Enlaces accesibilidad
Cine y derechos humanos

El caos de la acción humanitaria, la visión de Fernando León de Aranoa en 'Un día perfecto'

  • El 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos
  • Somos Cine recupera Un día perfecto (2015), basado en la novela de Paula Frías

Por
Somos cine - Un día perfecto

Se cumplen 73 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una carta fundamental para el avance democrático en todo el mundo. Unido a esa lucha por un mundo más justo, Somos Cine recupera este 10 de diciembre la película Un día perfecto (2015), donde Fernando León de Aranoa –el mayor nominado en los Goya 2022- pone el grito en el cielo contra el caos que supone la ayuda humanitaria en zona de guerra.

Un día perfectoganadora del Goya al mejor guion adaptado, es una de las películas más internacionalmente resonante y ambiciosa de su carrera. Protagonizada por Tim Robbins y Benicio Del Toro, basada en la novela de Paula Farias, la película tiene como objetivo atentar primero y ante todo, contra el sinsentido que impera, no tanto en lo que supone la guerra en sí, lo cual es evidente y ya viene implícito, como en denunciar la incomprensible política, prácticamente kafkiana, por la que se rigen los estamentos de la ONU en general, y los cascos azules en particular.

No recomendado para menores de 12 años Versión española - Un día perfecto (coloquio) - ver ahora
Transcripción completa

La lluvia consigue finalmente extraer el cadáver del pozo

y dejar el campo un poco más limpio, quizá no,

tal vez el agua lo cubra todo de barro.

Aquí seguimos, con nuestros tres excepcionales invitados

de esta noche: Fernando León de Aranoa,

director de la película...; Buenas noches.

Paula Farias, buenas noches..., -Buenas noches.

médico y escritora de la novela "Dejarse llover"

en la que está inspirada la película,

como hemos contado en la presentación,

y Aitor Zabalgogueazkoa, buenas noches.

-Buenas noches. Bienvenido.

Responsable en la actualidad de operaciones

para el Medio Oriente de Médicos Sin Fronteras,

organización en la que tanto Paula como tú lleváis muchos años

desempeñando trabajos de gran responsabilidad.

Y, bueno, lleváis toda la vida de conflicto en conflicto

y de posconflicto en posconflicto,

que de eso habla esta historia.

"Un día perfecto" se sitúa

pues al final de un conflicto bélico

concreto, podría ser cualquiera.

Eso estábamos hablando mientras veíamos la película,

que en realidad podría ser cualquier lugar de posconflicto,

porque es la transición que va desde la firma del acuerdo de paz

hasta su aplicación, esa tierra de nadie

en la que puede pasar cualquier cosa.

Aquí estamos hablando del final de la guerra de los Balcanes,

que duró algo más de diez años

y que desintegró la antigua Yugoslavia.

Pero podíamos habernos ido a cualquier rincón del mundo

que vivió una situación parecida.

¿Se trata realmente de un tiempo en el que puede pasar de todo?

-De hecho, muchas veces ocurre

que esa etapa...

Hay mucha gente que no se ha enterado de que ya no hay guerra.

Hasta que todas las partes terminan de entender que estamos en paz,

hay un territorio gris

en el que algunos siguen

con su violencia explícita.

O, como en el caso de la película, hay mucha gente que todavía...

no ha entrado en ese estado de paz y sigue en combate.

Pasó en los Balcanes y pasa en todos los conflictos.

Hasta que...

Ese posconflicto puede a veces durar hasta años,

esperando a que todo el mundo se apunte a la paz.

-"Incluso algunos de los actores que vinieron a hacer la película,

que eran actores que estaban mezclados en el rodaje,

eran actores bosnios, serbios, croatas,

que era una paradoja tremenda que, tantos años después,

actores de los tres frentes en conflicto

estuvieran juntos participando de la misma escena,

y hablando de este tema,"

recuerdo que contaban que a veces se recrudece,

que en esos últimos días,

cuando parece que está todo a punto de cerrarse,

que saben que la frontera quedará donde quede la línea,

intentan como ganar más terreno o sacar más partido,

"el partido que cada uno saca a título personal a veces,

y aprovechar ese último momento".

-Puede que llegue la paz,

pero los problemas no van a desaparecer.

¿Qué pasa, que los protocolos, la burocracia

y los distintos intereses de las organizaciones en la zona

pueden provocar todo tipo de situaciones posibles?

-Y las siguientes también. También.

