'Doctor Zhivago' : estos son los lugares de Madrid se rodó la película, desde la Esteción Delicias a a Canillas
- Las calles de Moscú se reprodujeron en el barrio de Canillas, junto al cementerio
- La Estación Delicias sirvió para ambientar la escena de la estación de Moscú
- 'Doctor Zhivago' en 7 curiosidades: desde el 'veto' ruso al intenso rodaje en España
Cuando algunos medios norteamericanos criticaron la escenografía de Doctor Zhivago, David Lean se sintió incomprendido y juró que jamás haría otra película. Pero el bellísimo melodrama histórico del director británico terminó ocupando el lugar que le correspondía en los anales de Hollywood: cinco premios Oscar a su nombre (de entre diez nominaciones), la mayor recaudación en salas de 1965 (solo después de Sonrisas y lágrimas), la segunda mayor de toda la historia de la Metro Goldwyn Mayer (justo detrás de Lo que el viento se llevó) y el eterno reconocimiento, por parte de la misma reticente crítica, a su poética, su artesanía y su virtud dramática.
Pero esta película nos recuerda un capítulo brillante en la historia del cine en España: "No solo el pasado de Hollywood en Madrid, sino la aportación de Madrid a Hollywood", dice Esperanza García Claver, comisaria de la exposición MAD about Hollywood, que desde 2018 expone la huella que dejaron los mitos del cine en la capital española y sigue itinerando en Europa de mano del Instituto Cervantes. "No fueron casos aislados. En un principio, los norteamericanos venían con todos sus equipos. Pero se dieron cuenta de los técnicos tan maravillosos que teníamos aquí y empezaron a contar con ellos de forma sistemática", dice.
La historiadora pone en valor el papel de los cineastas que trabajaron con David Lean en esta enorme superproducción protagonizada por Omar Sharif, Julie Christie y Geraldine Chaplin: Perico Vidal (el que fuese su mano derecha), José María Ochoa (ayudante de dirección), Agustín Pastor y Teddy Villalba (productores), el conocidísimo Gil Parrondo (director de arte asociado, que más adelante obtendría dos premios Oscar por su trabajo en Hollywood) o Julián Mateos (atrezista), viejos conocidos de Lean tras el rodaje de Lawrence de Arabia, fueron una parte fundamental de lo que terminaría siendo la película. Los 3.000 figurantes también fueron aportados por nuestro país.
"Se puede decir sin ningún miedo que los años 50 y 60 fueron la Edad de Oro de Hollywood", afirma Esperanza, pero a la vez nos recuerda que esta colaboración no vive solo en el pasado: con Wes Anderson dejando tras de sí cuatro millones de euros —y unas cuantas neurosis— en la localidad de Chinchón, el trabajo de los equipos españoles en Hollywood debe ser reivindicado y, también, debidamente acreditado: la mayoría de los trabajadores españoles de Doctor Zhivago no aparecen en los créditos del film (y hubo quien viajó a Rusia desde nuestro país sin saber que ese Moscú estaba, en realidad, en el barrio de Canillas).
El trabajo artesano que convirtió Madrid en Rusia
La experiencia previa con Lawrence de Arabia, filmada en su mayor parte en Almería, fue clave para tomar la decisión de rodar Doctor Zhivago en España. También la cercanía de los estudios de la CEA (Cinematografía Española Americana), que habían sido inaugurados en 1932 y ampliados posteriormente en la zona de Barajas. La película fue su réquiem: cerraron en 1966, tan solo un año después de que se rodaran allí los espléndidos interiores de la obra de David Lean.
Una de las visiones más hermosas de la película es la del interior del palacio de Varykino, que aparece completamente cubierto de nieve cuando da cobijo a sus trágicos protagonistas. "Teddy Villalba cuenta cómo, además de los polvos de mármol que se utilizan para imitar ese brillo que tiene la nieve, emplearon sal, sábanas y cera de velas blancas. El trabajo de conseguir esa sensación de nieve se construye por capas", explica Esperanza. Además de en Madrid, hubo localizaciones en Segovia, en Guadalajara y en Soria, donde la falta de nieve tuvo que ser suplida con ingenio artesano.
Las escenas más frías de la estepa siberiana tuvieron que regrabarse en Finlandia y en Alberta, Canadá, pero el 90% de la película se rodó en España: Candilichera, Villaseca de Arciel, Navaleno, Villar del Campo, Matamala de Almazán, El Cañuelo, Barajas, Guadix, la presa de Aldeadávila o Campo del Gómara son algunas de las localizaciones que aparecen en ella.
Moscú se localizó en el barrio obrero de Canillas, donde se construyó una réplica de 40.468 metros cuadrados de la capital rusa. Incluía una calle adoquinada de unos 730 metros, unas vías de tren, una réplica del Kremlin y 60 edificios comerciales y casas que rodeaban una plaza gigante. Aunque el material promocional exageró las medidas de esta construcción, no tan mastodóntica como se pensaba: la pendiente de la calle principal está trucada, con la parte final mucho más estrecha que la delantera, para dar sensación de profundidad. Todas las fotos del set se tomaron con gran angular para no revelar sin querer el tamaño del engaño.
