Verónica Forqué y la capitanía más surrealista de la historia de MasterChef
- Verónica Forqué protagoniza la prueba de exteriores más loca de la sexta temporada
- Juanma Castaño se propone hasta abandonar el programa ante el descontrol
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“Hice lo que pude, iba con muchas ganas, con ilusión. Yo les pedí hacedme caso, escucha activa, todo sí todo sí. Y al final fue todo no, todo no, pero la vida es así. Y entonces bueno, como suele ocurrir, la realidad que uno vive no tiene nada que ver con la vive el otro”, explicaba Verónica Forqué a los jueces tras regalarnos una de las capitanías en exteriores más locas y divertidas de toda la temporada. Si aún recordábamos aquellos momentos de “más papel, más papel” o el mítico “no os durmáis” de una de las primeras entregas. Este reto en los Campamentos MasterChef del noveno programa superó todo con creces.
De nuevo, Verónica Forqué no quiso escuchar a ningún compañero y sacó a relucir su parte más “mandona”. La aspirante lideró con su delantal dorado y terminó sacando de quicio a todos los compañeros. Tanto que pudimos ver una nueva cara de Belén López que no habíamos visto hasta ahora. “Belén, te vimos en exteriores muy diferente. Nunca te habíamos visto así. Ya no se te ve tan buena, como nos tienes acostumbrados”, le comentaba Samantha en el reto de eliminación. A lo que la actriz respondía explicando que cuando las cosas se llevan al límite también hay que pasar a la acción y hacerse la dura para salir adelante. Algo que Carmina Barrios, sin embargo, no pudo hacer ya acabó llorando en más de una ocasión de impotencia sin entender por qué su querida Gertrudis no escuchaba a nadie y destrozaba las elaboraciones. “Ha vuelto a llenar de sal el guiso, esto no se puede comer, de verdad que no lo entiendo”. Sus compañeros la abrazaron y le dijeron a Carmina que ella lo estaba haciendo genial y que era una todoterreno, que no se viniera abajo.
Otro de los aspirantes que sufrió la capitanía de Verónica Forqué a lo grande fue Juanma Castaño. El periodista no se podía creer lo que estaba viviendo y hasta en más de una ocasión amenazó con irse y dejar las cocinas. “Esto si que es una verdadera prueba de preparación y no lo que le hacen a los astronautas para ir al espacio. Que les traigan aquí a convivir con Verónica, no iban a durar ni un día”, explica el aspirante mientras se quedaba fijo mirando las elaboraciones no la mirada perdida sin saber cómo reaccionar a semejante locura. Le montaron en un kayak, le ataron de pies y manos; intentaron distraerle de todas las maneras posibles…
Sin embargo, Verónica solo quería poner a todos en acción y, en esta ocasión, ni la intervención de Pepe Rodríguez logró relajar a la aspirante. “Yo representaba el caos, seguido de todos mis esbirros caóticos, pero es que no les gusta que les manden. Yo no funciono así, entonces me siento absolutamente incomprendida. No sé por qué no se fían de mí, eso es lo que yo tengo que mirar, por qué no confían en mí. Qué genero para que digan, esta…”. El único al que Verónica no volvió loco y la líder aplaudió tras esta enorme prueba fue su marido Antonio, Iván Sánchez, que remarcó una vez más que tras toda esa coraza que construye la actriz hay mucha ternura.