¿Es 'In the mood for love' la película más 'cool' de la historia?

• Veintiún qipaos cuidadosamente elegidos y una historia de amor contada por Kar-Wai Wong, maestro de la estética
• 7 cosas que no sabías de Jessica Chastain, la asesina a sueldo de Ava
• La 'maldición Superman' y el horrible destino de sus actores

¿Es 'In the mood for love' la película más 'cool' de la historia?

Esta es la historia de un amor contenido, tan desgarrador como brillante, un 'lo que pudo ser y no fue' contado desde la elegancia de un director que dio su lugar a la estética, que acabó convirtiéndose en un personaje más de la trama, el hilo conductor que Kar-Wai Wong quería que el espectador siguiera. La imagen se pone al mismo nivel que los diálogos que los dos protagonistas, Chow Mo-wan y Su Lizhen, mantienen a lo largo de la película, que revela más por lo que calla que por lo que dice. In the mood for love (Deseando amar) se estrenó el 20 de mayo del año 2000 en el Festival de Cine de Cannes, un soplo de aire fresco para una industria en constante cambio.

Un bolso, una corbata y veintiún qipaos

Son los colores, la banda sonora, el silencio de los protagonistas, el drama que cuentan, pero sobre todo, el vestuario, lo que nos mantiene pegados a la pantalla. Prendas elegidas cuidadosamente por William Chang, que incluso tienen su propio peso en la trama. El bolso y la corbata que destaparon las infidelidades de sus parejas, veintiún qipaos de diferente estampado que, además de combinar con cada localización, marcan el paso del tiempo. De flores, a rayas, degradados, con figuras geométricas, cuadros vichy... Si no fuera por ese pequeño gran detalle, sería imposible distinguir la separación de los días que transurren.

Maggie Cheung, actriz protagonista de 'In the mood for love'

Maggie Cheung, actriz protagonista de 'In the mood for love'

"No comprendo cómo se viste así solo para comprar comida", dice la Sra. Suen, la casera de nuestra protagonista. ¿Por qué? Si no tiene en casa un marido al que impresionar, se pregunta. Su Lizhen hace gala de su elegancia en todo momento mientras espera que su esposo vuelva a su lado. Sin querer, empieza a enamorarse de su nuevo vecino, Chow Mo-wan. Un hombre casado que también resulta engañado por su pareja. Su historia de amor no es como otra cualquiera, la suya nunca llega a consumarse, aunque comparten su soledad y su tristeza, y eso les lleva a mantener una relación mucho más profunda.

Su Lizhen y Chow Mo-wan en 'In the mood for love'

Fotograma de la película 'In the mood for love'

In the mood for love muestra a una protagonista comedida, incluso algo tímida y reservada. Adjetivos que chocan con las prendas de su armario, mucho más sensuales que su aparente personalidad. La ropa también es un fiel reflejo la moda del Hong Kong de los años 60. El qipao es una prenda centenaria que a día de hoy sigue siendo tendencia. Al clásico diseño solo se le ha añadido una cremallera para facilitar su uso. El corte en diagonal del pecho, las aberturas laterales y el largo por debajo de la rodilla suelen ser el factor común, aunque cada vez más diseñadores juegan a innovar.

Maggie Cheung, actriz protagonista de 'In the mood for love'

Maggie Cheung, actriz protagonista de 'In the mood for love'

"Tuvimos de 20 a 25 vestidos para Maggie durante toda la cinta. Debido a que cortamos la película, se vuelve como un desfile de moda. Ella cambia todo el tiempo", confiesa el director de In the mood for love, Kar-Wai Wong, que grabó mucho más material del que hemos visto en pantalla, incluso alguna escena íntima entre los protagonistas, que finalmente decidieron eliminar en el postproducción, porque "no era necesario ese acercamiento", asegura.

Fotograma de la película 'In the mood for love'

La magia de Kar-Wai Wong

Kar-Wai Wong es el maestro de la sutileza. Sus personajes no necesitan hablar para que el espectador sepa lo que están sintiendo a cada momento. En In the mood for love tiene un gran papel la música, que acompaña a los silencios de los protagonistas, la banda sonora de los corazones rotos, como uno de los temas que se repite constantemente a lo largo de la trama, "Yumeji's Theme", del compositor Shigeru Umebayashi. La sorpresa llega cuando escuchamos los boleros de Nat King Cole, ese "Quizás, quizás, quizás" que no esperábamos, pero que le sienta tan bien a la cinta.

El director consigue embaucarnos con una estética muy cuidada, donde los colores, los planos, los escenarios, el juego de los espejos y los reflejos marcan la diferencia, como ya lo hizo en otras de sus películas: Días salvajes (1990), 2046 (2004) o My blueberry nights (2007).