Las pseudoterapias se extienden como falsos remedios para la covid
- Una amplia oferta de pseudoterapias ofrecen soluciones milagrosas sin aval científico a problemas de salud graves
- Las administraciones, los colegios médicos y las asociaciones de pacientes denuncian el peligro de tratarse con métodos pseudocientíficos
- El domingo, a las 22.30 horas en el Canal 24 Horas, un reportaje de REPOR
La salud es una actividad que mueve mucho dinero. Quizá por eso no dejan de aparecer pseudoterapias que prometen curar todo tipo de enfermedades, más o menos graves.
Algunas de estas prácticas semi-esotéricas están basadas en teorías ancestrales, otras en hipótesis novedosas, pero ninguna de ellas cuenta con datos científicos suficientes que avalen sus resultados. A pesar de todo, tienen seguidores fieles que prefieren pensar que sus males tienen remedio fuera de la medicina convencional.
"Viejas conocidas" también anti-Covid
Con la aparición de la Covid-19, muchas de estas pseudoterapias han ampliado sus aplicaciones. De este modo, los sanadores han salido al paso asegurando que prácticas como el reiki, la homeopatía, la ozonoterapia, o el MMS ((Solución Mineral Milagrosa) también sirven ahora para evitar o curar este nuevo virus.
Evidentemente, no existen informes científicos que avalen estas afirmaciones, pero la desesperación del enfermo, la angustia ante el crecimiento de la pandemia, y la esperanza inherente al ser humano han llevado a muchos a caer en esta telaraña.
La medicina convencional, también llamada alopática, apoyada en el método científico, no siempre consigue que curemos nuestras enfermedades. Eso genera dudas sobre su eficacia en parte de la población. Y los falsos terapeutas utilizan esa desconfianza para fomentar la inquina contra la medicina clásica. De este modo, elaboran teorías de la conspiración en torno a los procesos médicos y a los fármacos empleados. Hasta el punto de que han proliferado grupos como los antivacunas o los seguidores de otros métodos de sanación no homologados por la sanidad pública.
La inquietud de los profesionales de la medicina aumenta cuando ven cómo algunos de sus propios colegas se han sumado a estas filas. Por eso, desde los colegios médicos se ha procedido a denunciar y sancionar los comportamientos de algunos profesionales sanitarios que niegan a sus pacientes la posibilidad de tratarse con el mejor tratamiento conocido para su enfermedad, o que les recomiendan prácticas que pueden perjudicar su salud.
En el Hospital de la Plana, en Castellón, vivieron una tensa situación cuando la familia de un paciente ingresado en la UCI por Covid, solicitó ante los tribunales que le facilitasen un tratamiento alternativo con ozono. Cabe decir que el ozono no es un método que haya sido probado mediante ningún estudio científico ni que esté aceptado oficialmente como tratamiento. Aun así, el Hospital tuvo que acatar la sentencia que permitió la entrada en el Hospital de un profesional que administró el ozono.
El Hospital recurrió y finalmente se dictaminó otra sentencia contraria a la primera, aunque ya se le había empezado a administrar ozono al paciente. Poco después, el enfermo sobrevivió. Según el abogado de la familia, lo hizo gracias al ozono, y según el director del hospital Miquel Rovira "el enfermo superó la enfermedad a pesar del tratamiento con ozono".
“El enfermo superó la enfermedad a pesar del tratamiento con ozono“
En los últimos meses, distintos juzgados han sentenciado en un sentido u otro sobre este mismo particular, y no existe por el momento unanimidad en una primera instancia judicial.
Peligro más allá del placebo
Algunas de estas terapias no científicas pueden llegar a obtener resultados positivos en pacientes con dolencias leves, puesto que muchas veces funcionan como placebo. Por eso pueden llegar a producir cierta sensación de bienestar. A veces, también ha ocurrido alguna mejoría en pacientes con dolencias graves a las que nadie puede dar explicación. Pero en otras ocasiones han llevado a los enfermos a desistir de tratamientos que podrían haberles salvado la vida. O incluso les han causado problemas de salud.
Ante enfermedades importantes, entretener a los pacientes con métodos no comprobados científicamente como la homeopatía, o cualquier pseudoterapia, en lugar de tratarlos con aquellos que sí han demostrado su eficacia, puede llegar a perjudicar gravemente la salud del paciente.
Es el caso de una mujer, convencida por su "gurú" o pseudoterapeuta, de no tratar su dolencia cardíaca más que a base de pócimas que él mismo le proporcionaba. Abducida por las ideas de este pseudoterapeuta, la enferma, finalmente falleció. Ahora será la justicia quien deberá determinar la responsabilidad de haberle practicado estos métodos alternativos.
Otro caso es el de la madre de Christian. A ella le recomendaron tomar MMS, pero este producto, a base de lejía diluida en agua, no hizo otra cosa más que causarle dolores de estómago, irritación y vómitos. No experimentó ninguna mejora en sus dolencias, y abandonó el tratamiento. A pesar de que denunciaron a los vendedores de este producto, no consiguieron que la justicia reconociera su responsabilidad.
Información para el paciente
Ante la proliferación de ofertas engañosas, y las dificultades de combatirlas ante la justicia, las autoridades sanitarias apuestan por la información. Ya que los pacientes tienen libertad de albedrío a la hora de elegir en manos de quién ponen su salud, pretenden que al menos lo hagan de forma informada: el interesado debe de conocer qué fundamentos científicos tiene cada práctica, si es que los tienen.
Los ministerios de sanidad y de ciencia, han creado la plataforma CoNprueba, para fomentar la confianza en la ciencia y en el método científico. Y la Organización Médica Colegial, en el Observatorio OMC contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias ofrece información sobre todas aquellas pseudociencias que han conseguido recopilar para poner en conocimiento de los usuarios los peligros que pueden esconder.
“Sin información veraz no se puede considerar que los pacientes elijan libremente“
Por su parte, desde la Asociación para Proteger a los Enfermos de Terapias Pseudocientíficas, su presidenta Elena Campos asegura que "sin información veraz no se puede considerar que los pacientes elijan libremente", y que, en gran parte de los casos, estas técnicas retrasan el tratamiento médico más eficaz para la recuperación del enfermo provocando consecuencias que en ocasiones son irreversibles.
Cuando todo es terapia, nada es terapia
Fernando Cervera tiene una lucha abierta contra todas las pseudoterapias. Él quiso demostrar lo fácil que resulta convencer a un público crédulo de que cualquier cosa, por retorcida o sorprendente que parezca, puede curar. Así pues, junto a un compañero inventaron de la nada un método curativo consistente en una mezcla a base de heces e imanes que, disuelto en agua, prometía curar cualquier enfermedad.
Estiraron la broma hasta demostrar que algo tan surrealista podía atraer público, generar expectativas e incluso atraer el interés de políticos que lo asumieron como algo factible. Demostrada esta situación, desmontaron el invento y publicaron el libro "El arte de vender mierda", donde explicaron su experiencia inventando la "fecomagnetoterapia".