Las zonas de conflicto son territorios del absurdo.

-Han tirado dentro un cadáver para contaminar el agua.

Alguien debería sacarlo.

-Nuestra prioridad son las minas.

-Entonces, desmine los otros dos pozos.

-"Los militares se dedicaban a hacer clínicas móviles"

y los médicos

nos dedicábamos a desminar.

Era el mundo al revés.

Debía de ser al revés. Y era porque la lógica

de que la OTAN había decidido el tema de "bajas cero",

no querían tener... gente que se les muriera,

soldados que se les murieran,

y habían decidido no arriesgar.

Y entonces, tanto...

en los Balcanes como en Kosovo,

se veía perfectamente que estas políticas

llevaban a un absurdo,

a que todos hicieran lo contrario de lo que debían.

-Déjalo, ellos mandan.

Antes de comenzar el rodaje, creo que Fernando

reunió a los actores de "Un día perfecto"

para que compartierais con ellos vuestra experiencia,

para que les contarais de verdad quiénes erais

y cómo os comportabais.

Cuando os preguntaron por qué elegisteis este trabajo,

Paula contestó: "Porque no hay otro trabajo mejor en el mundo".

¿Por qué?

-Es un trabajo que te permite estar donde se cuecen las cosas,

participando...,

no mirando, sino...

haciendo, echando una mano, poniendo a la gente en pie.

Y eso hacemos todos los días.

"Bueno, cuando conseguimos llegar al frente".

"Como dice Aitor, nos pasamos mucho tiempo esperando,

y también eso cuenta la película".

"Esa cantidad de tiempos muertos que hay

y de no tener acceso o de tener trabas burocráticas,

te tiene muchas veces fuera de la primera línea,"

pero cuando estás con la gente, estás siempre echando una mano,

estás siempre devolviéndolos...

Nosotros decimos "dignidad";

ponerlos de pie y decirles: "Sigue tu camino".

¿Qué hay más bonito? No hay mejor trabajo.

¿Qué es lo que os hace más felices?

-Bueno, pues sentirte útil,

sentir que la gente aprecia lo que haces,

la mayoría de las veces, muchas veces.

Y, bueno, aprendes muchísimo, se aprende muchísimo.

Paula dice muchas veces...

que cuando estás en esas situaciones, vives tres vidas en una.

Así que las veinticuatro horas son setenta y dos,

y las amistades se construyen y se destruyen

a una velocidad impresionante.

Y, bueno, es mucha intensidad.

Mucha intensidad y mucha pasión.

¿Qué es lo más doloroso de vuestro trabajo?

Pues la frustración.

Si no tienes una buena tolerancia a la frustración, acabas muy mal.

Y...

Y es que hay que asumir que muchas veces no llegas a hacer

lo que querías hacer,

y te pasas horas, días, semanas, y meses a veces,

intentando llegar o intentando hacer cosas y no salen.

-Hay que quedarse con lo que haces, no con lo que dejas de hacer,

porque siempre dejas toneladas de cosas pendientes

y de...

de necesidades que ves que no estás llegando a cubrir.

Pero debes quedarte con la lectura de lo que sí te llevas.

Antes de emprender el camino de "Un día perfecto",

ya habías acompañado a Aitor y a Paula...

en diversas misiones humanitarias.

¿Qué es lo que más te fascinó,

o te llamó la atención, o te enamoró...,

o te atrajo de su trabajo?

-¿De ese trabajo?

"Yo creo que cosas que están de alguna forma en la película".

"Una de las cosas que me parecía más interesante es...

como esa lucha permanente por organizar el caos".

"Porque, al final, una zona de conflicto,

en mi experiencia, es eso, es caos".

"Lo que contaba Paula: horas en los check points militares,

tres o cuatro horas esperando a que alguien te dé permiso"

para cruzar una zona; y luego, hay otro más allá.

Entonces, esa cosa como de...

Yo los veía como gente tratando como de...

No en el sentido más heroico, que sucede por supuesto,

de salvar vidas, y eso está ahí,

sino de luchar por defender el sentido común

en un lugar donde el sentido común está completamente arrasado,

contaminado un poco,

"igual que sucede con el agua en la película

que está contaminada por la intervención humana

porque han lanzado un cadáver".

"Y esa cosa que está al final, tan bella,

que ya se ve al final, es como..."

"En el momento en el que no hay intervención humana,

en el momento en que es la naturaleza, el agua...".