Otra de las anécdotas más emblemáticas de este falso Moscú la contó la propia Geraldine Chaplin: cuando los figurantes que interpretaban a los obreros rusos cantaron a pleno pulmón La internacional, casi tiene lugar un pequeño Domingo Sangriento en las calles de Canillas. La policía Armada de Franco, encargada de la vigilancia urbana, se presentó en el set de rodaje decidida a responder a esa provocación comunista en plena calle, y tomó los datos de los figurantes antes de que David Lean los convenciese, a duras penas, de que el exabrupto político era una exigencia del guion.
El viaje urgente a Loewe y el nacimiento de una tendencia
La estación de tren de Delicias, actual emplazamiento del Museo del Ferrocarril, se convirtió en la estación de trenes de Moscú en la que Zhivago da la bienvenida a Tonya, su prometida, interpretada por una jovencísima Geraldine Chaplin. Aunque los trenes se merecen un capítulo aparte en la historia de este rodaje (con RENFE aportando muchos de los que aparecen en la película, que siguieron circulando y exhibiéndose durante décadas), el atrezista Julián Mateos compartió con Esperanza García Claver una anécdota diferente.
"En ese momento en el que llega Tonya, vestida a la última con moda parisina, con ese look total pink de la diseñadora de vestuario Phyllis Dalton —que ya había trabajado con Lean en Lawrence de Arabia—, el director vio las maletas que tenía el equipo y dijo que eso no eran maletas para una señorita. Así que tuvieron que salir corriendo a una tienda de Loewe a por las maletas para tenerle contento. Es divertido, pero todo en la película funcionaba al mismo nivel: no había ningún límite".
Tanto el equipo de diseño de producción como el de diseño de vestuario obtuvieron sendos premios Oscar en 1966. "Y en el mundo entero se puso de moda el estilo Zhivago", cuenta Esperanza. "En Vogues inglesas o americanas de aquel momento, en los escaparates de la tienda, todo era moda Doctor Zhivago, y diseñadores de alta costura también lo adoptaron". Geraldine Chaplin vivía en Londres, era una it girl y la fotografiaron los artistas visuales más conocidos de ese momento".
Ese look Zhivago adoptado por firmas como Yves Saint Laurent o Christian Dior trajo de vuelta los adornos de piel, las trenzas de seda, las botas, las barbas y los bigotes que acabarían arraigando a finales de los 60 y predominarían en la época de la revolución contracultural. En el rodaje, sin embargo, todo eran reglas: Phyilis Dalton tenía que vigilar que ninguno de los extras se quitase las capas y capas de ropa de piel con las que tenían que rodar en un verano abrasador.
Plantar flores, emplear tiempo, exigir dinero
La producción de Doctor Zhivago se había preparado con un plan de rodaje de diez meses, pero el período de filmación se extendió más allá de lo pautado. David Lean quería capturar en su melodrama las diferentes estaciones y llegó, incluso, a intervenir en el entorno natural. Desde Holanda y hasta el pueblo de Soria que se convertiría en Varykino, importó cuatro mil narcisos amarillos que se plantaron en el campo el otoño anterior. Las bellísimas flores brotaron, así, en la primavera del rodaje de las escenas de amor entre Zhivago y Lara. Primero la verdad, luego la película.
La banda sonora, a cargo de Maurice Jarre (y en contra de la productora, que quería contratar a otro en lugar del compositor que terminó ganando el Oscar), simplemente acentúa y completa un romanticismo que ya está más que presente en las imágenes. Pero, en el cine de Hollywood, poesía también equivale a control: la presión obsesiva del cineasta estuvo a punto de romper a Omar Sharif, que dijo haberse mantenido al límite durante todo el rodaje por el estrés emocional que le imponía el director en un papel semejante. Lili Muráti, la figurante que interpretó a la mujer que trataba de saltar al tren con un bebé en brazos, salió gravemente herida ante la impertérrita mirada de David Lean.
Cuando la productora le llamó la atención por el empleo desorbitado del presupuesto, cuenta Esperanza García Claver, el director amenazó con plantarse: "Toda una comitiva de la MGM vino a calmarle, fletaron un avión hasta Madrid. Esto que cuenta Teddy Villalba es muy llamativo: los extras, las localizaciones, esta magnitud de las cosas que parece imposible que vuelva a existir".
España jugó un lugar clave en esta producción que se rodó sobre Rusia, pero sin Rusia: el productor Carlo Ponti quiso filmar en la Unión Soviética, pero el gobierno no lo permitió. Pese a tener un elenco enorme de actores internacionales, no hay ningún intérprete ruso o de ascendencia rusa en Doctor Zhivago. La película no se estrenó en el país hasta 1988.