José Corbacho: "El humor hay que hacerlo"
- 'Ante todo mucha calma' es el nuevo espectáculo del monologuista José Corbacho
- Un espectáculo en el que se ríe de todo, empezando por sí mismo y terminando por los espectadores
- "Bastante trágica es la vida como para no tomárnosla un poquito a risa"
Actor, director, productor, pero ante todo cómico. Monologuista profesional que ha hecho del humor inteligente escuela. Sabe que hemos atravesado tiempos complicados, por eso regresa con su humor más dispuesto que nunca a hacernos reír. 'Ante todo mucha calma', así se llama el nuevo espectáculo de José Corbacho.
"Me río de todo lo que me concierne a mí porque creo que es importante reírse de uno mismo para después reírse del mundo entero. Entonces, al final me acabo riendo de mi madre, de mi pareja, de mi hijo, de mi perro... Y luego ya me río un poquito de todo lo demás".
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Y es que tal y como está la situación que estamos viviendo, no viene pero que nada mal reírnos. Empezando por nosotros mismos: "Te encuentras en los teatros que la gente tiene muchas ganas de reírse y de pasárselo bien. Y, además, te lo dicen cuando acaba el espectáculo o por las redes. Yo creo que esto es algo que siempre es necesario para el ser humano porque ya bastante trágica es la vida como para no tomárnosla un poquito a risa", dice Corbacho. "Es verdad que con lo que ha pasado y está pasando durante este tiempo de pandemia, coronavirus y desastres de todo tipo, a la gente parece que se le acentúan las ganas de reírse, pero yo creo que siempre hay que tener un tiempo para reírse y para tomarse la vida con buen humor".
'Ante todo mucha calma', aunque en realidad, José Corbacho no es que tenga demasiada calma en la vida: "Es un poco irónico porque yo no soy una persona muy calmada y menos encima del escenario cuando me pongo a hablar. Pero es verdad que el mundo va como muy rápido y, probablemente, sea la época de la historia de la humanidad donde incluso la tecnología no la podemos asimilar porque va más rápido de lo que podemos. Entonces, yo pido calma, pero luego en realidad tampoco es que pueda yo mantener la calma mucho rato".
Un espectáculo que está llevando de gira por todo el país. Su última representación ha sido en el Teatro Princpial d'Inca de Mallorca y todavía tiene pendiente muchos lugares y fechas más. De entre ellos, Madrid, Valencia, Santo Domingo de la Calzada, Bilbao o Barcelona.
"A mi hermana le estoy costando un riñón"
Y nunca mejor dicho. La insuficiencia renal nunca ha sido un problema para José Corbacho y su ajetreado estilo de vida. Pero el trasplante ya estaba llamando a su puerta y fue su hermana quien se lo donó por ser el más compatible de todas las opciones que había. Una anécdota de su vida que el humorista ha querido incluir en su monólogo de manera divertida y, como no, riéndose de sí mismo: "Lo incorporé al monólogo y así hablo del tema de los trasplantes y de esa parte femenina que siempre he tenido pero que ahora ya la tengo desarrolladísima".
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Un trasplante que le ha permitido, asegura entre risas, aprender a hacer cosas que antes no sabía: "Mi hermana es profesora de Matemáticas y yo salí del instituto sin resolver ecuaciones de segundo grado y ahora vamos, ahora soy un hacha. Sé hacer dos cosas a la vez, que muchos hombres no saben ni lo que es, soy más empático, escucho mejor... Entonces, perfecto. Me encuentro divinamente", nos cuenta con ese humor que le caracteriza.
Humor sin límites
Nos empeñamos en hablar del amor y en hablar del humor, pero para José Corbacho, tanto uno como otro se hacen: "Al final creo que cada uno tiene que practicar con su humor y que si el humor tiene límites o no es que nadie lo sabe. Y si tiene límites, se mueven. No hay límites estrictos", explica Corbacho.
Nadie sabe si tiene o no tiene. Pero él tiene claro que no debería tenerlos: "Es verdad que evoluciona la sociedad, evolucionamos los cómicos, los humoristas. Yo hacía chistes hace veinte años o hace quince, o incluso estos fragmentos que han salido al principio del monólogo que igual ya los he cambiado. Hacemos cosas de otra manera. Dicho eso, creo que no tiene que tener límites y que nos tenemos que reír de todo porque, al final, reírse es una terapia absoluta. Yo me he reído en sitios en los que, probablemente, la gente diga que no hay que reírse como hospitales, tanatorios, en cosas muy dramáticas donde la risa es un mecanismo de defensa".