxito. Demasiado elitistas, viscerales, complejos... Parecían hechizados por una maldición.

Sin embargo, a día de hoy, The Velvet Underground son considerados una de las bandas más influyentes de la historia.

¡Y aquí te dejamos una selección con las 10 mejores canciones de la banda! Por Gustavo Iglesias en Top Gus Extra.

Triunfo en solitario

Tras su paso por la Velvet Underground, Lou Reed decide poner en marcha su carrera en solitario consiguiendo un triunfo absoluto con su LP de 1972: 'Transformer'. Disco en el que encontramos el mítico mitiquísimo "Walk on the wild side". La letra es una descripción del Nueva York de Andy Warhol y, en particular de 'The Factory', el estudio del artista.

La leyenda cuenta que Reed escribió el tema para un musical que no se estrenó, inspirado en la novela de Nelson Algren de 1956 'A walk on the wild side', que se inspiraba a su vez en una canción de principios de esa década llamada 'The wild side of life'.

Nuestro protagonista de hoy fue fiel a la canción y vivió el lado salvaje durante los años 70, evolucionando al rock en los 80 y 90 para enseñarnos su faceta más intelectual durante la siguiente década.

Sus últimos 25 años de trayectoria, seguramente menos conocidos que sus discos clásicos con The Velvet Underground, 'Transformer' o 'Berlin', conforman una etapa llena de momentos brillantes. Tanto, que también encontramos en esta época algunos de los mejores discos de su trayectoria. Entre ellos, el álbum que, en cierta manera, marcó su resurrección tras atravesar una década en los 80 con trabajos que quedaron muy por debajo del listón mínimo exigido para este gigante del rock and roll.

Hablamos, por ejemplo, de 'New York' (1989). Tiene estatus de clásico en la discografía de Lou Reed e incluye temas como "Halloween parade".

Lou Reed y John Cale formaron juntos The Velvet Underground, pero sus caminos se separaron en el 68. Fue Reed quien echó a Cale de la banda y lo hizo de mala manera. Este no le perdonó y se pasaron décadas sin decir absolutamente nada bonito el uno del otro. Pero había algo que ambos tenían en común, que les unía: su admiración por Andy Warhol. Cuando Andy falleció, Lou Reed y John Cale volvieron a reencontrarse ¡y decidieron volver a trabajar juntos!

Y lo hicieron en un disco en homenaje a su viejo amigo Warhol, apodado Drella, una mezcla de Drácula y Cinderella. 'Songs for Drella' de 1990 volvió a unir a Reed y Cale dando forma a una colección de canciones que repasaban la vida de aquel icono del pop art.

Aquí "Hello, it's me".

Al año siguiente, Lou Reed editaría uno de los discos más serios en su carrera en cuanto a lo temático se refiere. Un álbum conceptual de 14 canciones dedicadas a la muerte o, tal vez, a la forma en que se afronta el final de la vida. Pronto llegaría 'Set the twiglight reeling' y años más tarde 'Ecstasy', el último gran disco del artista.

Lo normal es que los mejores discos de un artista se gesten en los primeros años de trayectoria. Pero poner un álbum del año 2000 entre lo mejor de un músico con prácticamente medio siglo de trayectoria no es lo habitual y rompe con la norma. Aún así, figura como uno de los mejores trabajos de Lou Reed por su sonido, producción, letras, composición, intrumentación y emociones transmitidas.

Aunque, por supuesto, no sería el último. En 2003 nos regalaría 'The Raven'. Y ninguno mejor para recordar cómo sonaba Lou Reed en sus últimos tiempos que 'Animal Serenade' (2004).