Emma Cohen y Fernando Fernán Gómez, una historia de amor libre
- Se conocieron en 1970, se separaron durante un año y tan solo la muerte volvió a separarlos
- Emma Cohen dijo que con Fernando alcanzó sintonía plena "y mi vida fue suya", le decía a Amilibia
- El programa 'Historia de nuestro cin emite Mambrú se fue a la guerra y Bruja, más que bruja
Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen vivieron una intensa historia de amor que empezó en 1970 y nunca terminó. "Un día, durante el trabajo entre los árboles de la Casa de Campo, dentro de un coche de caballos, disfrazada de antigua, encontré a la compañera de mi vida. Era joven, hermosa, alegre, pensativa. Le gustaba leer, quería trabajar en el cine, en el teatro, dirigir películas, escribir, cambiar el mundo. Quería ser libre, ser ella y estaba sola y no quería estar sola. A partir de entonces compartimos nuestros proyectos, confundimos nuestros recuerdos, trabajamos y esperamos juntos. Llenó la casa de risas, de bromas, de juegos, de amigos. Cuanto ella podía tener de hospitalaria me lo entregó, procurando, con su gran instinto, restañar las viejas heridas y, con minuciosa delicadeza, no abrir ninguna nueva", escribió él en sus memorias.
Se conocieron en 1970, cuando rodaban Pierna creciente, falda menguante, película que mostraba al senador Daroca, interpretado por Fernando, completamente enamorado de la pícara cupletista Rosario 'la Criollita', interpretada por Emma. Una vez más se pasó de la ficción a la realidad. Él tenía 49 años y ella 24. Él dejaba atrás un matrimonio con María Dolores Pradera, con quien tuvo dos hijos, Helena y Fernando, y un romance con Analía Gadé. Ella acababa de llegar a Madrid, con su licenciatura en Derecho, experiencia en el teatro y envuelta en un aire intelectual. Era, en palabras de Jesús María Amilibia, "una musa progre". El periodista, con mucho atino, la describió así en La Razón: "la chica de los enormes ojos verdes, contestataria y tal, más liberada que liberal, con la que todos queríamos bailar en la verbena revoltosa y calenturienta de Bocaccio; en cada rizo parecía llevar una idea de Marx y en la chispeante sonrisa –siempre fue una irónica con carácter– una promesa de noche con final feliz".
Una historia de amor libre
Vivieron un amor en varios actos. 10 años después de conocerse se separaron. Ella se fue de gira y se enamoró del escritor Juan Benet. Cuando regresó a Madrid dejó a Fernando. Aquello lo destrozó y en un texto autobiográfico que publicó en la revista Triunfo hablaba así la ruptura: "Aquí termina mi autobiografía. A partir de aquí empieza la de otro señor, ojalá me lleve bien con él”. Dicen que Emma, nada más leerlo, cortó con Benet y retomó su relación con Fernando. Empezaron juntos la década de los 80, reafirmaron su amor en la década de los 90 y se casaron en el año 2000, curiosamente fue en una habitación del hospital en el que Fernán Gómez estaba ingresado, con el guionista Enrique Basso y una enfermera como testigos. "Con Fernando alcancé sintonía plena, y mi vida fue suya", le decía a Amilibia.
Juntos hasta el final
Emma trabajó rodó varias veces a las órdenes de Fernando: ¡Bruja, más que bruja!, Mambrú se fue a la guerra, El viaje a ninguna parte y El mar y el tiempo. Si Pierna creciente, falda menguante fue la primera película que les unió cinematográficamente hablando, la última fue El abuelo, de José Luis Garci. Los problemas respiratorios de Fernando preocupaban mucho a Emma. Tras la boda se propuso cuidarlo, dejando de lado su profesión de actriz para no tener que separarse por largos periodos de tiempo. "No podía sucumbir si me ofrecían una película apetecible y, para no dudar, me puse a ensanchar. Y engordé, y me pasé 15 años 'gordi', lo suficientemente 'gordi' como para no hacer películas", decía en una entrevista con La Nueva España. En 2007 Fernando le dio otro susto. Lo ingresaron en la unidad de oncología del hospital de la Paz de Madrid y ella vio como sus energías se iban apagando. Fernando Fernán Gómez murió con 86 años y el mundo de la cultura se volcó en la despedida.
A partir de entonces y hasta su muerte en julio de 2016, Emma Cohen se entregó a la leer y escribir, concedió algunas entrevistas y en todas hablaba de su historia de amor, directa o indirectamente. Una historia que ellos contaron y ahora cuentan otros. Helena de Llanos, nieta de Fernán Gómez, lo hace en Viaje a alguna parte, a la vez que celebra la trayectoria de Emma como actriz, directora de cortometrajes, escritora, dibujante, poeta y artista plástica. Helena protagoniza esta película documental, rodada en la que la casa de Fernán Gómez y Emma Cohen. Junto a ella vemos a Tristán Ulloa, Verónica Forqué, José Sacristán y Juan Diego, estos dos últimos intervinieron en El viaje a ninguna parte, dirigida por Fernán Gómez en 1986. Se llevó tres Premios Goya: Mejor Película, Mejor Guion y Mejor director.