La Rebelión de Tambov: cuando el hambre pudo más que el miedo

• Documaster te cuenta La historia del Ejército Rojo, que Lenín encargó crear a su mano derecha León Trotsky
• Este ejército sofocó el levantamiento de campesinos en Tambov, donde se confiscava la comida para los soldados
• Puedes ver ya los dos capítulos de estreno en RTVE Play: La Gran Guerra Patriótrica y La Guerra Fría

Documaster - La Historia del Ejército Rojo - La Rebelión de Tambov

La Historia del Ejército Rojo, como se llama el documental que Documaster emite esta semana, empieza tras la Revolución de febrero de 1917. Fue creado por León Trotsky por orden de Vladimir Lenin en 1917.

La Revolución Rusa que ese año había terminado con el poder absolutista de los zares y de los terratenientes, que gobernaban en un país de 132 millones de habitantes, la gran mayoría campesinos hambrientos. Ese sistema feudal no ofrecía ningún futuro a las clases trabajadoras. El partido bolchevique expandió las ideas de Karl Marx rápidamente y los levantamientos se sucedieron hasta la instauración de un gobierno comunista.

Durante la época imperial, los campesinos vivían pobremente en un auténtico sistema feudal rtve

El nuevo gobiero necesitaba defenderse del antiguo ejército zarista y de enemigos externos. Sin embargo, fue quien reprimió duramente a los propios soviéticos, cuando estos se vieron atrapados entre otra larga hambruna y el miedo a ser castigados. El hambre apretó más.

Antonov, el hombre que alzó la primera revolución contra los revolucionarios

La población estaba aterrada: el ejército se llevaba su comida. Aves de corral, setas, bayas, miel, centeno, trigo, cebada y mijo que almacenaban para cuando la tierra estuviera completamente helada durante el duro invierno. En la zona autónoma de Tambov, en plena Rusia europea, a unos 500 kilómetros al sur de Moscú, un hombre lideró un nuevo levantamiento. Era Aleksandr Antónov.

En 1920, Alexánder Antónov lideró una revolución contra los revolucionarios bolcheviques en el poder rtve

No era cualquiera. Había estudiado y precisamente le echaron del instituto de su ciudad, Kirsánov, en Tambov, por sus proclamas a favor de la revolución. Entró en al Partido Social-Revolucionario y junto a compañeros de fechorías cometió asesinatos, robos, participó en expropiaciones... Como había sido aprendiz en una fábrica de ferrocarriles, decidió volar un tren correo para apropiarse de los bienes de valor que llevaba, pero le pillaron y le detuvieron. Le cayeron 20 años de trabajos forzados que no cumplió gracias a la amnistía del gobierno provisional.

Cuando regresó a Kirsánov ya había abandonado el partido. Fue nombrado enseguida jefe de milicia de la policia local. La población sufría altos índices de delicuencia y Antonov la erradicó con el apoyo de los campesinos al declarar la ley marcial. Se vió fuerte y solicitó más hombres a su cargo. Así logró liderar el mayor levantamiento contra el nuevo gobierno bolchevique hasta ese momento.

Este levantamiento fue posible gracias al miedo a quedarse sin comida y también a las levas forzosas. Trotski solo había reunido a 150.000 hombres y necesitaban millones para terminar con los ataques del antiguo ejército imperial. Asi que alistarse pasó a ser obligatorio.

Antónov huyó al bosque y formó una milicia de desertores del antiguo ejército zarista, miembros de su antiguo partido y de campesinos. Asesinaron a cientos de funcionarios sovieticos cuando se acercaban a las granjas para esquilmarlas. Llegaron a ser miles, algunas fuentes hablan de 50.000, pero no estaban armados ni la mitad.

La Rebelión de Tambov estalló el 19 de agosto de 1920. Empezaron a marchar hacia la ciudad de Tambov hombres, mujeres, ancianos, niños. Y cuando se encontraban a diez kilómetros, fueron ametrallados.

Los lideres soviéticos eran conscientes de lo que ellos mismos habían logrado con un levantamiento, así que reunieron medios terrestres, artillería y aviación para terminar con los insurrectos. Incluso usaron gas veneoso contra ellos.

Los muertos a consecuencia de la rebelión de Tambov fueron 240.000. Otras miles de personas fueron internadas en campos de concentración y en gulags en Siberia. Sus aldeas fueron incendiadas, uno de los castigos que los mandos militares del nuevo ejército rojo ordenaban llevar a cabo a sus soldados.​ Las propiedades de los revolucionarios se entregaron a los miembros del partido comunista, pero fue el fin de las incautaciones del grano de las granjas fue lo que realmente acabó con los intentos de volver a levantarse contra el poder en la región.

Antonov fue abatido, al año siguiente, cuando fue localizado en un bosque, junto a su hermano menor. Mientras la buscaban se sucediron otras insurrecciones contra el gobierno soviético, pero Moscú siempre supo cómo sofocarlas: solo había un método, una represión brutal. Nadie mejor que Lenin y Trotski para conocer el poder del pueblo.

Puedes ver ya los dos capítulos de estreno de La Historia del Ejército Rojo en RTVE Play: La Gran Guerra Patriótrica y La Guerra Fría.