Dani Martín y la muerte de su hermana: No pudo hacer el duelo que quiso ¿Por qué?
- El cantante ha recordado a Miriam en su entrevista con Carlos del Amor en La Matemática del Espejo
- Lo más duro de perder a su hermana fue ver sufrir a su madre
Dani Martín se disfrazaba de chulito para “no recibir collejas”
Dani Martín, por mucho que haya pasado el tiempo, sigue sabiéndose de memoria el número de teléfono de su hermana Miriam. La muerte de ésta, ha sido uno de los golpes más duros que le ha dado la vida… Además, no pudo hacer su duelo como le hubiera gustado, ¿cuál es el motivo? Se lo ha desvelado a Carlos del Amor, en la que quizá sea, hasta la fecha, la entrevista más íntima del hijo de Carmen y Manolo.
““Me sé de memoria el número de mi hermana y en momentos en los que te pasa algo te sale el acto reflejo y la querrías llamar”“
En febrero de 2009, la vida de Dani Martín sufrió un duro golpe. Con apenas 32 años tuvo que hacer frente a la pérdida de su hermana Miriam, quien falleció repentinamente a causa de un infarto cerebral. Sin embargo, lo más duro para Dani, fue ver cómo su madre tenía que decir adiós a su hija: “La pérdida de mi hermana creo que es el golpe más grande que se ha llevado mi madre en la vida. Y, ver a mi madre en esa situación, ha sido el golpe más grande que me he llevado en mi vida”.
“Me hubiera gustado sufrir el duelo como hermano y no como padre de mis padres”
A pesar de ser uno de los momentos más duros para el cantante, Dani tuvo que afrontar la realidad y tirar de su familia, aunque le hubiera gustado “ser más encajador” y no haberse tenido que sobreponer a las cosas: “Me hubiera gustado haber sufrido el duelo de la muerte de mi hermana como hermano y no poniéndome en el rol de padre de mis padres. Creo que los duelos hay que vivirlos y los golpes hay que encajarlos como corresponden y eso, a veces, las personas somos como más duras e intentamos sobreponernos”.
““Fue un momento muy duro, pero también hemos aprendido mucho los tres y son cosas que pasan en la vida. Yo ya me he emocionado, yo ya he llorado”“
Sin embargo, todos somos capaces de entender la postura del madrileño, y es que, como él dice, “perder un hijo tiene que ser lo más doloroso del mundo”: “Yo tenía 32 años y tenía y tengo toda la vida por delante, mis padres ya no tenían tantas posibilidades de enriquecer su vida y de llenarla de momentos de luz”.
A pesar de que ha hecho su duelo, se sigue sabiendo su número de teléfono de memoria
Con el paso del tiempo, Dani ha sido capaz de hacer su duelo: “Fue un momento muy duro, pero también hemos aprendido mucho los tres y son cosas que pasan en la vida. Yo ya me he emocionado, yo ya he llorado”. Ahora prefiere recordar a su hermana “con su forrito polar, su sonrisa, y cuando le decía que los buenos eran Los Rodríguez”, como le dedica en uno de sus temas: “Yo cuando le escribo “Como me gustaría contarte” en forma de carta a mi hermana
Eso sí, pase el tiempo que pase, hay cosas que en la vida no se olvidan. Dani tenía guardado el número de su hermana bajo el pseudónimo de “hermana mía”, sin embargo, no le hacía falta buscarlo en su lista de contactos, porque se lo sabía de memoria y, 12 años después, no se le ha olvidado: “Me sé de memoria el número de mi hermana y en momentos en los que te pasa algo te sale el acto reflejo y la querrías llamar”.
“No volver a ver a mi viejo y a mi vieja me parecería algo antinatural”
Tanto Dani, como su hermana, nunca se han referido a sus padres como papá o mamá, siempre se han dirigido a ellos como Carmen y Manolo. Podría decirse que son el motor su vida: “Para mi han sido y siguen siendo un pilar muy importante en mi vida. Luego hemos vivido cosas muy fuertes los tres juntos y sí, son las dos personas más importantes de mi vida y a las que más quiero. Me han educado como han sabido, desde la base del cariño y del amor. Siempre ha habido sensibilidad, cariño, formas bonitas de decir las cosas”.
Como a todos, muchas veces le hubiera gustado que fueran “de otra manera”, pero los describe como “dos grandes personas” y no concibe un mundo sin ellos: “Tras la muerte de un padre o un hijo, tengo un amigo que dice que te cambia la vida y empiezas a vivirla de otra manera. Yo no me quiero imaginar eso, porque no lo entiendo, aunque digan que es ley de vida y todo eso, pero, no volver a ver a mi viejo y a mi vieja, me parecería algo antinatural”.
“Me disfracé de chulito muchas veces para que no me hicieran daño”
A pesar de sus trastadas de adolescente Dani, como sentimiento y no como reproche, ha confesado que le hubiera gustado que sus padres hubieran estado más encima de él: “Que, en vez de trabajar tanto, se hubieran sentado a hacer la tarea conmigo e intentar ver de qué manera podían ayudarme para que en el cole hubiera aprovechado más el tiempo”. A pesar de ello, quitando su etapa de estudiante, recuerda su infancia con un gran cariño: “Tengo un recuerdo muy bonito. El peor recuerdo era el colegio, que nunca supe atender, ni nunca me interesó nada de lo que ahí sucedida. Tuve que sacarme el bachillerato en una escuela de adultos, ahí me di cuenta que había perdido mucho el tiempo y tuve que sacarme dos cursos en un año”.
En su adolescencia ha protagonizado muchas travesuras que le han llevado a convertirse en quien es ahora. El cantante le ha confesado a Carlos del Amor que, en alguna ocasión, ha llegado a falsificar las notas, aunque la mentira le duraba poco: “Mi madre, que era muy lista, decidió llamar al director. Entonces yo le dije que le tenía que decir una cosa, de pronto se quitó un zueco…”, confiesa entre risas.
En “16 añitos”, el madrileño ya deja entrever la coraza que se puso durante su juventud. Una de las frases más míticas del tema, “me disfracé de uno que no era yo”, relata, entre líneas, que Dani “es una persona sensible” y que en ciertos momentos que se ha tenido que escudar para “no llevarse collejas”: “Te parapetas en cosas para no sufrir y sí, me disfracé de chulito muchas veces para que no me hicieran daño. Y esa canción habla de eso, de la adolescencia”.
En contexto, al artista nunca le ha gustado que nadie “se crea más fuerte que otro”: “Llegué a un instituto y me hicieron un pasillo de collejas. Yo creo en el karma un montón y los de las collejas nunca me han caído bien. Siempre he ido más del lado que estaba pasando y le estaban dando la colleja. Mira que fui repetidor y tuve la oportunidad de collejear, pero no”.