Vagabundeo mental o 'mind wandering', la mente errante
- Se trata de una distracción relativamente positiva que se relaciona con más creatividad y la resolución de problemas
- La otra cara de la moneda es que la mente errante dificulta la concentración voluntaria
Investigadores de la Universidad de las Islas Baleares estudian el nivel de implicación en algunos trastornos cognitivos del llamado mind wandering o vagabundeo mental. Es más o menos habitual que nuestra mente divague, se ponga en piloto automático o se disponga a trabajar en segundo plano cuando realizamos tareas habituales. Esta desconexión a veces voluntaria y a veces inconsciente es lo contrario a la atención plena.
"Me gusta llamarlo el hermano malo del mindfulness, si este significa focalizar la atención en el presente, el mind wandering es todo lo contrario. Ante tareas familiares como conducir o ducharnos, nuestra cabeza desconecta, vagabundea, procesa en segundo plano otros temas y ocupa en parte nuestros procesos cognitivos", explica el investigador Alfonso Morillas, de la Universidad Islas Baleares.
Se puede distinguir en cómo se ocupan estos recursos cognitivos, el vagabundeo de la rumiación, ya que esta última puede desembocar en ansiedad y depresión. "La principal diferencia es de contenidos, la rumiación es negativa, sucede cuando se pone el foco en aspectos depresivos o uno se ensimisma en carencias. Mientras que el mind wandering abarca más temas, desde donde aparque el coche, la próxima reunión o qué tengo para comer...".
Una desconexión relativamente positiva
En el vagabundeo mental es la red por defecto del cerebro la que está activa. "Sucede cuando no hacemos nada que requiera nuestra atención, sabemos que se activan áreas como el cortex cingulado posterior o parietal inferior, aunque no sabemos si se activan más aún con la atención".
Hay estudios que detectan que alrededor de un 50% de nuestro tiempo consciente la mente no está focalizando conscientemente. Es así como surge el mind wandering de forma espontánea. "Es una distracción relativamente positiva porque se relaciona con más creatividad, con la resolución de problemas, cuando no es excesiva." Aunque la otra cara de la moneda es que la mente errante dificulta la concentración voluntaria. Se estudia la relación de estas distracciones con la falta de concentración lectora y memorística.
Relación con el estrés
No está clara la escala de razones por las que la mente divaga, pero hay muchos indicios de que también tiene relación con el estrés. La universidad balear aborda en el estudio Detección de Estrés y Pensamientos espontáneos mediante tecnología Clinicovery, y estudia cuál es la relación entre ansiedad y mind wandering con datos recogidos por una app.
Según Morillas, "se trata de integrar un algoritmo matemático que permita determinar unos índices y asociarlos a la tendencia mayor o menos al vagabundeo mental y medirlo en relación al estrés. Ya sabemos que mayor mind wandering se asocia en ocasiones a una sintomatología depresiva". Aún quedan sin respuesta cuestiones como si esta estrategia de nuestro cerebro es una desconexión necesaria, una falta involuntaria de concentración o un punto en común de trastornos emocionales.