"Contra el principio de Arquímedes no se puede luchar".

"El agua entra en el pozo, saca el cadáver

y las cosas funcionan".

Y yo supongo que conocerles a ellos

con las manos en la masa, verles trabajar...,

fue como un diapasón para ti

para localizar el tono de la película,

que es lo más difícil, ¿no?

Este es un tipo de trabajo...

El hecho de haber hecho documentales con agencias humanitarias

"lo había hecho antes algunas veces:

la primera vez, en Bosnia, en el año 95,

estuve allí como un mes y medio filmando...

para una ONG que trabajaba allí".

"Lo había hecho un par de veces antes de hacerlo con ellos".

"Pero es verdad que trabajando con Aitor y con Paula, sí había eso".

"Cuando estábamos rodando...

un documental en África para Médicos Sin Fronteras con Aitor,

iba contando anécdotas aquí y allá de cosas que habían pasado,

a la tercera le dije:

'Aitor, que sepas que a partir de ahora,

todo lo que cuentas no te pertenece, ya es de dominio público'".

"Puedo utilizarlo en una película en cualquier momento".

Era todo impagable, y era impagable porque era un disparate, era tremendo

y en todo subyacía un drama, pero a la vez era muy divertido.

Supongo que explicar esto así es complicado,

pero realmente era sí.

Y es verdad que...

cuando esos extremos contrarios están tan cerca:

el drama del que hablaba Paula, la oscuridad,

pero a la vez el brillo, el trabajo de gente

que se está dejando la piel para rescatar una parte pequeña,

pero una parte,

y ver eso reflejado en la gente que se siente también ayudada,

toda esa mezcla unida al humor, a un cierto desapego

imagino que necesario para sobrellevar todo eso,

es fantástico.

Ese es el tono realmente.

Y de alguna forma, llega solo, no es algo que persigas.

¿Los actores entendieron todo esto?

"Sin duda, lo entendían".

"El primero en leer el guion fue Benicio del Toro,

y él leyó la historia y decía: 'El cuento me gusta'".

"'El cuento me gusta'".

"Le gustaba mucho la historia

y la entendió perfectamente".

"Si algo le atraía a él también era

esa mezcla de humor y de drama".

"Entiende que eso está

en la realidad y que es importante contarlo así,

sin falsos heroísmos".

"Yo creo que Benicio lo entendió muy bien,

también los actores que me acompañaron,

Tim Robbins y las chicas, Olga y Mélanie también, y Fedja".

"Y quizá en algún momento sí sentía

que, a veces, realmente..."

podía llegar a ser tan disparatado lo que pasaba en la historia,

pero porque pasa en la realidad, que tenía la sensación...

de que había cosas que a alguno le parecían más inverosímiles

y decían: "Esto no puede pasar". Y yo decía: "Esto pasa".

O lo he visto o me lo han contado

y si no, me van a ayudar;

y en algún caso, fue así.

También esa comida que tuvimos con Aitor, con Paula y con ellos

también servía, fue muy útil para que escucharan de primera mano

esas historias que yo había escuchado rodando en Uganda

y entendieran que todo puede llegar a ser

así de disparatado.

"Los equipos son más que la suma de los componentes".

"Los equipos son fuerza, la fuerza del codo del codo

que es poderosa como pocas". Eso escribes en "Dejarse llover".

Y me gustaría que me hablaras de ello,

de la importancia del equipo...

en situaciones así, en situaciones límite, extremas,

a las que os enfrentáis constantemente.

-Es que yo creo que si algo te engancha de este trabajo...

es eso, es el que te sientes parte de un equipo.

Y con tu equipo, a muerte, estás ahí...

Nosotros siempre hablamos mucho de la tortuga romana:

te metes en la tortuga y, desde ahí,

el equipo avanza, y sientes que el que tienes al lado es...

tu compañero para enfrentarte a los gigantes.

Y esa energía que se genera de tener problemones...

Como dice Fernando: No es el héroe,

es el no rendirte,

no decir...

Estás todo el día tragándote problemas uno tras otro,

pero con el equipo, parece que...

puedes con todo.

Por lo menos, lo intentas todo.

Creo que hicisteis una proyección de la película en Bosnia,

ante cuatro mil personas. -Sí.

¿Cómo fue esa experiencia?

