¿Cuánto cuesta el armario de 'Emily in Paris'?
- Devorada la segunda temporada de Emily in Paris, solo podemos pensar en una cosa: la ropa
- A los que la criticaban por sus excesos y sus clichés, la serie responde: "¡Que coman pastel!"
- O la amas o la odias, pero es imposible dejar de mirar
Emily in Paris vuelve a las pantallas más explosiva y autoconsciente que nunca. Su estreno el año pasado vino acompañado de polémica: los franceses criticaron la caricatura que la serie hacía de su carácter (quelle horreur!) y la crítica se burló de su ingenuidad y sus excesos. Sobre el primer punto, los guionistas se han puesto las pilas: han apuntado a Emily a clases de francés, la han acercado con más humildad a la cultura y han introducido un nuevo personaje norteamericano cuyos tintes de villano hacen que el país vecino salga ganando (aunque sólo sea a base de hablar bien, vestir bien y querer librar los sábados).
Lo segundo es otra historia. Lejos de bajarle el volumen a la mezcla de colores, texturas y referencias visuales que inicialmente nos proponían los creadores de Sexo en Nueva York, la serie abraza sin complejos su naturaleza de logotipo en esta nueva temporada: más que nunca, Emily in Paris es una fantasía, un anuncio hecho realidad. Emily, que trabaja en una agencia de publicidad, ha leído nuestros tuits y se dirige directamente a nosotros mientras cierra su maleta antes de irse a Saint-Tropez. Sabe que la llamaremos hortera y nos contesta: "Es ringarde, es la gracia".
Por si el mensaje no estaba claro, la segunda temporada de Emily in Paris se cierra con un desfile en el corazón de Versalles. La serie le grita a los haters la frase que María Antonieta nunca pronunció: "¡Que coman pasteles!". Y, como la malograda reina, continúa con su alarde de frivolidad y exceso. En cada capítulo, Emily cambia de conjunto tres, cuatro o cinco veces, combinando piezas de Versace, Elie Saab y Valentino con otras más accesibles de Zara, Adidas o H&M. Camille, la it girl parisina, lo apuesta todo a las firmas francesas: Saint Laurent, Celine, Coperni...
De momento, pese a la etiqueta de branded content que de vez en cuando sale en la pantalla, las firmas de lujo no se explicitan: los personajes actúan como si fuese normal comer tortitas en un vestido de tul de Giambattista Valli (¡al menos este se vendió en H&M!) y no hay tanto namedropping de marcas como en Sexo en Nueva York, que sigue siendo la serie-anuncio por excelencia. Pero Netflix anunció el año pasado que la segunda temporada vendría acompañada de una línea de productos de moda de lujo que estarían disponibles en su página web. Vale, sí, la serie no aspira en ningún momento a ser verosímil y el exceso es parte de la gracia si estás de acuerdo en que tiene alguna, pero si eres humano es imposible no preguntártelo: ¿Cuánto se supone que gastan estos personajes en ropa?
Día nuevo, armario nuevo
Emily lleva un polo de punto de Versace, chaqueta de Elie Saab, falda de cuadros de Thierry Mugler y mini bolso de Tod's (1,478€). A tomar unas copas frente al Louvre la acompaña su amiga Camille, con una chaqueta militar de Balmain (3.600€), pantalones negros de Patou (840€), bolso de Patou (726€) y gafas estilo mariposa de Zeus + Dione (261€). Los pantalones, un básico, son de las pocas prendas que vuelven a repetirse. Su jefa, Sylvie, va de Dolce & Gabbana: el vestido de encaje cuesta 2.820€.
En la foto:En la foto: más de 9.725€
Para ver a su amiga Mindy actuar en un espectáculo de drag, Emily se calza un vestido mini de lentejuelas de Isabel Marant (1.399€) y un bolso de Prada (1.147€). Camille la acompaña en el escotadísimo vestido de Saint Laurent que, antes de que Olivia Rodrigo lo llevase a la gala del Museo de la Academia de Cine y se agotase en internet, se podía encontrar por 3.193€.
