Cachitos vuelve de lo más fashion y ensalza el estilo 'punkarra' de Nina Hagen
- Cachitos se pone fashion y mezcla música y moda en el estreno de su décima temporada
- Lentejuelas, cuero, purpurina… de las estravagancias de Paco Clavel a la madre del punk
- ¡Ya tienes disponible el primer capítulo de la nueva temporada en RTVE Play!
Hay un lugar donde la moda se encuentra con la música y las revoluciones exhiben su arma estética. La del punk fue una de ellas. Una explosión irreverente que tiró abajo el armario, hizo jirones la ropa y se puso encima el estallido sobrante. Una especie de bricolaje y actitud desairada en la que nada era suficientemente extravagante, escandaloso o excesivo si tenías a mano un contorno rosa fuerte, lentejuelas, lápiz negro y una cresta a juego.
Cachitos de hierro y cromo recupera a varios iconos de aquel momento en el estreno de su décima temporada. Del cutrelux de Paco Clavel a las hombreras de Tino Casal, pasando por nombres internacionales como Cindy Lauper, Cher o David Bowie. Entre todos ellos, destaca la artista alemana Nina Hagen, cuyo atuendo y aparición estrella en el Viaje con nosotrosde 1988, la han convertido en el TORP 1 del episodio #CachitosFashion dedicado a la moda.
Moda irreverente, reina del exceso
Rebeldía y transgresión a todo color Nina Hagen, apodada la madre del punk, dio un giro de tuerca a la mezcla de estilos que se dejaron ver por la década de los 80. Aunque su música mezclaba disco, ópera y rock, su estética era auténticamente punk, un alboroto de colores, maquillajes imposibles y cuero bien ceñido.
Actitud y estilo inseparable de las urgencias e impulsos de la juventud de la época: hazlo tú mismo, sé diferente y rompe con todo. Hija de su tiempo adoptó el espíritu del movimiento pop que transformaba la subversión callejera en moda performativa y provocadora. Mucho antes de que Lady Gaga sorprendiese con atuendos de lo más rocambolescos o que Miley Cyrus se creyese la más gamberra por sacar la lengua fuera, Hagen ya había traspasado todas las barreras posibles en la moda y la pose.
De Westwood a Gaultier
Su consagración como icono de la moda punk estuvo muy ligado a su amistad con Vivienne Westwood, una de las figuras claves para entender la corriente estética del punk, que junto a Malcolm MaLaren dieron forma, patrones y color a una nueva filosofía de vida.
No es fácil precisar una línea precisa en el estilo personal de Hagen: la imprevisibilidad marcaba cada uno de sus looks. Ya sea que se pusiera el cabello rojo con descargas eléctricas cubierto de pétalos de flores, delineador de ojos grueso y tachuelas de metal, o una cola de caballo amarilla con resaltador altísima, lápiz labial rojo malvado y una chaqueta de cuero con adornos de piel blanca. Hagen traspasaba con frecuencia la línea entre lo femenino, lo elegante y lo macabro. La sutileza no iba con ella. Su paleta de colores iba desde el fucsia hasta el azul celeste, mientras que sus estampados preferidos incluían telas a rayas y leopardo.
En 1989, Hagen se trasladó a París y conectó de inmediato con el igualmente irreverente diseñador francés, Jean-Paul Gaultier. Junto a él, la artista alemana renovó su look, transformando ese maquillaje sobrecargado por uno un poco más suave, y le ayudó a que el dúo de fotógrafos Pierre et Giles la incluyeran en su famoso libro de fantasías.
Inspiración punk
Unos años después, Hagen hizo trabajar juntos a sus dos admirados diseñadores. El resultado es el estilismo que la cantante luce en Street (1991), su quinto álbum de estudio para cuya portada, Gaultier y Westwood diseñaron los tres conjuntos diferentes que aparecen en la caratula del disco.
Eterno icono de la contracultura, precursora junto a Grace Jones o Siouxsie Siouxe del derroche punk y el descaro, es innegable la influencia que su estética ha tenido en muchas artistas que hoy día que lejos de ser trangresorsa, son unas advenedizas a su lado. En ella se ha fijado hasta Disney, que se inspiró en su genuina estética para dar vida a la Cruella (2021) de Emma Stone y hace poco hasta Angela Merkel recuperaba su música para su fiesta de despedida como canciller alemana.
Dejando de lado las contradicciones de su vida, que actualmente la han llevado al bautismo y el celibato, Nani Hagen es y seguirá siendo sinónimo de la contracultura e icono de la moda punk. Sin importar cómo adornara su cuerpo ahora, el denominador común a lo largo de la vida, siempre ha residido en su visión abierta y teatral de la moda. Usó la ropa como un medio para canalizar personajes imposibles, empoderarse y defender su libertad.