Pues fue muy interesante,

porque esto fue justo después del estreno de la película en Cannes,

que fue la primera proyección,

y la siguiente cita era el Festival de Cine de Sarajevo

que además, recuerdo que cumplía veinte años el festival,

porque nació durante la guerra.

Es una historia preciosa la de ese festival.

De hecho, se lo inventan en plena guerra

para dar algo de belleza y entretenimiento y placer

a la gente que está en el sitio de Sarajevo.

Me dicen que la proyección es al aire libre,

en un lugar con cuatro mil y pico personas.

Y fuimos a presentarle Benicio y yo,

y Fedja Stukan, el actor bosnio de la película,

que era nuestro anfitrión.

Y antes de ir, le decía a Fedja: "¿Cómo va a ir esto?".

"¿Les va a gustar?". Porque nos preocupaba mucho...

Claro. Cuando tratas un conflicto armado,

y más como fue ese que fue especialmente terrible...,

ir allí a presentar una película sobre ese tema te responsabiliza.

Es cierto que es algo que tomas en cuenta cuando la haces.

Cuando estás haciendo la película,

cuando escribes, cuando te documentas,

siempre imaginas el día en que se la enseñarás

a la gente que lo ha vivido e intentas hacer todo lo posible

para no pasar vergüenza ese día.

Es algo que intentas hacer, pero que nunca sabes

hasta que no se la muestras a la gente que vivió ese conflicto.

Y la proyección fue muy bien.

Teníamos esa preocupación de mostrársela

a la gente que ha vivido ese dolor,

y la verdad es que fue fantástica,

se rieron mucho con el humor de la película,

la apreciaron.

Y, bueno, fue un gran paso.

Fue muy emocionante para nosotros que gustara allí.

Y...

¿Porque el montón de obstáculos a superar día a día

en vuestro trabajo puede ser tan desesperante

como para que el sentido del humor sea

una constante inevitable

para sobrevivir, Aitor? -Sí.

El humor negro es la medicina colectiva

del trabajo humanitario y no hay otra,

no hay otra a través de esa.

Y un humor negro muy incorrecto además.

Porque lo que estás viendo está

muchas veces en los límites

Y yo, por lo menos...

Para mí... para mí es crucial.

Es crucial. -El humor negro y reírte de ti mismo.

-Pregunta por qué estás aquí.

"¿No tienes novia que te quiera en tu país?".

-Dile que sí tengo, por eso estoy aquí.

-"Es algo que vale para todos en la vida, pero, especialmente,"

en zonas de conflicto donde todo es tremendo.

El humor siempre te da distancia

y casi siempre es una mirada inteligente y un poco distante

sobre las cosas,

y necesaria para sobrellevar todo eso.

-Y te ayuda a quedarte

con esa parte que decíamos antes,

con la parte de luz y no con la parte oscura.

-Esto lo contaba Fedja Stukan, el actor bosnio en la película.

A él la guerra le pilló con veintitantos años

y él estaba en el ejército bosnio porque es donde le tocó,

en las fuerzas especiales.

Y como él decía, vio de todo.

Y hablando del humor cuando presentábamos la película,

porque a veces había reparo: alguien, en algún coloquio,

levantaba la mano y decía: "Esto del humor..."

Y era Fedja el que...

desmontaba cualquier prejuicio

contra el uso del humor en la película,

explicando cómo de necesario era para ellos también.

Contaba cosas que pasaron durante la guerra en Sarajevo,

donde él vivía, que eran muy hilarantes.

Y en el peor momento, eran...

chistes casi irreproducibles, pero muy graciosos.

Y lo que venía a explicar él era cómo, en ese momento...

Les movilizaban cada semana, cada ocho días;

iban al frente dos o tres días, combatían y regresaban.

Y decía: "Cuando regresábamos...".

Empezó con una frase muy provocadora, diciendo:

"Fueron los mejores años...

de nuestra vida, de mi vida".

"Es el momento en el que más amamos la vida,

en el que más nos divertimos, en el que más reímos,

en el que más salíamos por la noche, porque necesitas tanto agarrarte

a lo bueno que hay en la vida que íbamos a tope con todo eso".

Y cuando se acercaba el momento de volver al frente,

venía la depresión los dos días anteriores,

porque se acercaba la posibilidad de morir.

Pero venía a decir eso, que nunca habían valorado tanto la vida...

Claro. como en esa situación.

Y luego, utilizas...

Estás hablando,

como dice Paula, de rescatar la luz,

los momentos luminosos.