En la foto:En la foto: más de 5739€.
Los blazers y las chaquetas abundan en el armario de Emily: la de arcoíris es de Sonia Rykiel y cuesta unos 194€. Los zapatos que lleva a juego, de Christian Louboutin, le suman 834€.
Look completoLook completo: más de 1028€.
Mira bien, porque es el look más asequible de toda la temporada: Emily sale a correr con leggings negros de White Fox (53€), una chaqueta oversized de Pretty Little Thing (48,50€), zapatillas Adidas (81€) y, en los oídos, los AirPods Pro (273€).
En la fotoEn la foto: 455,5€.
Vacaciones en Saint-Tropez
Emily apuesta por volver personal, por la vía del exceso, cualquier cliché que la vida le ofrezca. ¿Que viaja a Saint-Tropez? Pues se disfraza de la Audrey Hepburn de finales de los 60: gabardina, las gafas 4091 de Valentino (299€) y guantes de conducir de Seymour Gloves (263€) que se convierten en su accesorio favorito en esta temporada.
Accesorios:Accesorios: 562€.
En la piscina, Emily se echa por encima, a modo de albornoz, un kimono de seda de Rianna + Nina que solo cuesta 2.415€ (por si se moja, que total). Después se pone un minivestido de Dolce&Gabbana y le pide a los camareros que le rocíen champagne por encima: ¡allá van 2.247€! (Sin contar el bolso cuadrado de Christian Louboutin, que cuesta 1.757€). El gorro es vintage: un diseño de Annika Rimala para Marimekko, del año 1966.
En totalEn total: más de 6.421€.
Cuando sale de fiesta en Saint-Tropez, Emily lleva un vestido lila de Valentino (8.111€) y una cazadora de falso cuero de Courreges (927€).
En totalEn total: más de 9.039€.
El vestido lila asimétrico apareció inicialmente en las imágenes promocionales de Emily in Paris y fue el primer vistazo de la prensa a su armario. Es de Magali Pascal y en eBay se puede encontrar por 220€. Lleva un bolso de Carel Paris (43€) y zapatos de Terry de Havilland (335€). Las gafas de sol de Emily son de Miu Miu (395€) y las de Camille, que también reaparecen en la serie, de Valentino (195€). Su blazer blanco, también de Valentino, está valorado en 2.631€ (aunque se puede encontrar algo más barato en internet). Sus zapatos son de Roger Vivier (1.363€) y su bolso de mimbre, de Patou (377€). El top amarillo de Mindy es de MSGM (244€), con shorts de tweed de la misma marca (163€) y bolso de Roger Vivier (3.200€).
Emily lleva puestos: 993 €.
Camille lleva puestosCamille lleva puestos: 4.566€.
Mindy lleva puestosMindy lleva puestos: 3.607€.
Cena de cumpleaños
Para celebrar su fiesta de cumpleaños, Emily pide permiso a la ciudad y monta una terraza debajo de su edificio de apartamentos. Su vestido, sin mangas y con un lazo enorme, es de ROTATE Birger Christensen (387€). Camille lleva conjunto de Coperni de chaqueta (504€) y falda (407€). El vestido neón de Mindy es de Oscar de la Renta (2.287€).
En la foto:En la foto: 3.585€.
Las piezas más llamativas de la serie
La tote bag de la Mona Lisa que lleva Emily in Paris en la primera imagen es, también, el complemento al que más recurre a lo largo de la serie. Otras piezas que llaman la atención de sus estilismos de calle: el cardigan con pedrería y cuello de falsa piel de Blumarine (982€), los guantes de conducir de Chanel (378€) y el minibolso de Salvatore Ferragamo (661€) de la segunda imagen. En el mismo episodio, lleva un vestido naranja de macramé de Self-Portrait (136€), bomber estampada de Hermes (2.044€) y sandalias planas de Hermes (374€).
Aunque lo mejor del armario de Emily son las chaquetas: la de la cuarta foto es de Vassilis Zoulias (450€). La lleva con botas altas de Maison Skorpios (995€) y bolso amarillo de Zara.
