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Nadie se pone de acuerdo

¿Doblado o subtitulado? El eterno debate del cine y la televisión

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El doblaje de Lola Indigo en Space Jam dio mucho de que hablar
El doblaje de Lola Indigo en Space Jam dio mucho de que hablar

Pocos debates en el mundo del cine y la televisión levantan más pasiones que aquellos sobre el final de ciertas películas y series. Quizás el más intenso sea uno que supera a las audiencias de unas y otras, que afecta a todos por igual: la decisión de ver doblados o en versión original subtitulada los espectáculos cuyos idiomas no comprendemos.

Se trata de un conflicto que existe entre el público, pero no entre los profesionales que se dedican a ello. Entienden que cada persona es un mundo, con unas preferencias particulares, pese a la insistencia de la gente en verlo casi como dos opciones excluyentes.

"No sé por qué la existencia de una cosa tiene que suponer la desaparición de la otra. ¿A mí me gusta verlo en versión subtitulada y tengo que forzar, obligar o exigir que todo el mundo vea la versión subtitulada? O viceversa", plantea Adolfo Moreno, presidente de Adoma, el sindicato de artistas de doblaje de Madrid.

Un guion, dos versiones

Tanto el subtitulado como el doblaje suponen dos traducciones para una misma obra, por lo que ambas "pervierten el original" de una forma u otra, asegura Moreno. Si activas el doblaje y los subtítulos, escucharás y leerás cosas distintas. No coincidirán.

Esto se debe a que las necesidades de ambas modalidades son distintas. Mientras que los actores de doblaje intentan que los diálogos encajen con las bocas en pantalla, el subtitulado tiene como limitaciones "la velocidad de lectura, el tiempo en pantalla, condensar la información, priorizarla…", señala Marta Aulet.

Doblaje y subtitulado "responden a dos necesidades distintas y ninguna es mejor que la otra", como apunta esta traductora de contenido audiovisual y vocal de la Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE), que engloba a los profesionales de doblaje, subtitulación, localización de videojuegos, audiodescripción, subtitulado para sordos y voces superpuestas.

¿El resultado? El guion muchas veces es recortado o alterado. "Cada modalidad prioriza una cosa: a lo mejor en el doblaje han optado por un texto que en subtítulos no cabría o en subtítulos han puesto algo que en boca no cabría", afirma Aulet.

La precariedad en el sector

Doblar no es fácil. "Necesitas ser capaz de dar credibilidad a lo que tienes en la pantalla. Y tú puedes tener una voz bonita y decir un 'te quiero' que no se lo cree nadie", señala Adolfo Moreno, quien trabaja como actor de doblaje. Ha puesto voz a Jesse Eisenberg en diversas películas, pero también a Ash Ketchum, el mítico protagonista de Pokémon.

No cualquiera lo puede hacer, y si no que se lo pregunten a Itzan Escamilla, Sergio Mur o Carlos Cuevas, criticados en las redes sociales por su participación en Memorias de Idhún. Tampoco se salvó de las quejas Lola Indigo, que acabó pidiendo perdón por sustituir a Vera Bosch como voz de Lola Bunny en la secuela de Space Jam.

Los actores de doblaje profesionales son sustituidos en ocasiones por caras famosas y con más tirón. También los profesionales del subtitulado se están viendo sustituidos, aunque no por otras personas, sino por máquinas.

Se trata de la técnica de la posedición, en la que una máquina procesa los textos. "No puede interpretar ni la imagen ni el contexto ni el tono ni absolutamente nada más que texto puro y duro", se queja Marta Aulet. "Lo que sale se lo pasan a un traductor humano que por cuatro duros lo pone no horrible, lo retoca lo justito para que se entienda y claro, tiene unos resultados muy pobres", explica.

¿La casa de papel sería un éxito global sin el doblaje?

En este contexto se presenta el debate entre ver las obras dobladas o subtituladas. Cada opción presenta sus ventajas y sus desventajas, aunque el blanco de la mayoría de las críticas es el doblaje. En su contra se esgrime una supuesta obstaculización del aprendizaje de idiomas extranjeros, un argumento que Adolfo Moreno descarta.

En su lugar, como principal razón del éxito del doblaje alude a una cuestión de público, ya que el producto llega a más gente. "Cada vez se dobla más en todo el mundo. En Estados Unidos se ha empezado a doblar. ¿Alguien cree que si no se hubieran doblado en Estados Unidos series como Élite o La casa de papel sus actores tendrían la repercusión internacional que están teniendo? Por supuesto que no", zanja.

Pero, al margen de las ganancias económicas para las empresas o incluso para los actores que participan, el doblaje también reporta beneficios para la sociedad. Según Moreno, "es positivo porque universaliza la obra, la hace accesible a todo el mundo y consigue evitar que convirtamos el hecho de ver una película o una serie en algo elitista, en algo para elegidos".

Lo tiene claro: "Somos un país cinéfilo gracias al doblaje". "¿Qué hubiera pasado en los años 40 o 50, con una tasa de analfabetismo enorme en este país? ¿Solo los pudientes podrían haber visto cine porque los demás no sabían leer?", se pregunta de forma retórica.

Elegir una u otra opción depende de muchos factores, como el propio momento, y además lo cierto es que todo el mundo tiene sus gustos. Como señala Marta Aulet, "nuestras experiencias y necesidades como público no son universales". Y tú, ¿qué prefieres, doblaje o subtítulos? Puedes elegir en la plataforma de streaming RTVE Play.