Receta para pasar de guisantes congelados a una crema bestial
- Gipsy Chef prepara en España Directo una receta muy canalla ideal para los pequeños de la casa
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Los guisantes son una legumbre que tiene ganada alguna que otra enemistad. Es habitual ver cómo los más pequeños de la casa suelen rechazarlas por considerar que su sabor no es del todo apropiado, o no impresionarles su forma y textura. Una lástima, porque este producto de origen asiático es ya un indispensable en la dieta mediterránea por su gran valor nutricional.
Una de las ventajas es que son ricos en proteínas, fuente de fibra, potasio y vitaminas. Todo ello ayuda a prevenir el colesterol, la anemia, mejora el estado de ánimo y ayuda al desarrollo y a la regeneración. Una mezcla de beneficios idea para el crecimiento de los niños y el bienestar de los adultos. Gipsy Chef sabe la relevancia de este vegetal y ha preparado en España Directo una crema muy macarra con guisantes congelados de bolsa. ¡Ideal para una cena de invierno!
Ingredientes | Preparación |
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Una sencilla elaboración
Lo único que necesitamos para obtener esta deliciosa crema verde son guisantes congelados, rulo de queso de cabra, lonchas de cecina, puré de patata en copos, agua, queso parmesano, seis hojita de menta y un poco de miel.
Para empezar, ponemos en una olla a hervir y añadimos la misma cantidad de guisantes que de agua, un puñadito de sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Lo dejamos cocer durante cinco minutos aproximadamente a fuego fuerte.
Mientras tanto, cogemos un rulo de queso de cabra, le quitamos la piel que lo envuelve y cortamos cuadraditos pequeños. A continuación, cortamos en trocitos muy chiquititos y finitos la loncha de cecina.
Cuando ya han pasado los minutos de cocción, paramos el fuego y añadimos los guisantes en el vaso batidos, junto con el chorreón de agua. Lo trituramos y nos detenemos cuando veamos que la textura queda lisa. Es entonces cuando añadimos dos cucharadas de puré de patata en copos y los tacos de queso de cabra cortados anteriormente. Volvemos a batir dándole caña y nos detenemos cuando la mezcla quede bien cremosa. Ahora es el momento de añadir la sal a tu gusto.
Ahora es el turno de poner una sartén a calentar a fuego mínimo y añadir los trozos de cecina. Los repartimos por toda la superficie y le espolvoreamos por encima queso parmesano. Dejamos que este producto lácteo se vaya tostando poco a poco y formando una galleta de queso y cecina increíble.
Cuando la veamos lista, la sacamos del fuego, despegando con mucho cuidado los bordes, y le damos la vuelta para que se dore por el otro lado. Cuando veas que está en su punto, la retiramos del fuego y la dejamos enfriar.
Volvemos ahora a la crema. Cogemos cinco o seis hojitas de menta, se las ponemos dentro de la batidora y las trituramos. Vertimos la mezcla en el plato, y terminamos dando el toque bestial poniendo por encima la galleta de cecina y unos hilitos de miel por encima. Una preparación ideal para fundirnos de misterio.