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Sigüenza, la historia escrita en piedra

  • Las piedras de Sigüenza trasladan al visitante desde la prehistoria al siglo XXI
  • Ubicada entre los ríos Dulce y Salado, cerca se encuentra el parque natural del Barranco del río Dulce

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Catedral de Sigüenza.
Catedral de Sigüenza.

La provincia de Guadalajara guarda muchos tesoros: espacios naturales, castillos medievales, arte románico, pueblos con encanto y ciudades históricas. Y hay un lugar que combina todos ellos: Sigüenza y su comarca.

Sigüenza es una ciudad monumental, labrada a golpe de historia que merece la pena recorrer despacio, interpretando cada uno de sus rincones y visitando lugares como la catedral, el castillo, la Casa del Doncel, la iglesia de Santiago o las puertas de sus murallas.

También merece la pena reservar tiempo para visitar sus alrededores, para caminar por el parque natural del Barranco del río Dulce y descubrir los castillos y las iglesias románicas de sus 28 pedanías, cada una diferente.

En El gallo que no cesa, nos hemos acercado a esta población arriacense para escuchar lo que cuentan sus piedras.

El gallo que no cesa - Tierra sin límites: Sigüenza, la histórica ciudad del Doncel - Escuchar ahora

Una historia de miles de años

Su ubicación y la sal han marcado el destino de Sigüenza desde su orígenes. Se encuentra en una zona estratégica, entre los ríos Dulce y Salado, en plena vía romana entre Mérida y Zaragoza y a caballo entre los antiguos reinos de Castilla y Aragón; además, la riqueza de sus salinas ha atraído a diferentes pueblos desde la prehistoria.

Marga Olaverri, guía de Sigüenza, habla de los arévacos, los que dan nombre a la ciudad. "Llaman a Sigüenza Segontia, que quiere decir la que domina el valle, toda la parte baja es el valle del Henares y por eso el gentilicio de aquí, seguntinos y seguntinas".

Después llegaron los romanos, los visigodos (“se cita a Protógenes como primer obispo católico visigodo de la ciudad”) y los musulmanes. Estuvieron hasta 1124, año en el que se instaura de nuevo el señorío eclesiástico en Sigüenza. Los nueve siglos posteriores se descubren recorriendo las calles de la ciudad.

Iglesia de Santiago.

Iglesia de Santiago PAULA MAYORAL

Un paseo por Sigüenza

Sigüenza tiene un patrimonio acorde a su historia y cada piedra desvela algún pasaje. Es una ciudad de una riqueza impresionante que reúne distintos estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacentista, barroco, neoclásico...

Hay que dedicar tiempo a caminar por sus calles y, si es posible, sumarse a alguna de las visitas guiadas que organizan desde la oficina de turismo y que recorren la ciudad medieval haciendo paradas en lugares como la catedral, la Plaza Mayor, las puertas de la muralla, las iglesias de Santiago y San Vicente, la Casa del Doncel, la plaza de la Cárcel y el castillo.

La catedral concentra gran parte de la historia de Sigüenza, un edificio levantado en el siglo XII y modificando a lo largo de los siglos. La describe Julián García, canónigo fabriquero y responsable de patrimonio del edificio. “Una catedral románica, sobre ella una gótica y se añaden elementos renacentistas y barrocos; en su interior, hay obras de arte que son ya del siglo XXI”.

Dentro, guarda “la más bella escultura fúnebre de España”, en palabras de Ortega y Gasset. Es la sepultura de Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, un caballero renacentista que murió en 1486 en Granada, luchando contra los musulmanes. “Lo sorprendente de la sepultura es que a este joven guerrero lo representan vivo. Vemos que es un guerrero, pero es un guerrero que lee un libro”, explica García.

Otra de las joyas de esta catedral es la sacristía de las Cabezas. Una obra renacentista que tiene una cúpula llena de cabezas “una representación de los habitantes del mundo en ese momento”.

Al lado de la catedral, se encuentra la plaza Mayor, un espacio mandado construir por el cardenal Mendoza a finales del siglo XV según las características que imperaban en el Renacimiento. Está rodeada por edificios de gran valor: la catedral, la casa de los Deanes (hoy ayuntamiento), la antigua Tesorería y una de las muchas puertas de la muralla que hay en la ciudad: la del Toril.

