La película de Sidney Poitier que Katharine Hepburn no quiso ver jamás
- Fue el noveno y último rodaje que compartió con el gran amor de su vida, Spencer Tracy
- Adivina quién viene esta noche (1967), esta noche, a las 22.00h, en La 2
- Un homenaje de Días de Cine Clásico al recientementre fallecido Sidney Poitier
El cine puede ser una dolorosa ventana al pasado para muchos actores y actrices. Un gesto, aquella mirada, ese instante que ya no vuelve, la juventud que no será jamás o la vida que ya no existe. A Katharine Hepburn no le importaba revisitar sus películas, pero hubo una que no fue capaz de ver jamás, su último largometraje junto a Spencer Tracy, compañero de vida y aventuras.
Adivina quién viene esta noche (1967), dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Sidney Portier -fallecido el 7 de enero a los 94 años-, fue la novena y última vez que Hepburn y él compartieron plano en la gran pantalla. Últimos fotogramas de una historia de amor que duró décadas, entre la clandestinidad y el secreto a voces.
El secreto peor guardado de Hollywood
Por complicado que fuera, el vínculo inquebrantable de Hepburn y Tracy se extendió a lo largo de 27 años. Un affaire que no existía en la galería pública, ni dentro del matrimonio que Spencer tenía con su mujer Louise Treadwell, pero cuya química en pantalla no podía ignorarse y era conocida por todos.
En Adivina quién viene esta noche las miradas y la atención de Hepburn sobre Tracy sobrepasan la pantalla. Conocedora, mejor que nadie, del delicadísimo estado de salud en el que Tracy se encontraba durante el rodaje de la película, en una de las escenas más emotivas de la cinta, Hepburn derramó lágrimas verdaderas. Ocurrió al final del largometraje, al escuchar el famoso discurso que el actor hizo sobre cómo perdura el amor verdadero a través de los años. Los recuerdos de aquel amor que permanecerían siempre “vivos, intactos e indestructibles”.
Ella misma lo reconocería años después. Cuando Louise murió en 1983, Hepburn comenzó a abrirse sobre lo que ella y Tracy habían compartido durante todo aquel tiempo y habló de lo doloroso que le resultaba ver esta película. Solo 17 días después de rodar aquel famoso discurso contra el racismo con el que se pone el broche final a la cinta, Tracy murió, aquejado de una larga enfermedad, a los 67 años.
No era la única que estuvo pendiente de la delicada salud del actor. El propio elenco de la película siempre trabajaba a partir de dos guiones de rodaje, uno con Tracy y otro sin él, y las sensaciones de todo el equipo de la película siempre fue la de una despedida.
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-Quizá te equivoques con respecto a ellos.
Debiste comunicarles que llegábamos.
Esto puede causarles el mayor susto que hayan tenido en toda su vida.
-Había alguien escondido detrás de una película
que fue un extraordinario experimento social
y un gran éxito.
Stanley Kramer fue además el director y productor
de algunas de las más concienciadas y mejores películas sociales
que jamás haya hecho Hollywood.
-Creo que un miembro de mi raza
no debe salirse del puesto que le corresponde.
-No me interesa conocer tu opinión.
Si me interesara te la pediría.
-Te aseguro que me enamoré de él en 20 minutos.
-¡Mamá!
Este es John.
-¡Oh, da... Da..!
-¿Qué diablos ocurre aqu?
-A sus 23 años
nuestra hija es tal como nosotros hemos procurado educarla.
-Que estaban muy equivocados los que pensaban de ese modo.
Uno por odio y los más por estupidez.
Pero todo estaban equivocados.
Eso le decíamos.
-No era esto.
Yo no he tomado esto en mi vida.
-Pero no está mal.
-Si no dan ustedes su aprobación
y sin reservas de ninguna clase, no habrá boda.
-Hubo un tiempo...
En que le hubiera hecho matar.
-Papá, papá. -Tenga cómprese algo bonito.
-Este es Simón.
-¡Vaya, ojalá...!
Teresa me hubiese advertido de que ustedes eran negros.
Hubiese evitado alguna incomodidad.
-¿Cuánto tiempo lleváis ya con éste...?
Asuntillo.
-No está mal.
En esta...
-¡Vaya!
-Habrá un millón de personas aquí en nuestro país
que se asombrarán,
ofenderán y horrorizarán ante vuestra unión.
Quizá por eso, no sorprende descubrir que el enorme busto de Spencer Tracy que aparece en la película fue en realidad un detalle que quiso incluir Katharina Hepburn, un busto de bronce que pidió esculpir en un alarde in memorian del actor. Años después aquella estatua sería uno de los artículos más buscados del set de la película, hasta que en 2004 el busto fue subastado por más de trescientos mil dólares.
Incalculable es el valor del clásico de cine que este lunes se emite en Días de Cine Clásico, Adivina quién viene esta noche (1967). Una oportunidad única para asistir a la magia chispeante que nunca dejó de emitir esta pareja de cine y que también sirve para rendir homenaje al recientemente fallecido Sidney Poitier. ¡No te la pierdas! A las 22.00h, en La 2.