ELA y demencia, las enfermedades neurológicas con más solicitudes de eutanasia
- La SEN reclama que, en los casos de afectación cognitiva, un neurólogo evalúe si el paciente tiene capacidad de decisión
- El proceso de la eutanasia suele durar un mes aproximadamente
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Entre un 10 y un 20% de las peticiones para empezar un proceso de eutanasia provienen de pacientes neurológicos. Según las experiencias observadas en otros países que aprobaron la Ley de la Eutanasia antes que España, se conoce que, de estos pacientes, los que más la solicitan son aquellos con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o demencia. No son de las enfermedades más dolorosas, pero sí de las más limitantes.
“Con la ELA, la progresión clínica y el momento de la muerte se pueden predecir con bastante precisión, de modo que los que la sufren pueden hacerse una idea aproximada de cómo va a ser el final de su vida. Hasta un 20% expresan su deseo de adelantar la muerte, según el registro holandés”, explica el Dr. Francisco Escamilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Aunque es menos probable que se inicie un proceso eutanásico con la demencia, al tratarse de un grupo tan numeroso de pacientes, las peticiones en este caso llegan al 3% de todas las causas que solicitan la eutanasia.
“En un informe de posicionamiento, desde la SEN hemos solicitado que, sobre todo en los casos de demencia, debido a la afectación cognitiva, un neurólogo evalúe si el paciente tiene capacidad para llevar a cabo esa decisión. Es uno de los preceptos que recoge la ley. Por ello, hemos reunido a grupos de expertos que han determinado qué requisitos deberían tenerse en cuenta en esa evaluación. A día de hoy, consideramos que el manual que editó el Ministerio de Sanidad respecto a las recomendaciones puede funcionar para determinadas patologías, pero en las enfermedades neurológicas el proceso es más complejo”, apunta Escamilla.
Cómo es el proceso de eutanasia
La decisión es siempre del paciente, aunque la familia suele participar. El neurólogo, en este caso, como médico responsable, debe informar de todas las opciones terapéuticas existentes y ofrecer cuidados paliativos y ayudas sociales.
A continuación, deberá tener tres entrevistas con el paciente en los próximos días, para verificar si este ratifica su voluntad.
Posteriormente, se tiene que dar un segundo momento de solicitud con un médico consultor que da fe de que se cumplen todos los requisitos necesarios para abordar la eutanasia. “Aún así hay una Comisión de Garantía y Evaluación en cada comunidad autónoma, conformada por juristas y sanitarios. Aquí es donde reclamamos la inclusión de un neurólogo”, aclara el especialista de la SEN.
Finalmente, el presidente de la comisión comunicará al médico responsable si puede o no seguir adelante en el caso de que este confirme nuevamente con el paciente que sigue queriendo terminar con su vida. El proceso suele durar aproximadamente un mes.
“El acto de la eutanasia no es un acto médico en sí, como indica la Organización Médica Colegial, pues no va dirigido a preservar la salud ni la vida como tal, lo cual no quita que en el futuro en las facultades de medicina lo tengan en cuenta, pues formará parte de lo que es ser médico, aunque a día de hoy nos cueste todavía integrarlo”, opina Escamilla.