Agapito Marazuela: música, trincheras y cárceles
- Imprescindibles, disponible en RTVE Play, narra la historia del músico de folklore Agapito Marazuela
- El segoviano tocaba la dulzaina en las trincheras republicanas durante la Guerra Civil
- En las cárceles franquistas el guitarrista usaba su guitarra para entretener y enseñar a los presos
Quizás el nombre de Agapito Marazuela no te suene... Fue un músico de folklore muy conocido durante los años 20 y 30. En la Guerra Civil luchó en el bando republicano y la dictadura franquista le condenó a seis años de prisión. Después de su salida de la cárcel, fue silenciado por el régimen por lo que su vida y trayectoria profesional ha sido olvidada por muchos. El Imprescindibles ‘Agapito Marazuela, la estatua perdida’ homenajea la figura de este segoviano.
En el documental descubrirás cómo el músico tocaba la dulzaina, incluso algunos le pedían un concierto antes de ser fusilados.
Música en las trincheras republicanas
“Fui a tocar la guitarrilla una noche de Navidad a las mismas filas“
En la Guerra Civil Marzuela organizó, junto al escultor Emiliano Barral, las Milicias Antifascistas Segovianas en Madrid. Al morir Barral por un morterazo, el músico ocupó su cargo como presidente durante un año y medio. Agapito Marzuela iba a las trincheras republicanas, incluso teniendo poca visibilidad en un ojo y ceguera en otro, y se llevaba la dulzaina para tocarla. Según explica su discípulo Eugenio Urrialde en Imprescindibles, “ya podía haber los disparos que hubiese, que todo el mundo se callaba”. El segoviano también se llevaba la guitarra al frente, tal como contó en la grabación de cintas de cassette registradas en los años 70 que podemos escuchar en el documental: “Fui a tocar la guitarrilla una noche de Navidad a las mismas filas. (…) Al tocar la guitarra pararon los tiros.”
Su guitarra en las cárceles franquistas
Marzuela explicó también que al finalizar la Guerra Civil se presentó en la Dirección General de Seguridad de la calle Serrano de Madrid para que le detuvieran porque sabía que iban a hacerlo igualmente. “No me querían admitir porque decían que allí no había ninguna denuncia contra mí y yo les dije 'yo he formado parte de un centro regional, soy de la junta directiva, soy de izquierdas y sé que ustedes detienen a la gente de izquierdas'”, relató.
“A los que iban a fusilar, antes les daba un recital“
Le trasladaron a la cárcel de San Antón y se llevó su guitarra para tocarla y dar conciertos. Incluso alguno de sus compañeros le pedía que le tocara antes de ser fusilado. “A mí me dijo que algunas veces a los que iban a fusilar, antes les daba un recital”, comenta Eugenio Urrialde. El discípulo del músico explica que también enseñaba a tocar este instrumento al resto de reclusos y que le quitaban la guitarra a modo de castigo colectivo.