Reina del layering, la chaqueta estampada que lleva Emily en el último capítulo de Emily in Paris es de Rianna + Nina (1.960€). El bolso de tul, a juego con la vaporosa chaqueta rosa, es de Christian Louboutin (1.544€). Fuera de cuadro, lo combina con unas sandalias de Gianvito Rossi (1.142€).
Otra de las piezas más excepcionales de esta temporada es el conjunto de cuero de Isabel Marant que lleva Camille en el cuarto episodio, que se llama Jules and Em en referencia a la célebre película sobre un triángulo amoroso de François Truffaut, Jules et Jim (1962). La sutileza no va con Emily in Paris. El blazer de cuadros es de Alexandre Vauthier (2.130€).
Emily se convierte varias veces en Audrey Hepburn, y no importa si la película que referencia se llama Vacaciones en Roma: igual que a menudo adopta los peinados de la actriz francesa en los años 60, la protagonista de Emily in Paris adopta la Vespa y la silueta New Look de los años 50 que aparecían en la cinta de William Wyler. Eso sí: ella le da una vuelta de exceso al equilibrado estilo de la Hepburn, atreviéndose con colores y estampados impensables para ella.
Primer look: Emily lleva un vestido off-shoulders con estampado de corazones de Anouki, la firma de la diseñadora georgiana Anouki Kaladze (960€), tacones de Patou y bolso de Roger Vivier (1231€).
Segundo lookSegundo look: El vestido es de Vassilis Zoulias y cuesta 2.337€.
Tercer lookTercer look: El blazer de punto verde es de Barrie (2.2450€). El casco es una edición limitada que la casa Dior realizó para Vespa.
¿Que cuánto cuesta el pijama con el que Emily se queda a dormir en La Champaña? Pues 463€ (AZ Factory). En lo que a lencería se refiere, el presupuesto de Emily es un poco más normal. El bralette que luce en su cita con Alfie es de Etam y está rebajado a 24,85€.
Los dos se ven en plena ola de calor, pero que Dios nos libre si ella no va perfecta: su falda es de la firma de lujo Balmain (1583,56) y su bolso de Mark Cross cuesta 2.638€.
También de Balmain es el vestido bicolor con los hombros al descubierto (2.025€). En el episodio 9, combina un chaleco de Zara (50€) con un chaleco de punto de Maje (199€), un cinturón de Valentino Garavani (988€) que es un verdadero statement y un enorme collar de perlas. La falda de tweed es de Miu Miu. En su momento epifánico en un banco de París, Emily lleva un mono vintage elaborado por La Compagnie du Costume, un atelier que fabrica ropa para películas y series de televisión, con un bolso amarillo de Prada (2.118€).
A su último gran espectáculo, en la galería de los espejos de Versalles, Emily lleva un vestido de tul de la colección de Giambattista Valli en colaboración con H&M (399€, como el que llevó Samantha en OT), y un collar con forma de corazón de Varycke que se vende por 1.050€.
Vestir es fácil con los ojos cerrados (sin mirar la cuenta del banco)
Una de las propuestas más valientes de esta temporada de la serie es que pretende que nos creamos que, tras ver los estilismos que se gasta Mindy (trajes de Oscar de la Renta, collares de Versace, vestidos de Gucci para andar por casa, bolsos de Dolce & Gabbana), su nuevo interés amoroso no sospeche que, tal vez, cantar en la calle no sea la única fuente de ingresos del personaje. Pero a Marilyn Fitoussi, que asciende este año a directora del diseño de vestuario bajo la supervisión de Patricia Field (Sexo en Nueva York), se lo dejaron bien claro: "Es una comedia romántica, no nos importa la realidad".
Lo cierto es que, en el fondo, la ficción de Darren Star no se diferencia mucho de la tote bag de la Mona Lisa que porta, orgullosa, su protagonista: completamente manufacturada y comercial, de nosotros depende etiquetarla como una broma de mal gusto o una obra de arte. Como dice la propia Emily: "Todo depende de como la mires".