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La Matemática del Espejo

Palomo Spain ha sufrido homofobia: "Me han gritado maricón 20 veces"

  • Palomo Spain, con apenas 6 años, ya diseñaba vestidos para las muñecas
  • Ha hablado sobre sus inicios en la moda y cómo sus padres apostaron todo por su firma, en La Matemática del Espejo

“Detrás de esos desfiles tan tremendos, había una familia humilde que no sabía de dónde iba a sacar el dinero para pagarlos”

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Palomo Spain se sincera con Carlos del Amor
Palomo Spain se sincera con Carlos del Amor

Palomo Spain creció vistiendo a las Barbies pero ahora viste a estrellas como Rosalía y Beyoncé. Su pasión por la moda empezó muy pronto, cuando todavía era un niño: se vestía de mujer, dibujaba bocetos de vestidos, modelaba telas…. Muchas veces sintió que le miraban de forma extraña, pero ha sabido no darle importancia y esquivar el dolor. Sus padres le han ayudado mucho, tanto en la forma en la que le han educado como en el cariño que siempre le han dado. Ninguno veía raro que su pequeño creara fantásticos looks para las muñecas. Todos estos recuerdos los ha desempolvado de la mano de Carlos del amor en La Matemática del Espejo.

"He ido por la calle con mis amigos y me han gritado maricón 20 veces, pero nunca me ha llegado a hacer daño"

Con apenas 5 o 6 años ya hacía vestidos para las muñecas, jugando a experimentar con los tejidos y el cuerpo: “He pasado 10 años de mi vida jugando a las Barbies. Haciendo retales de vestidos. Hasta cogía los envoltorios de los ramos de flores para hacer vestidos. He hecho hasta recreaciones de lo que yo veía en la televisión para las Barbies”. Su pasión fue en aumento y según fue creciendo fueron creciendo sus clientas. Y siempre, con el beneplácito de sus padres que alentaron la creatividad de Alejandro. “He tenido la suerte de crecer en un entorno libre. Nunca me han hecho ver que eso era malo, raro o diferente”. Además, siempre le ha dado igual que le miraran mal o que le insultaran: “He ido por la calle con mis amigos y me han gritado maricón 20 veces. Me ha dado vergüenza, por poner a mis amigos y a mí en esa tesitura, pero no me ha llegado a hacer daño. Siempre he pensado que el que me está gritando esto no tiene nada que hacer conmigo”.

El diseñador aprovecha la charla con Carlos del Amor para lanzar un mensaje a los padres de aquellos niños que sufren homofobia. “Tienen que ayudar a los niños, pero que lo normalicen, que lo vean normal. Si el niño te dice que le llaman maricón, puedes decirle: ¡bueno pues a lo mejor lo eres y no pasa nada y pa’ lante!”.

“Toda nuestra vida hipotecada por Alejandro”

Alejandro sabe que buena parte de su éxito se lo debe a su familia. “Se lo han creído y allá que hemos ido todos. Es precioso ver cómo han volcado su vida en este proyecto que, al final, es de todos”, confiesa el diseñador. Sin embargo, levantar la empresa no fue nada fácil para la familia, invirtieron todo su dinero y se lanzaron a la aventura cuando, como confiesa Palomo, “no tenían ni idea de cómo hacerlo”.

Con dinero, apoyo y talento, Palomo ha llegado muy lejos. Es un privilegiado, y lo sabe, porque hay millones de niños que persiguen el mismo sueño y se quedan a mitad de camino. “A los 9 meses de empezar estábamos desfilando en Nueva York con los más grandes. Al año, en París. De repente, un equipo de pueblo comarcal, que no teníamos ni la menor idea, estábamos jugando en primera división con posibilidades”.

Cuando el éxito llamó a su puerta vieron que iban por buen camino, y decidieron seguir adelante: “Todos veíamos que lo que estaba pasando era algo extraordinario y precioso. Íbamos llegando lejos y era todo tan meteórico que había que seguir, había que montarse en el tren y no nos podíamos bajar de ninguna manera”.

“Detrás del glamur había una familia humilde”

Palomo, siguiendo el consejo de Pedro Almodóvar, nunca olvida sus orígenes, sus genes y su cuna. Su familia era humilde pero todos juntos han saltado topo tipo de obstáculos: errores, malos tragos, frustraciones, incertidumbre: “Llegaba un punto que nosotros no dábamos para más”. Sin embargo, nunca dejaron de arriesgar, incluso cuando no tenían dinero ni para sacarlo adelante: “Hacíamos unos desfiles tan grandes, tremendos… y detrás había una familia de pueblo y súper humilde que no sabíamos de donde íbamos a sacar el dinero para pagar todo eso".