La luz que tú le pides a Álex Catalán es

una luz muy brillante precisamente, muy luminosa.

Es una película muy blanca, en ningún momento es oscura.

Y la banda sonora, ya ni te cuento, que es roquera y marchosa.

"Lo de la luz que mencionas es parte de lo que estamos hablando".

"El recuerdo que tengo, al final,

la memoria de aquel primer viaje a Bosnia en el 95,

es casi sensorial".

"Y uno de los recuerdos que tengo es

lo luminoso y lo bello que era todo: esos paisajes,

un cielo azul impresionante, las montañas, los Balcanes...".

"Y en medio de ese lugar tan bello y tan bestia y tan radiante,

toda esa cosa terrible pasando".

"Entonces, ese contraste me parecía...".

"Son sensaciones que se quedan grabadas,

y me parecía poderoso e interesante hacerlo así en la película

y huir del estereotipo de buscar...

un paisaje más oscuro, más gris, más...".

"Porque parece que muchas películas bélicas...".

Al revés, nos apetecía trabajar con lentes angulares,

con imágenes muy brillantes, para transmitir la fuerza del lugar,

pero también del trabajo de los protagonistas.

Otra vez se trataba...

Quería que fuera una película muy enérgica,

que tuviera mucha acción, mucho movimiento.

Porque es lo que veía por ahí en el trabajo de ellos.

Por eso quería que la película tuviera esa energía en la cámara,

en la óptica, en la luz.

Que fuera muy vibrante. Ajá.

Es que los cooperantes sois muy vitalistas, ¿no?

-Sí, y eso es una de las cosas que a la gente le llama la atención.

La gente espera que seas una persona intensa

y que le des a todo treinta vueltas

y que vivas en la reflexión.

Yo creo que somos gente de hacer,

de no bajar los brazos.

Como dice Aitor: "La cabeza, para romper paredes".

-Yo creo que, al final, la mayoría de nosotros nos quedamos

con la parte positiva, la parte vital...

y la parte bonita.

Y a veces, la luz es eso.

Yo también tengo la misma sensación.

Recuerdo que, por el Cáucaso, por los Balcanes,

haber estado viviendo

en unas zonas que... que se habían convertido en grises

de tanto bombardeo, de tanto polvo.

Y al final, las imágenes que yo recuerdo...

de Bosnia o de Kosovo son

imágenes bonitas, de...

de verde,

de cielos nuevos,

de amaneceres diferentes.

Y háblame de esa banda sonora, Fernando.

-"Pues la música tenía que ver con lo que estamos hablando,"

también quería que trajera esa energía fuerte y alta.

De hecho, muchas veces la música es

la que escuchan en los coches, sobre todo, el personaje de B

"que de los tres personajes...".

"Siendo una película coral,

son los tres personajes que más punto de vista tienen,

los más centrales".

"B siempre va escuchando música en el coche,

tiene este perfil como de que está de vuelta de todo ya

y es el que menos reflexiona de todos".

"Y me gustaba esa idea de que siempre anduviera con las cintas,

escuchando música".

"De hecho, escucha casi siempre punk rock

que es un poco el típico de música que en los años 90...

podía tener sentido".

"Es algo que hablaba con Robbins muy a menudo,

a él le gustaba mucho la idea, él es muy roquero,

tiene su banda de rock,

y me daba buenos consejos".

"Cambiábamos cintas de grupos... de punk de la época".

"De hecho, algunas de las canciones que él usaba en el coche,

que a él también le venía bien..., Claro.

porque escuchaba la música que él oía en los 80

y le daban esa energía también,

pues algunas de esas canciones son propuestas suyas,

son de una banda de punk de Los Ángeles"

que yo no conocía, mítica al parecer,

y terminaron en la película.

Del mismo modo que a él le servía, la idea era que trajeran

esa energía alta a la película.

No reflexiva, no melancólica, no vamos a jugar...

a paisaje destruido, música lenta, tristeza,

sino a lo contrario, a luz, a energía, a fuerza.

Y lo que vaya viniendo, por duro o feo que sea, lo iremos manejando.

"Hay otras dos canciones de Lou Reed".

Para mí, una de ellas es muy importante,

que es la que cierra la película y es "There is no time".

Ah, sí. Es una canción

que para mí era una sinopsis perfecta de la película.

Todo lo que dice es... Es una maravilla.

Repite eso:

"No hay tiempo para discursos, no hay tiempo para protocolos,

no hay tiempo para bandas de música, es tiempo para la acción".

