La otra 'maría': el compuesto menos conocido del cannabis que no engancha
- Prolifera un nuevo producto que procede del cannabis, llamado CBD, que no crea adicción y tiene grandes propiedades terapéuticas
- La OMS avala su potencial terapéutico, aunque para muchos se trata simplemente de una moda
- El domingo, a las 22.30 horas en el Canal 24 Horas, un reportaje de REPOR
La mayoría de tiendas que venden productos CBD son franquicias que proceden mayoritariamente de Alemania e Italia. Difunden las propiedades terapéuticas de este compuesto del cannabis que ayuda en casos de ansiedad, asma, artritis y también desinflama. Evidentemente son tiendas legales, pero la normativa cambia según el país. Su libre comercio se basa en una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia que permite la venta de CBD en todos los países europeos, siempre que tenga un origen legal. Suiza sería el país donde se vende con mayor libertad.
Esta disparidad en la normativa afecta tanto a la tienda como al cliente, como podemos comprobar al entrar en un establecimiento especializado en CBD como el que tiene Mauro Romano en el barrio de Gracia en Barcelona.
El aceite CBD: el más vendido en España
En las estanterías encontramos productos de lo más variados: desde alimentos como pasta, ricos en fibra y omega-3 procedentes del cáñamo a cremas hidratantes. Pero el producto estrella más vendido es sin duda el aceite CBD, que en España va etiquetando para un uso tópico, no apto para el consumo humano, cuando en otros países se ingiere de forma sublingual.
“Yo no puedo recomendar la mejor forma de tomar el aceite, aunque el cliente cuando viene ya se ha informado por internet“
"Yo no puedo recomendar la mejor forma de tomar el aceite, aunque el cliente cuando viene ya se ha informado por internet, que en muchos países se toma de forma sublingual, explica Mauro, el responsable de la tienda.
Otro producto como las "flores aromáticas" que se fuman, se venden aconsejando al cliente que guarde la factura y no quite el precinto de la caja hasta llegar a su casa. Y es que el olor que desprenden puede dar la sensación que se está fumando marihuana. Es una manera de justificar la procedencia legal del producto ante una eventual sanción de la policía.
“Apenas podemos distinguir el CDB y la marihuana. La diferencia recae en la concentración“
La realidad es que en este "mundo CBD", siempre planea la sospecha de la marihuana ilegal. Rubén Valenzuela, CEO de la empresa de investigación Valenveras nos explica por qué: "El CBD y la marihuana son sustancias que proceden de la misma planta Cannabis Sativa, y apenas podemos distinguirlas. La diferencia principal recae en la concentración de tetrahidrocannabinol (THC). Cuando este compuesto THC llega al 1% es psicoactivo, sería marihuana, para entendernos y cuando la concentración está en un 0,2, no crea adicción y hablamos de CBD. De ahí, que bandas de narcotraficantes internacionales cometan robos en plantaciones de cáñamo buscando realmente la sustancia ilegal".
Aumenta el cultivo de cáñamo industrial
El interés por el CBD en España ha provocado un aumento del cultivo de la superficie de cáñamo industrial que se ha multiplicado por ocho desde 2016, pasando de 61 hectáreas a las 510 actuales.
Para cultivar cáñamo industrial de forma legal, la semilla debe estar registrada por la Unión Europea. Es una manera de asegurar que el CBD no superará el 0,2. Si el nivel es más alto sería un cultivo ilegal, no pasaría los controles que realiza la policía y se debería destruir la plantación.
Rubén Valenzuela ha creado junto a la Universidad Politècnica de Catalunya (UPC) el primer hub de cannabis de Europa y explica que cómo realizan los controles para ajustarse a la normativa: "Nosotros pasamos controles de la policía para garantizar que el nivel de THC es de 0,2. Si lo superamos estamos obligados a destruir la plantación, ya que el cultivo pasa a ser ilegal. Las condiciones meteorológicas pueden alterar la concentración de THC aunque la semilla esté certificada por la Unión Europea".
Distintas legislaciones en los países de la UE
Y aún va más allá, Rubén Valenzuela cuestiona que cada país tenga un nivel de THC diferente: "La Unión Europea ya ha visto este problema y nos ha comunicado que en 2023 va a subir este límite de 0,2 a 0,3, pero tenemos que tener en cuenta cómo va evolucionando el cáñamo en todo el mundo. Por ejemplo, podemos ver como en Italia hay un límite 0,5 que da una ventaja tremenda a los agricultores, cómo la República Checa va a imponer un aumento del 1 % igual que Suiza. Es importante tener un poco más de margen. Necesitamos regular el procesado del cáñamo para poder trabajar la flor y poder extraer el aceite".
El uso habitual del cáñamo industrial estaba dirigido a la producción de fibra. De hecho, en España no se puede procesar la flor, para extraer aceite CBD sin una autorización especial de la Agencia Española del Medicamento y productos sanitarios. Esta autorización la consiguen muy pocas empresas, únicamente las que se dedican a la industria farmacéutica o la investigación.