Las claves de la secuela de 'Los pilares de la tierra', intriga con el sello Ken Follett
- Regresa a Kingsbridge con Un mundo sin fin, la secuela de Los pilares de la Tierra
- Ken Follett habla sobre su nueva novela Nunca (2021) en Página Dos
- Disfruta de los ocho capítulos de la gran epopeya medieval este 4 y 6 de diciembre en RTVE Play
A Kingsbridge siempre se vuelve. La vibrante y tumultuosa ciudad a la que Ken Follet dio vida en Los pilares de la Tierra regresa esta semana a la televisión. La 2 emite este los ocho capítulos integros de la secuela del gran best seller del escritor galés y ya están disponibles los primeros 4 en RTVE Play. Un nuevo viaje hacía la Edad Media que salta en el tiempo para volver a proponernos una gran epopeya histórica sobre intrigas, pasiones, muerte y poder.
Bajo el mismo nombre que la novela, Un mundo sin fin da un salto en el tiempo y sitúa la acción 200 años después de la construcción de la catedral, enmarcada históricamente en la Guerra de los Cine Años, en plena pandemia de la peste negra que diezmó a un tercio de la población europea del siglo XIV.
En este contexto aparecerá Caris (Charlotte Riley), una mujer valiente y visionaria que lucha por poner fin al sufrimiento y a la opresión a los que vive sometido su pueblo junto a su amante Merthin (Tom Weston-Jones). Ambos construirán una comunidad para enfrentarse directamente a los dos poderes más despiadados de la época: la Corona y la Iglesia.
Hay momentos en los que parece que todo lo que era viejo ha vuelto: el auge del autoritarismo, una pandemia que crece fuera de control todos los días, líderes que parecen más decididos a actuar con crueldad en lugar de gobernar con justicia. Un mundo sin fin es exactamente el tipo de ficción que todos necesitamos en este momento, un recordatorio de que el arco del universo se inclina hacia el lado bueno de la historia, si tenemos la voluntad de hacerlo.
El papel de las mujeres, clave en la serie
La superproducción avalada por los hermanos Scott y cuenta con reconocidos intérpretes internacionales como Cynthia Nixon (Sexo en Nueva York), Miranda Richardson (Las Horas) o Ben Chaplin (La delgada línea roja).
Aunque son los papeles interpretados por las mujeres las que cobran verdadera relevancia en esta historia. Al igual que la novela, la clave de esta secuela está en el papel que desempeñaran las mujeres con poder y dinero en la Edad Media. Es en ellas donde pone el foco Follet y la miniserie.
Es el caso de Nixon, que aquí cambió el papel de ejecutiva agresiva en las calles de Nueva York -a donde recientemente a regresado junto a Sarah Jessica Parker– por el de una poderosa y oscura mujer del medievo llamada Petranilla. Su personaja está lleno de claroscuros y nos muestra los difíciles caminos que una mujer de aquella época debía transitar para hacerse valer y sobrevivir. ¿Asesina vengativa, mujer ambiciosa o dulce? Lo tiene un poco de todo, porque todo ello es consecuencia del desamparo femenino de aquel momento.
Por otro lado, tenemos a Caris, interpretada por Charlotte Riley, una joven que anhela ser doctora y que luchará para enfrentarse a todos los obstáculos, principalmente la ceguera y la ignorancia de la época. Feroz defensora de los derechos de la mujer y entre otras cosas priora del convento, se maneja con una libertad e independencia de criterios digna de la envidia de las más activas feministas. También destaca la valiente Gwenda (Nora von Waldstätten) es una joven campesina germana, fuerte y capaz de defenderse por sí misma.
Sexo y acción
El sexo es otro de los platos fuertes de Un mundo sin fin. Lo más interesante es la generosidad con que Follett (y la miniserie) expone las relaciones homosexuales entre los monjes y monjas y otros encuentros sexuales que en más de un momento nos hará olvidar la oscuridad del pensamiento de aquella época medieval.
La lucha de poderes y la eterna dualidad entre el bien y el mal son otras constantes que aparecen en la miniserie. Con una mirada muy crítica a las altas esferas religiosas, con priores despreciables. Todo ello aderezado con muchos momentos de acción y con una recreación histórica envidiable que hacen de Un mundo sin fin una miniserie de obligado visionado. ¡No os la perdáis!