Por qué nos gusta tanto la bollería
- ¿Es igual hacerla en casa que comprarla en el supermercado?
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Del croissant al bizcocho y de la magdalena al cupcake, la repostería es una maravilla de sabores dulces que nos enganchan y, la mayoría de las veces, nos hacen comer más de la cuenta. De hecho, si nos paramos a pensar por qué nos gusta tanto la bollería el motivo es precisamente el mismo por el que no nos conviene abusar de su consumo: sus ingredientes. Hablamos con la nutricionista y farmacéutica Elisa Escorihuela para que nos explique el impacto que tienen en nuestro cuerpo la mayoría de ellos y cómo cambia la cosa, o no, si preparamos las recetas de repostería en casa.
El secreto está en la masa con la que se preparan estas recetas
Los ingredientes con los que se preparan la mayoría de las recetas de bollería son los responsables de su sabor, tan rico como “poco conveniente”. A un nivel organoléptico explican por qué nos gusta tanto la bollería: por un lado la grasa de la mantequilla y por otro, el azúcar, entre otros, hacen que estos productos sean irresistibles. Por supuesto disfrutar de ellos de vez en cuando y, sobre todo en el contexto de una vida activa y en la que practiquemos deporte a menudo, no tendrá un perjuicio significativo para nuestra salud. El problema está en cuando consumirlos se convierte en un hábito.
Entonces, ¿es mejor prepararla en casa?
En cierto modo, sí. Porque podremos elegir la calidad de los ingredientes con la que elaboramos nuestras recetas. En el proceso industrializado de fabricación se utilizan fundamentalmente grasas poco saludables como las grasas trans que, aunque tienen un impacto muy negativo para nuestra salud, son más económicas y se utilizan por sus propiedades técnicas, como mejorar su conservación o aportarle una textura más agradable al producto.
Mientras que si preparamos la repostería en casa podremos utilizar grasas de mejor calidad como el aceite de oliva, el aguacate o incluso la mantequilla. Pero eso sí, no tenemos que olvidar que seguiremos estando ante una pieza de bollería o una receta de repostería así que, hechas en casa o no, la recomendación sigue siendo la misma: mejor consumir solo de forma ocasional.
Ojo con la bollería industrial
Ya sabemos por qué nos gusta tanto la bollería pero, ¿y si de todas formas quiero comprar un bollo en el supermercado? Recuerda que es muy importante fijarte bien en la lista de ingredientes, no solo en la información nutricional del producto. Porque, como ya hemos explicado muchas veces en el programa, llevar una alimentación saludable no consiste en contar calorías sino en fijarte en la calidad nutricional de los alimentos que estás consumiendo.
Elegir opciones integrales puede ser una opción un poco mejor pero eso no significa que podamos comerlas como si no hubiera un mañana. Son un poco más nutritivas y saciantes, pero seguimos estando ante un producto muy denso energéticamente y por eso, una vez más, lo mejor es consumirlas con moderación. Y pasa lo mismo con las que están endulzadas con edulcorantes en vez de que con azúcar: es cierto que no suman las calorías que le aportaría el azúcar pero los edulcorantes, si se consumen en mucha cantidad o muy habitualmente, nos pueden llegar a producir incluso trastornos digestivos como gases o diarrea.