Ana Bernal-Triviño: "Silencio y culpa es lo que más les cuesta a las víctimas derribar"
- 'Las mujeres de Federico' es el nuevo libro de la profesora y periodista Ana Bernal-Triviño
- Una reunión de los personajes femeninos más emblemáticos del autor que cobran vida y se unen para cambiar su destino
La música, la poesía, el cine, los libros, el teatro y todos esos espacios de ficción en los que podemos vernos son muy importantes para sociedad. Se generan estereotipos, se crean referentes y muchas veces construyen sueños. Hoy, 25 de noviembre, celebramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y hablamos de la representación de las mujeres en la ficción con la periodista y profesora Ana Bernal-Triviño. Nos presenta en Tarde lo que tarde su nuevo libro 'Las mujeres de Federico'.
"Esta idea me surgió por varias razones, pero una de las que más me pesaba era porque, en esta idea de concienciar un poco, quería situar y poder hacer un marco de contexto. Y como Federico formaba parte de mi vida y esas mujeres han formado parte de mi vida siempre y he pensado muchísimas veces en ellas, dije voy a pedirle a Federico por favor que me dejara utlizar a sus mujeres un ratito, y a ver si a través de la creatividad y de la literatura, podemos hacer que la gente llegue a comprender un poquito más de nuestra historia".
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Un libro para el que la autora ha tenido que hacer un ejercicio de empatía con cada una de las mujeres del libro y meterse en su piel: "Sé que he tenido cierta ventaja por mi trabajo. He hablado con infinidad de víctimas y eso me ha permitido conocer mucho la psicología, lamentablemente, de la situación que viven y el porqué de determinadas situaciones. Y esa parte sí que la llevaba de ventaja, pero aún así he tenido que hacer un ejercicio de empatía", nos cuenta Ana.
Mujeres unidas por Lorca y, sobre todo, por el silencio: "Es lo que a día de hoy sigue uniendo a muchísimas víctimas, lamentablemente. Por una parte, hay un silencio cómplice de la sociedad, pero también está ese silencio del miedo a pensar que te pueden cuestionar, que te van a juzgar y, de hecho, ellas me servían por el hecho de que fueran personajes aislados cada una en su historia y que salían de sus libros para encontrarse por primera vez. Y ahí tenían que empezar a derribar esos muros, que, incluso, tienen vergüenza de tener que contar su historia, como pasa hoy en tantísimas mujeres que sufren violencia".
Todas hacen una revisión de sus vidas, de lo que les ocurría en las obras a las que pertenecen, y piden un cambio. Pero para ello necesitarán hacer algo muy importante: localizar al autor. "Necesitan localizar a Federico y saben que Federico, para ellas está muerto, ni siquiera saben que fue asesinado, que fue fusilado. Y eso lo irán descubriendo en la última casa de donde salió Federico antes de ir a la casa de Los Rosales donde ya lo localizaron y lo llevaron para fusilarlo. Y es el último hogar, donde Federico pensó y creó a muchas de estas mujeres. Ahí pensó en Bernarda, ahí pensó en doña Rosita, ahí pensó en La Novia. Digamos que es el santuario de ellas. Vuelven adonde fueron creadas".
Perfectas para trasladar la historia de las mujeres en España
Protagonistas que sirven de ejemplo para conocer cómo era la situación de las mujeres de entonces y cuya historia nos permite ver cuánto hemos evolucionado como sociedad: "Yo creo que en algunas zonas, sobre todo en las zonas rurales, sigue persistiendo ese clima de tensión. A todas les unía el silencio y, ¿cuál era la palabra de Bernarda? Silencio. Que nada salga de estas cuatro paredes. Y, aparte, todas cargan con mucha culpa que, a día de hoy, también la siguen arrastrando mucho las víctimas". Silencio y culpa, dos muros que a las mujeres del libro y del mundo actual les cuesta derribar.
Condicionadas por las normas sociales y que todavía, en muchos casos, no está superado. Este año ya van 37 mujeres asesinadas por violencia machista en nuestro país, cinco menores muertos por violencia vicaria y 24 huérfanos.
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Recordamos que 016 es el teléfono de ayuda a las víctimas de violencia de género y no deja huella en la factura telefónica.