Mozart, medicina para el alma
- Desde hace años no dejan de aparecer estudios que aseguran o desmienten la existencia del "efecto Mozart"
- Lo que sí está claro es que la música de Mozart, como toda música, provoca efectos comprobables en nosotros
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Son muchas las investigaciones que existen sobre la música y sus efectos. Está demostrado que la música tiene la capacidad de estimular determinadas áreas del cerebro, como la memoria o el movimiento, además de influir en nuestro estado de ánimo. Pero, en concreto, se ha hablado mucho del poder de la música de Mozart y de los efectos positivos que provoca en quienes la escuchan. Es lo que se conoce como "efecto Mozart".
Se trata de una teoría que defiende que escuchar la música de este compositor provoca una serie de supuestos beneficios: desde la estimulación de la inteligencia de los bebés y la obtención de mejores resultados académicos de los estudiantes que la escuchan, hasta un aumento en la producción de las vacas lecheras. ¿Verdad o mentira? Desde luego que no sabemos qué habrá de cierto en estas afirmaciones, lo que sí tenemos claro es que la música de Mozart, como toda música, provoca efectos comprobables en las personas.
El origen de las investigaciones
Una de las obras que motivó la aparición del "efecto Mozart" es la Sonata para dos pianos en Re mayor K. 448. Se investigó, se hicieron pruebas y los resultados llevaron a pensar que la música de Mozart, y en concreto esta sonata, produce algunos efectos en quienes la escuchan. Unos aseguran que escucharla es capaz de llevarnos a un mayor estado de relajación. Otros afirman que mejora nuestra capacidad cognitiva y elimina depresiones leves.
Y es que no sería tan extraño que esta maravillosa música del compositor de Salzburgo tenga efectos emocionales. Aquí te dejamos esta sonata para que seas tú mismo quien lo compruebe. Y si no, pues a disfrutar de esta obra de arte.
Esta es la música que dio origen al primer estudio sobre los efectos que las composiciones de Mozart producen en las personas. El estudio evaluaba los beneficios que ejerce en nosotros si la escuchamos durante diez minutos ininterrumpidos, diez minutos concentrados. Algo que sería todo un reto para el ritmo de vida actual marcado por las redes sociales o las roturas temporales continuas que implica el mundo en el que vivimos.
Otras músicas de Mozart
Sin importar el tipo de música que escuchemos, las intensidades, cadencias y frecuencias de cualquier melodía ejercen un efecto sobre nosotros. Hablamos de mejorar nuestro bienestar general, influir en nuestras emociones y en nuestro estado de ánimo, evocar recuerdos pasados, incrementar nuestra resistencia cuando practicamos deporte y hasta puede ayudar a relajarnos.
Es verdad que la música de Mozart se presta a ser escuchada de un modo balsámico, con un hermoso contenido emocional. Es caso del movimiento lento del Concierto nº 21 para piano y orquesta, también conocido como Elvira Madigan por la película sueca de la que fue banda sonora y que por aquí te dejamos.
Otra de las músicas del compositor que también es capaz de producir efectos en nosotros es la Sinfonía nº 40. Se trata de una de las grandes músicas de la historia, más aplaudidas e interpretadas del músico austríaco, y que hoy nos recomienda Roberto Mendes en Clásica y eso para esos momentos menos alegres que nos invaden.
Porque la música de Mozart, como cualquier otra, efectos produce. Quizás, lo complicado sea definir qué efecto provoca y si este es exactamente el que algunos pretenden. Pero desde luego, sea el que sea, no puede ser malo.