Y lo repite de forma distinta.

Me parecía que resumía muy bien el espíritu de la película,

el espíritu de su trabajo. Esa es importante.

"Hay otra de la Velvet Underground en mitad de la película,

cuando se pierden en esa zona montañosa de noche".

"Es una canción que tiene una cosa muy circular también,

como que va generando eso que les pasa a los coches,"

que hay un momento que no saben por dónde se meten,

cae la luz y tienen que parar y acampar.

Y utilizo esa canción para transmitir esa sensación

como de que se están...

de estar dando vueltas en círculo.

¿Qué opináis vosotros, después de esta experiencia a su lado,

del valor que tiene el cine para contar realidades

que nos importan a todos? Aitor.

-Bueno, a mí...

Es una película que utilizo mucho,

el ejemplo y la visión, con los compañeros,

sobre todo, nuevos, para que entiendan

este concepto de tolerancia a la frustración,

de que empujar la piedra montaña arriba es

la mayoría del tiempo

y que ruede para abajo también.

-Yo siempre digo que lo que hacemos nosotros,

el problema es que no lo sabemos contar bien.

Si fuéramos capaces de explicar las cosas que pasa y que hacemos

y los problemas que hay ahí fuera, todo el mundo empatizaría.

Pero no somos capaces. De alguna manera, hay una barrera.

Contamos de una manera que...

no pasamos esa...

Y con el cine sí que pasa.

Y ahí está Fernando de nuevo metiendo el dedo en la llaga

con "Loving Pablo" que es un peliculón.

Pero con todas las letras y en mayúscula.

Que se estrena esta semana, el 9 de marzo,

para que lo sepáis. Que no dejéis de ir a verla

porque es una de las películas del año.

No sé qué quieres compartir con los espectadores.

¿Qué ha sido lo más difícil de ese proyecto

que llega esta semana a los cines de toda España?

¿O qué les dirías, para que no...

para que no se pierdan la película, que es importante para ti?

-Yo creo que eso que decías tú.

Creo que lo más interesante de elegir la mirada de Virginia Vallejo,

a través de Penélope, en la película era...

como tener ese acceso tan privilegiado...

a la intimidad, a la cabeza de él también,

a la historia de Pablo Escobar.

"Porque ella anduvo muy cerca de él".

"Y me parecía interesante también que la narradora fuera una mujer,

en un mundo tan masculino como el del narco

que se ha contado tantas veces desde la violencia".

"Y el hecho de que fuera ella la que cuente su historia,

y no una mujer cualquiera, no una voz cualquiera...".

"Hay algo muy interesante en Virginia y es que ella ya era...

una periodista en ese momento muy famosa en Colombia".

"De hecho, nadie se lo creía

cuando se supo la relación que tenían;

era una pareja muy improbable".

Ella tiene una voz también muy distinguida,

tiene mucha ironía;

es una mujer muy culta, con una visión sobre asuntos...

sobre política internacional, sobre los problemas de Colombia...

Eso hacía muy improbable su relación,

pero hace muy interesante la narración que ella hace

ya no solo de su relación, sino de lo que fue Pablo Escobar

en la Colombia de los 80.

Y es una historia que por su desmesura...

Cuando empecé a leer sobre ella, decía:

"¿Es posible lo que estoy leyendo?".

O sea, es un...

Hemos tardado años en poder hacerla.

Digo "hemos" porque es un proyecto

largamente discutido con Javier y con Penélope,

y con alguno de los productores, pero sobre todo con ellos dos.

Realmente, venía de muy atrás.

Ponerlo en pie llevó su tiempo, como suele pasar.

Pero esta película era muy ambiciosa y eso lo hizo más difícil.

Por lo demás, ha sido una película intensa de rodar.

Es una película intensa de rodar.

Divertida, por trabajar con actores como Javier y Penélope,

con los que tengo relación de amistad desde hace muchos años

y eso simplificaba muchas cosas.

Pero me apetecía también

seguir haciendo una historia con dos personajes fuertes,

con dos actores como ellos, para sacar adelante esos personajes.

Y para mí también como director, probar otro tipo de escenas,

que no estoy tan acostumbrado a hacer,

y eso me divertía también.

Al final, hacer cosas que no has hecho hasta ese momento,

es una manera también de probar y de crecer.

Entonces, muy contento con la experiencia.