Calle del Portal Mayor.

Calle del Portal Mayor. PAULA MAYORAL

Los lienzos de Sigüenza merecen una mención aparte, explica Marga Olaverri: “Sigüenza tiene tres lienzos o paredes de muralla. Vamos a ver el lienzo del XIV, el del XII y hay un último lienzo que se construye en el XVI, cuando los clérigos y canónigos pueden salir de los muros de la catedral y que quedaría limitado por la calle del seminario”.

El recorrido continúa por la calle Mayor en dirección a la iglesia de Santiago, del siglo XII. Este templo, destruido durante la Guerra Civil, se ha restaurado y reconvertido en el centro de interpretación del románico rural de Guadalajara.

Durante las obras se han ido encontrado joyas, entre ellas un torreón andalusí que ha hecho replantearse la importancia del periodo musulmán en la ciudad. “No teníamos ningún resto tangible de la época musulmana así que empezamos a hilar (y descubrimos que) Sigüenza en la época musulmana tuvo mucha más importancia de lo que pensábamos hasta ahora”.

Muy cerca se ubica la Casa del Doncel, el hogar de los Vázquez de Arce, un ejemplo muy interesante del gótico civil. Su fachada está llena de simbología y se puede visitar por dentro para ver sus adornos mudéjares, además de varias exposiciones y el archivo municipal.

La ruta continúa hacia el castillo, el lugar donde se asentaron celtíberos, romanos, visigodos y musulmanes y donde vivieron los obispos seguntinos durante siglos, hasta la Desamortización de Mendizábal. Hoy el castillo es un Parador, así que los turistas pueden descansar en el mismo lugar en el que estuvo recluida doña Blanca de Borbón, esposa del rey Pedro I el Cruel. Cuentan (aunque más bien es cuento) que hoy su fantasma vaga por los pasillos.

Plaza de la cárcel.

Plaza de la cárcel. PAULA MAYORAL

Comida contundente y de altura

Tanto paseo abre el apetito. Y lo mejor es empezar con el aperitivo local: el fino seguntino. La mezcla, la desvela Miguel, de La Tascona de la Cárcel. “Es un cóctel a base de vermú, gaseosa y cerveza”. Se suele acompañar de unos perdigachos, “una salmuera de anchoas, con un poco de tomate rallado y alioli”.

Después de abrir boca, es hora de comer. En la cocina seguntina, los platos son contundentes: migas, sopas castellanas, asados de cordero y cabrito, carne de caza, setas... Una gastronomía tradicional que ha ido un paso más allá en El Molino de Alcuneza y en El Doncel, dos restaurantes reconocidos con sendas estrellas Michelin.

Hay que reservar hueco para el postre, para probar los dulces conventuales o el borracho seguntino, “un bizcochito, empapado en almibar, que está muy rico también”.

Patrimonio natural y artístico en los alrededores

Además de la ciudad, el municipio de Sigüenza incluye 28 pedanías como La Cabrera, Imón, Pelegrina, Pozancos, Guijosa o Palazuelos. En algunas se conservan castillos e iglesias del románico rural así que merece la pena reservar tiempo para hacer una visita.

Barranco del río Dulce.

Barranco del río Dulce. PAULA MAYORAL

Muchos de estos pueblecitos se asientan en los valles de los ríos Salado y Dulce. El barranco del río Dulce está protegido como parque natural, un lugar que ya puso en valor Félix Rodríguez de la Fuente en su serie El hombre y la Tierra y que hoy podemos recorrer caminando gracias a sus senderos.

Ciudad y alrededores poseen una belleza natural y monumental de gran valor, tanto que están intentando lograr el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. “Sigüenza es un escenario de historia y de arte en sí misma, estamos nombrados para ser Patrimonio de la Humanidad, no solo Sigüenza como ciudad medieval (aparte que tiene un ensanche renacentista, otro ilustrado y otro barroco), sino lo que se quiere poner en valor para la candidatura es Sigüenza y la comarca”, sentencia Marga Olaverri.