Cigarrillo electrónico, ¡de inocuo nada!
- Fracasan como alternativa para dejar de fumar y la mayoría termina combinándolos con cigarrillos convencionales
- La nicotina que contienen estos dispositivos puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína
- Con bata blanca se emite los viernes a las 11.05 h y los lunes a las 06:30 h UTC.
La Federación Mundial del Corazón ha publicado recientemente un informe en el que asegura que los cigarrillos electrónicos de inocuos no tienen nada. De hecho, el vapeo casi duplica las posibilidades de infarto, entre otros tantos problemas para la salud que genera, como aumentar el ritmo cardiaco y la presión arterial, provocar latidos cardiacos irregulares, problemas vasculares e incrementar el riesgo de coágulos sanguíneos.
Por todo esto, la Dra. Regina Dalmau, de la Fundación Española del Corazón, reclama que “no deberían promocionarse como productos seguros o de daño reducido”. Y es que estos dispositivos se anuncian como una alternativa para dejar de fumar, aunque diversas investigaciones han demostrado que no son efectivos para este fin. “La mayoría de las personas que los usan para dejar el hábito de la nicotina terminan fumando tanto cigarrillos convencionales como electrónicos, lo que puede suponer un riesgo persistente para la salud”, detalla la especialista en cardiología.
Nicotina, también en los electrónicos
La nicotina es una sustancia tóxica y altamente adictiva que se encuentra no solo en los cigarrillos convencionales, sino también en los electrónicos. Muchos fumadores electrónicos desarrollan dependencia a la nicotina, una sustancia que puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína y especialmente peligrosa en mujeres embarazadas, niños y adolescentes.
Las organizaciones sanitarias internacionales piden campañas enfocadas concretamente a estos últimos, pues son los más vulnerables a las estrategias de marketing de las tabacaleras.
Recomiendan a los gobiernos llevar a cabo las siguientes acciones:
• Prohibir la venta y distribución de cigarrillos electrónicos a menores
• Prohibir el uso de sustancias aromatizantes, especialmente aquellas que atraen a los menores
• Llevar a cabo más estudios sobre sus efectos a largo plazo en materia de salud cardiovascular
• Aplicarles impuestos especiales
• Prohibir su comercialización, publicidad y afirmaciones engañosas
• Prohibir su uso en aquellos lugares donde no se puede fumar