Las personas brillamos con luz propia... Aunque imperceptible

• Las personas emitimos luz, aunque mil veces inferior a la sensibilidad del ojo humano
• La luz que emitimos varía en función del momento del día, la zona del cuerpo o el metabolismo
• Este martes, "Órbita Laika" despide su séptima temporada viajando a la ciencia del cuerpo humano en La 2

Las personas emitimos luz, aunque muy por debajo de la sensibilidad de nuestro ojo.

Las personas emitimos luz. No es una frase motivadora ni un pie de foto de Instagram: es ciencia. Cada persona emite luz visible, aunque muy por debajo de lo que es capaz de captar nuestro ojo. Concretamente,  a una intensidad 1000 veces inferior.

Un estudio realizado por los científicos japoneses Masaki Kobayashi, Daisuke Kikuchi y Hitoshi Okamura concluyó que los humanos no solo emitimos luz, sino que esta varía en función del momento del día y el metabolismo, razón que explicaría que se modifique con el ritmo circadiano. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades en el campo médico, ya que la detección de las cámaras de emisiones débiles de luz podría contribuir a detectar afecciones.

Para realizar su estudio, el equipo trabajó con una cámara CCD de alta sensibilidad, capaz de detectar la emisión de fotones individuales. Utilizando temperaturas criogénicas de -120ºC, varios voluntarios fueron colocados durante tres días con el torso desnudo frente a cámaras en penumbra total en habitaciones a prueba de luz, en intervalos de 20 minutos cada tres horas desde las 10h hasta las 22h. Las investigaciones, publicadas en la revista PLos One, indicaban que esta luz no solo difiere según la hora del día, sino también en función de las partes del cuerpo, siendo el rostro la zona que emite más luz,  principalmente la boca y las mejillas.

La explicación científica sobre el origen de este “brillo” en los humanos todavía no es clara,  siendo algunas hipótesis la interacción de radicales libres emitidos por el organismo con las proteínas y algunos lípidos; los cambios en el metabolismo,  que podrían explicar las variaciones a lo largo del día; o la mayor exposición de ciertas zonas del cuerpo a la radiación solar y acumulación de melanina, que podría dar explicación a la mayor emisión de brillo en el rostro, ante una mayor producción de fotones. Habrá que seguir investigando para arrojar luz sobre el asunto (nunca mejor dicho).

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