Sí, sí, no me extraña, porque el resultado es buenísimo.

Y Javier es que es Marlon Brando. Es un orgullo que sea nuestro,

porque es que es buenísimo, pero de los mejores del mundo.

Sin duda ninguna.

Decía que le conozco desde hace muchos años,

desde "Los lunes al sol", y cuando venía rodar,

verle caracterizado y en el "mood" del personaje...

Me costaba mucho, pese a nuestra relación,

ver a Javier, me costaba mucho verle.

Decía: "Este no es Javier".

Esa transformación que hace la verdad es que es impresionante.

Es brutal.

Enhorabuena, Fernando.

Estaremos muy atentos a cómo va la película.

Antes de despedirnos, queremos saber en qué andáis vosotros.

-Bueno, yo he estado los últimos seis años...

trabajando en el conflicto de Siria.

Un par de años dentro en Alepo

y desde que no se puede entrar,

desde que personal internacional no puede entrar con seguridad,

en los alrededores, entre Turquía y Jordania.

Bueno, para mí ya empieza a ser un capítulo que se cierra.

Y cansado, pero bueno.

Porque también viendo que es un tema...

que preveíamos iba a ser largo, pero llevamos siete años de guerra

y todavía no se ve la luz al final del túnel.

Y puede que pasen

muchísimas cosas

en esa zona.

Y ese ha sido... mi dedicación en los últimos seis años.

Y tú, Paula, ¿en qué andas?

Ya es la conciliación

con lo más difícil todavía, no con cualquier trabajo.

Ya es otro nivel, ¿no?

¿Cómo conciliar con la guerra?

-Yo he estado estos dos últimos años coordinando

las operaciones de rescate del Mediterráneo,

pero ese proyecto ha terminado, la parte nuestra al menos.

Entonces, ahora mismo estaba...

en un impasse.

Y estoy haciendo un guion de una novela que he terminado...,

que es a la que le estoy tirando aquí los trastos.

Pero qué ilusión, te ha tirado los trastos aquí.

¿No tiene título todavía?

Públicamente. Para que quede constancia.

"Fantasmas azules" se titula. Ya lo sabes.

Luego quedáis y os tomáis algo,

pero hemos sido testigos. -Nos veremos aquí en tres años.

Ya tienes claro que es interesante lo que ha escrito ella.

Esto es así. -Vamos a ver.

Hay seres humanos que te importan y te interesan ya de entrada.

Y conciliando a mis tres enanitos

que son los que...

hacen que gire todo alrededor.

Eso ya solo es un trabajo muy difícil y muy duro.

Lo otro ya viene de otros lados.

Es el trabajo de los trabajos. Muchísimas gracias.

Por todo.

Por la novela, que ha sido el origen de todo,

por la generosidad de compartir con todos nosotros

vuestras experiencias, vuestra intimidad.

A ti, por dedicar media vida a contar cosas que nos importan

y por hacerlo tan bien.

Muchísimas gracias a los tres. -Gracias.

Y nada más. Gracias por acompañarnos en una noche tan especial.

Ya sabéis que os esperamos la próxima semana aquí,

en la mejor butaca del cine español más reciente.

Un beso muy fuerte. Chao.

La política es cuestión de dinero.

La democracia es cuestión de dinero.

Nosotros tenemos mucho dinero.

¡Por Colombia!

-"Pablo Escobar Gaviria ha sido elegido...".

-Esto es una vergüenza,

un insulto para toda Colombia.

Versión española - Un día perfecto (coloquio) - ver ahora

Una visión humanitaria diferente

En una zona en guerra, en la que los cascos de las Naciones Unidas tratan de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie (Mélanie Thierry) quiere ayudar a la gente, Mambrú (Benicio del Toro) quiere volver a casa, y Katya (Olga Kurylenko) quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir (Fedja Stukan) quiere que la guerra termine, Nikola (Eldar Residovic) quiere un balón de fútbol, y B (Tim Robbins) no sabe lo que quiere. Un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto.

Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero la tarea más simple se convierte aquí en una misión imposible, en la que el verdadero enemigo quizá sea la irracionalidad. Los cooperantes recorren el delirante paisaje bélico tratando de resolver la situación, como cobayas en un laberinto.

Puedes disfrutar de la película, gratis y sin suscripciones, en RTVE Play. La mayor plataforma de cine en español en abierto en la que podrás encontrar más de 200 títulos de ficción, animación y documentales.