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Historia

El castillo la Mota, la cárcel de lujo donde estuvo presa Juana "la Loca"

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Castillo la Mota, en Medina del Campo
Castillo la Mota, en Medina del Campo

La Mota es una imponente mole de ladrillo que fue una cárcel de lujo en una historia que se ha convertido en leyenda real: la de Juana, llamada “la Loca”, la Reina de España que nunca reinó y que fue acusada de estar trastornada.

En la serie documental 'Castillos de leyenda', disponible en RTVE Play, descubrirás que los Reyes Católicos, tras llegar al poder convirtieron el Castillo de la Mota, ubicado en Medina del Campo (Castilla y León) en un auténtico bastión defensivo para combatir los ataques musulmanes. Invirtieron una gran cantidad de recursos su construcción ya que pretendían convertirla en un emblema del poder de la corona.

Además de ser una fortaleza defensiva, era una cárcel de lujo en cuyas celdas se encerraron prisioneros políticos y de guerra como Hernando Pizarro, hermano del conquistador Francisco Pizarro, que estuvo preso veinte años por asesinar a ilustres soldados. Otro afamado preso que consiguió escapar fue César Borgia, un noble español, sobrino del Papa Alejandro VI, atrapado en Nápoles durante la guerra contra España. Pero sin duda, el cautiverio más famoso es el de Juana, hija de los Reyes Católicos, a la que siempre se ha llamado “Juana la Loca”.

Juana, encarcelada por orden de su madre

La princesa Juana fue forzada a casarse con el Archiduque de Austria, Felipe el Hermoso, con el que tuvo seis hijos. Se cuenta que Juana tenía muchos celos de su marido porque este le era infiel y quería estar cerca de él.

Retrato de Felipe el Hermoso y Juana

Retrato de Felipe el Hermoso y Juana "la Loca" RTVE.es

Juana “La Loca” estuvo presa por orden de Isabel la Católica porque ella quería marcharse a Flandes con su esposo y su madre no le dejó porque, según la monarca, empezaba a tener síntomas de locura.

Juana estuvo dos años cautiva en la Mota. La posterior muerte de su marido, de quien estaba profundamente enamorada, la sumió en una depresión que, según se defendió en la época, rozó la demencia. Esta fue la excusa para que su padre Fernando el Católico y su hijo Carlos la mantuvieron alejada del trono impidiendo que ejerciera como Reina de Castilla, cargo que le pertenecía por derecho.

La biografía de Juana “La Loca” ha sido revisada en los últimos años para intentar demostrar que nunca estuvo loca sino que era una persona más bien tímida e insegura, que tuvo que sufrir en La Mota la fuerte personalidad de la Reina Madre.