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La noche temática

¿Estamos asistiendo al apocalipsis de la moda?

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En 2009, Alexander McQueen criticó los excesos contaminantes de la moda con 'El cuerno de la abundancia'.
En 2009, Alexander McQueen criticó los excesos contaminantes de la moda con 'El cuerno de la abundancia'.

En el mundo de antes, hace menos de 10 años, una eternidad, Dior podía sacrificar miles de rosas, orquídeas y espuelas de caballero para florear el decorado de un desfile. A todo el mundo le maravillaba y nadie derramaba una lágrima por una sola de las orquídeas sacrificadas. El mejor asiento de la primera fila estaba reservado para Harvey Weinstein. En el mundo de ahora, el miedo a la acusación de ecocidio solo permite, aun siendo Dior, el uso de árboles con raíces cuidadosamente conservadas que deberá comprometerse a replantar. Y Weinstein está entre rejas. En menos de 10 años, la moda, hasta ahora frívola, derrochadora y despreocupada, ha recibido una avalancha de reproches políticos, éticos y morales. A la moda le llueven las acusaciones y al ecocidio se suman la sobreproducción, despilfarro, apropiación cultural e incluso racismo, falta de diversidad... Acusaciones a la que nunca se tuvo que enfrentar. ¿Qué salida tiene este sector? Está claro: reinventarse.

El escarabajo verde - La tierra está de moda, avance

La moda rápida no es gratuíta

Las calles de las capitales de la moda, París, Londres y Milán, han sido tomadas por los activistas muy jóvenes, y muy 'guerreros', tanto en redes sociales y en la calle, donde mueven enérgicamente pancartas de 'No a la moda en un planeta muerto' o 'El planeta no puede costear la moda'. Sus mensajes son directos, claros: "¡Comprad ética, comprad comercio justo!". Los más conocidos son los de Extinction Rebellion que hacen performances para llamar la atención sobre dos problemas, o dos culpables: las cadenas de ropa low cost y el sector del lujo. La moda es el segundo sector más contaminante del planeta. La moda es, para casi todos, el enemigo del planeta. Por eso muchas firmas están dando un giro radical para cambiar sus métodos de producción, transporte y venta, y para tratar, con conciencia, la gran cantidad de residuos y stocks.

Desfile 'El cuerno de la abundancia' de Alexander McQueen.

Agnès B. Stella McCartney y Vivienne Westwood fueron las primeras en querer cambiar las cosas y apostar por la moda ética. Y Alexander McQueen fue un visionario y ya en 2009 criticó los excesos contaminantes de la moda con su colección 'Cuerno de la abundancia'. Stella McCartney es hoy una de las abanderadas de la moda sostenible que más influencia tiene en el mundo. "Lamentablemente la moda de lujo es tremendamente dañina y la moda, en general, tiene que ser más moderna y madurar".

Cambios sociales

Desde hace años, las pieles son el material más cuestionado y su uso se denunció con fiereza en los desfiles de París, con los activistas de PETA lanzando pintura sobre los abrigos de las invitadas más famosas y saltando a la pasarela en medio del desfile con pancartas de 'Las pieles son una vergüenza'. Sus acciones calaron en la sociedad y la sociedad cambió la forma de ver la moda de lujo. Gucci fue la primera firma en anunciar que dejaba de usar pieles naturales, luego vinieron Chanel y Versace, y la lista se ha ido ampliando a marchas forzadas. Las pieles naturales se han sustituido por pieles sintéticas, pero, ¿Qué es mejor, la piel auténtica, responsable de la matanza del visión y la marta, entre otros animales, o las pieles falsas, que emiten microplásticos altamente contaminantes? ¿Qué es más urgente, proteger a los animales o proteger el planeta?

Activistas de Extinction Rebellion irrumpen en un desfile de Louis Vuittón en París. AFP

LVMH y Kering son los dos grandes grupos de la moda, y han pasado de interesarse e invertir en arte y patrimonio a centrar sus esfuerzos en la ecología. "Es solo una cuestión de sentimientos", dice Bernard Arnault, propietario de firmas como Dior. En 2019 se empezó a hablar del Pacto de la Moda, para unir a todas las casas francesas en la lucha por el medioambiente. "El esfuerzo tiene que ser colectivo", dijo François Pinault. Pero LVMH no lo pisó, porque ya tenía su propio proyecto 'Life'

Reciclar o morir

Marina Serre se ha hecho un hueco en la moda en muy poco tiempo y está haciendo su propia revolución. Trabaja con ropa ya utilizada, ropa vintage y, por ejemplo, con cuatro jerséis hace un vestido. Su filosofía de trabajo es aprovechar todo lo posible la pieza 'vieja' y darle un valor añadido a la nueva: no hay dos prendas iguales. Denma Gvasalia es uno de los nombres clave de la revolución que vive la moda, y ha sabido aunar un mensaje de sostenibilidad con un mensaje político. Empezó haciéndolo en Vetements y luego, fichado por Kering, en Balenciaga. Sus colecciones son anticapitalistas, pro-planeta y pro-diversidad. Reciclar es el verbo de moda. Pero hay más, y de todos ellos habla el documental, que recoge testimonios de distintos profesionales del sector.

Stella McCartney traslada su mensaje de sostenibilidad al príncipe Carlos de Inglaterra. AFP

La moda tiene que hacer los deberes. Todavía no ha aprobado en diversidad. "Es hora de mantener conversaciones con las minorías de todos los países y culturas, que son ya actores invisibles de esta mega industria. ¡Empecemos ya!", dice Naomi Campbell, militante de los 'Panteras negras'. Desde la muerte de George Floyd casi todas las casas de moda cuentan con un departamento de diversidad. Muchos vieron un gran cambio cuando Virgil Abloh fue contratado como director creativo de la línea masculina de Louis Vuitton, aunque algunos lo vieron como un gesto oportunista. Los pasos más importantes que la moda ha dado han sido en la igualdad y cada vez son las más firmas que no separan la línea de mujer de la de hombre. Otro tema relevante es el feminismo, movimiento que recorre las calles y las pasarelas, y que tiene en Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, a su máximo exponente. Hoy la moda, sustantivo femenino, es más femenina (y feminista) que nunca.